No entendía porque Alex me había dicho eso, se puso furioso y triste a la vez, vi como de sus ojos caían pequeñas lágrimas llenas de rabia, su mirada lo decía todo, estaba dolido.
--Alex porque cojones se supone que soy una mentirosa.
--Tu sabrás que es lo que has dicho por ahí--me dijo arrimándose más de la cuenta.
Una de sus manos pasó de estar dentro de su bolsillo a sujetar mi cintura con tanta fuerza que me parecía hasta doloroso, estaba borracho y se estaba empezando a comportar de una manera que no me gustaba nada. En ese momento me odiaba por alguna razón que desconocía, pero sin embargo se abalanzó sobre mis labios y me beso tan fuerte que llegué a sentir la rabia que tenía por dentro. Sin darme cuenta, en un segundo Alex me agarró con fuerza del culo con una mano y acto seguido con las dos manos, me empotró contra la encimera de la cocina subiendo poco a poco el vestido que llevaba. Intentaba apartarle con todas mis fuerzas pero era imposible, él insistía e insistía y yo estaba tan vulnerable en ese momento que no tenía casi fuerzas.
--Alex, para, me estás haciendo daño.
Parecía no darle importancia lo que decía porque él siguió y siguió hasta quedarme en bragas en medio de la cocina. Empezó a besar cada parte de mi cuerpo de arriba a abajo.
--Alex, te he dicho que pares joder!--le dije por cuarta vez, esta vez con tanta fuerza que lo aparté de mi.
--Eres una puta estrecha de mierda, así normal que ningún tío se te quiera acercar--me dijo con la misma rabia que tenía desde el principio--Que te follen zorra.
--¿Por qué cojones me odias?-- le dije casi gritando
Decidió volver a ignorarme, porque después cogió otro bote de cerveza y se marchó con el resto de gente que estaba en la fiesta. Lo que acababa de pasar me había dejado un poco descolocada, me llené otra copa de vino y salí por la puerta trasera a la playa, donde se encontraban Gigi y Ro, ambas estaban sentadas en la arena viendo la luna reflejada en el mar. Era una noche bastante calurosa y el cielo estaba despejado, por lo que se podían ver todas las estrellas.
--Tía, deja lo de Alex, te está jodiendo por dentro y no estás disfrutando de lo que de verdad importa--me dijo Ro
--Lo siento, pero no puedo dejarlo estar, no se que es lo que he hecho o dicho, pero Alex está molesto y me gustaría saber porque.
--Me insulta y me besa, creo que es porque está borracho, pero ahí hay algo más--añadí
Ambas me miraron bastante sorprendidas, tenían los ojos como platos, como si el beso de Alex hubiese sido una locura.
--¿Alex te ha besado?--me preguntó Gigi tirando las manos a la cabeza.
--¿Holaaaa? Llevamos casi tres años liándonos, ¿Cuál es la novedad?
--Mira Val, no queríamos decirte esto, pero Alex está con alguien.
Me levanté de la arena y me puse de pie mirando a ambas con bastante enfado, eran mis amigas y no me habían dicho nada, además me habían mentido cuando les pregunté en la cocina sobre el.
--¿Con quién cojones está Alex?-- exclamé con tanta fuerza como pude.
--Con Frida, la misma que soltó aquel rumor sobre ti el verano pasado--contestó una voz masculina que provenía justo detrás de mí.
No me lo podía creer, todo el mundo sabía lo de Frida con Alex y nadie me había dicho nada, ni mis propios amigos. En ese momento me llené de tanta rabia y no podía pensar en otra cosa. Entre de nuevo a la casa y me puse como una loca a buscar a Frida, pero no estaba por ninguna parte y Alex tampoco. Subí las escaleras de caracol que eran exactamente igual a las mías, las subí hasta el segundo piso, donde había un largo pasillo con una puerta al final, la habitación de Gigi. No dude en abrirla y allí estaban, mi mejor amiga y mi rollo follando.
--Valeriaaaaa-- grito Frida desde la cama. Tenía justo debajo el cuerpo desnudo de Alex, que disfrutaba con cada movimiento.
--Eres una puta zorra Frida--le dije con la voz entrecortada.
--Vamos Val, no es para tanto, como tu no te dejabas me he tenido que buscar a una máquina de follar--contestó Alex más borracho que una cuba.
En ese preciso instante la mitad de las personas que había en la fiesta subieron hasta ese piso donde nos encontrábamos los tres para ver qué es lo que sucedía.
--¿Por qué me hacéis esto?--intentaba hablar, pero cada vez tenía más ganas de llorar y las palabras no me salían.
--Después de lo que nos contó Frida sobre ti te lo mereces por mala gente--se empezó a escuchar voces que susurraban a mis espaldas.
Juré que yo no había dicho nada de nadie y menos de la gente del lugar que tanto amaba, pero deduje que Frida había dicho todo eso en mi lugar y después había dicho que eso había salido de mi boca, típico de Frida. La que se supone que era mi amiga desde que tengo uso de razón, parecía hacerle mucha gracia la situación porque estaba riendo desde la cama y me dio tanta rabia que hiciese eso que no me aguante más y me abalancé sobre ambos que aún estaban tumbados en la cama. Cogí a Frida de los pelos, lo hice tan fuerte que ambas caímos al suelo y empezamos a pelearnos. Desde la puerta se escuchaba como la gente cuchicheaban y se reían, al parecer, se reían de mí. Noté como un brazo me cogía del hombro mientras seguía pegando a Frida.
--Valeria, creo que es hora de que te vayas y no vuelvas--me dijo Gigi
En ese momento el sitio que más amaba se había convertido en el que más odiaba. Pero tal vez, eso sería el comienzo de un verano inolvidable para mi.
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Lo que nuestros ojos callaron
Teen FictionValeria y Néstor, dos personas totalmente desconocidas unidas donde el miedo pierde su significado, donde la vida es lo más valioso, donde todo está donde tú quieres que esté. Un amor de verano que marcará un antes y un después. Miedo, incertidumbre...