1.- Brisa y una sonrisa.

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Los padres de Seungmin lo llamaron al salón principal.

Su casa era sin dudas, lujosa. Seungmin tenía todas las comodidades que un chico de diecisiete años pudiera necesitar. Era un hijo modelo, con calificaciones sobresalientes y un carácter burbujeante y sofisticado.

Sabía desde que había cumplido los quince, que un par de años después se encontraría comprometido con un o una heredera importante de alguna familia poderosa y adinerada, tal como lo era la suya. Estaba consciente de ello y la realidad es que no podía importarle menos.

Seungmin lograba tomar una postura despreocupada para ciertas cosas y aquella era una.

Tenía una estrategia que garantizara su bienestar a futuro. Aceptaría el trato de su familia y por consiguiente, su destino. Sería un buen esposo y sobre todo, haría crecer la fortuna y el imperio que su familia ya tenía.

Cuando pisó el salón su madre estaba alisando su falda con nerviosismo y al acercarse, ella acomodó los listones de su camisa y estiró su suéter antes de tomarlo ligeramente de la mano y acercarlo a la entrada principal de la gran casa.

—Seungmin, el día de hoy es muy importante. Los Lee y su hijo no tardan en llegar así que quiero que entiendas que el momento llegó ¿bien? —Su madre lo miró fijamente a los ojos y él asintió en señal de que sabía lo que estaba por suceder.

Salieron justo a tiempo para ver como un auto elegante se estacionaba frente a las escaleras principales de su hogar, la brisa de otoño golpeó el rostro de Seungmin con rudeza.

Los señores Lee fueron los primeros en su radar visual, ambos le saludaron y se apresuraron a entrar. Finalmente, después unos segundos más, se encontró de frente con una suave sonrisa, el hijo de los Lee era absolutamente de buen aspecto. Terriblemente guapo. Por supuesto, mayor que él, eso podía notarlo.

—Joven Kim, es un placer conocerte.



Era irreal, Seungmin sentía que estaba en su comedor y al mismo tiempo no. Sus padres y los señores Lee estaban hablando de cosas que, aunque entendía, todavía desconocía. Cosas que probablemente no saldrían en la conversación a la hora del almuerzo en la preparatoria, mucho menos si la persona con la que almorzaba era Jeongin.

Se limitó a fingir estar atento y sonreír de vez en cuando si los demás reían. Estaba nervioso de mirar al joven hombre que ocupaba el lugar frente a él en la mesa, no sabía si, el que ahora conocía como Minho le estaba mirando de vuelta, aunque esperaba que no. Tan pronto como lo tuvo de frente se arrepintió de su aspecto, Lee Minho lucía tan elegante y pulcro, incluso más que él mismo.

Aquella tarde Seungmin estaba bien vestido, sin embargo, de haber sabido que ese hombre aparecería frente a su puerta, habría elegido algo mejor, algo costoso y adecuado para la ocasión, pues era su prometido al que estaba conociendo.








—¡¿Lo conociste?! –Jeongin gritó casi derribando su bandeja con el almuerzo.
—Sí Jeongin, gracias por hacer que todo el mundo se entere. —Seungmin le dio una mirada acusadora.

—Lo siento, pero no lo sé, hablamos antes de que esto pasaría ¡pero realmente está sucediendo ahora! ¿Cómo es él, es guapo? —Jeongin preguntó con emoción, olvidando por un momento sus alimentos.
—Lo es. —Seungmin tomó un bocado de su filete y continuó. —Es mayor, por cierto. Tiene veintiún años.

Bloom [KnowMin/MinMin]Donde viven las historias. Descúbrelo ahora