Epílogo

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Las horas pasaron volando desde la despedida de soltera que nos prepararon nuestras amigas, ahora Maggie y yo estamos envueltas bajo enormes capas de tafetán blanco sentadas junto a nuestros esposos en el gran patio de la casa del bosque, Winston y Andrew hicieron llorar a gran parte de nuestros invitados con sus votos, mientras que Derek robó muchos suspiros cuando renovamos los nuestros.

Carmina y Romeo fueron dados de alta, ambos observaban a su alrededor con fascinación y ríen a tiernas carcajadas cada vez que alguno de los niños hace alguna cara graciosa.

Nuestros invitados festejaban nuestras uniones junto a nosotros, bailan, bebiendo y riéndo hasta altas horas de la madrugada, cuando estaba por amanecer solo nuestros más cercanos amigos seguían aquí.

Cuando la alta música fue reemplazada por nuestras charlas y todos los niños estaban dormidos dentro de la casa, un soldado de una edad considerable con un rostro bagamente familiar cubierto por una ligera barba y una enorme mochila característica de la milicia apareció por el arco que daba entrada a las mesas donde nos encontrabamos.

-Fui al hospital, creí haberme equivocado cuando vi el nuevo nombre y ni una sola cara familiar, pero una de las enfermeras fue muy amable en ponerme al día con todo lo sucedido y me dijo que estarían aquí, felicidades por los niños y la boda, Mer, y también por todos tus logros, siempre supe que serías la más exitosa del grupo-Dice aquel soldado bajando su mochila con un gesto de cansancio, estabamos congelados, nadie se movía ni lograba articular una sola palabra, hasta que Owen logró romper el silencio abrumador en el que estabamos, pero apenas diciendo una sola palabra que resonó como un susurro sin aire.

-¿O'malley?

Fin.

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Tengo muchísimo sueño y estoy inconforme con el final asi que quizás lo cambie cuando corrija la historia completa jsjsjsjs

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