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Las notificaciones en el celular se encargaron de despertarme, las cuatro de la tarde y desde que llegue solo había dormido. Ignore los mensajes de amigos y compañeros que deje en mi anterior ciudad.
La habitación era pequeña, un closet, una cama individual, un escritorio de madera y un baño independiente era la mejor parte, la venta tenía vista a las canchas que Cruze esta mañana.
El agua de la regadera a temperatura ambiente después del viaje me tranquilizaba, dejaba a mi pensamiento sin ataduras, ¿que hacía aquí ? En mi interior lo sabía, estudiar una rama común en humanidades los primeros semestres, reconstruir mi historia en este lugar que me vio nacer.
Sentada en toalla sobre la cama, con el cabello goteando el piso, estaba cansada pero esa parte de mi decidida tomó la iniciativa en ese momento, termine de cambiarme Jeans y sudadera negra estaba bien para ese momento aun no iniciarían las clases hasta el lunes y tendría que salir a comer o tendría malestares.
No tenía una ruta pero aun recordaba el centro de la ciudad, no era igual a lo que recordaba y los edificios emblemáticos parecian ceder al capitalismo, entre restaurantes y bares no sabía si sentarme en las mesas sobre las plazas, hasta que deje que el olfato hiciera su trabajo papas fritas y hamburguesas.
-hola ¿quieres que tome tú orden ?
-si una hamburguesa con papas y una malteada por favor
-si toma asiento y enseguida, llevo tu orden

Entre el hambre que me dominaba y el violinista junto a la fuente y yo sentada en una plaza rodeada de árboles, sentía que las cosas irían bien.
-Aquí tienes tu orden si necesitas algo más estaré tras mostrador solo tienes que llamarme, soy Adrien.
El chico era amable y yo solo estaba devorando mi hamburguesa, que casi olvidó mis modales pero no hay forma educada de comerte una hamburguesa aun que está se viera impecable.

Vaya que me sentía mejor después de la comida y pensaba con más claridad
-estoy segura de que esta ves te verá diferente en la bienvenida Emy
Las voces chillonas de dos chicas, que minutos después se completarían por lo que parecían ser universitarios, no me dejaban concentrarme en la lista de cosas que necesitaría para sobrevivir dentro de los dormitorios.
Tome el camino largo por la avenidas del jardín, para despejar la mente, pero mi teléfono sonó
-hola mamá
-cariño cómo estás llegaste bien?
- si ya estoy aquí salí a cenar
- te gusta el campus ? Que tanto a cambiado la ciudad ?
- solo conozco mi dormitorio mamá, hasta el lunes inician las clases y la ciudad es más grande de lo que recordaba
- claro solo tenías ocho cuando nos vinimos, abrígate recuerdo que para estas fechas el clima no era cálido, ¿te llevaste la frazada que te empaque?
-si lo hice...
-¿todo bien cariño?
-si todo bien, te tengo que colgar para subir a los dormitorios
- está bien hija no olvides llamarme, te amo, desearía estar allá contigo.
-yo también adiós

Su suave voz me había sacado una lágrima por que sabía que ya no la vería tan seguido a cómo estaba acostumbrada y ahora no tenía un futuro claro sobre lo que quería, solo tenía la sensación de que estaba donde debía.

Detrás de la armonía Donde viven las historias. Descúbrelo ahora