¿Hipo no estará, cierto?!

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Muy poco tiempo pasó luego de la pelea de las tropas de Viggo contra los jinetes de Berk. Los enemigos atacaron y ellos no tuvieron mas opción que defenderse. 

Por suerte ellos contaban con el respaldo de los hermanos Berserker y por casi, como ultimo recurso, las Doncellas Aladas, según Patán. 

Aunque eso no impidió que algunos nombres de Berk perezcan. Heather ante tal situación, fue un busca de auxilio hacia las islas cercanas junto a Patapez. Por su parte, Dagur y los restantes aliados protegían a la isla. 

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Semanas despues...

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Astrid estaba junto a su dragón. Muy débil despues de un ataque, sus amigos decidieron que tome un descanso. Patapez le dijo que su problema pudiese ser alucinaciones y que hallaría un remedio. 

Tormenta se acurruco junto a ella. La Hofferson la abrazó antes de caer en los brazos de Morfeo.

Era ya un atardecer y la de pelo rubio fue en busca de su "muy" amigo Hipo. Salió junto a Tormenta dejando el descanso debido que le ordeno Patapez. 

Encontró a la mayoría del grupo justo en un archipiélago. 

— ¿Qué hacen aquí chicos? 

Tanto Heather como Patapez vieron como ella se mantenía aun somnolienta y un tanto débil. 

— Astrid, te dije que reposes muy bien. El ataque tiene efectos aun en ti. —el rubio fue a su lado junto a Patán. 

— Pero estoy bien. No son severas complicaciones. ¿Dónde esta Hipo por cierto?

Todos la miraron expectantes. Hipo... ya ha pasado dos semanas.


— Astrid. —Heather palmeo su hombro delicadamente. — ¿No lo recuerdas? 

Ella olvidaba algo importante. Parecía estarlo jurando. 

— Hipo perdió la vida en esa batalla. Con Viggo.  —concluyó el menos serio de todos, Brutacio. 

Ella abrió los ojos. Nuevamente lo olvidó. Aquella batalla en la que el castaño la empujo junto a su dragona para que termine él con una colisión seguida de muchos golpes. 

En ese instante cayó mientras Tormenta la sujeto consigo 

Todos se asustaron, en especial la Berserker. 

— Astrid! —fueron a verla. De ella brotaron un par de lagrimas seguida de algunas mas. 

— Es que... aun es difícil de asimilarlo Heather. Me duele mucho. Hipo debe estar allá... perdido

Heather a su lado, la miro. 

— Astrid. Todos vivimos ese momento. Aunque ha pasado ya semanas, aun nos duele lo que le sucedió. Es difícil para todos. Pero lo hizo por ti. Porque el nunca soportaría ese mundo sin ti.

La Hofferson fue confortada por los chicos. Agradecía de corazón que ellos estuviesen ahí.  Jamás se sentiría sin apoyo. Pero Hipo... no volvería a estar ahí.  Y antes de esa tragedia, ella siempre lo besaba con fervor. 

Un fervor que necesitaba como nadie. 

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