Espera un minuto

"Tu eras mi mundo"

La pelirrubia volvió para quedarse con Heather. Aun con la cara desganada, se permitió comer un pedazo de pan viejo. Heather le dijo que eran muy buenos. 

— Esta bien Heather. Puedo estar aquí. Se que deseas salir con cierta persona. 

— No Astrid. Me quiero quedar contigo por ahora. Sabes lo de nuestra ultima conversación... —se sonrojo.  —Yo se que Patapez siente esa misma emoción. —la rubia sonrió. 

Pero ahora Astrid no podía reírse. No podía estar contenta. No podía mentirle a Heather. La abrazó por ultima vez en el día y subió a su cuarto. 

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Astrid no soltaba la cobija. Lo extrañaba tanto. No solía terminar el día sin el. Sus ojos se empapaban de lágrimas.

Todas las noches. Luego de dos semanas. Lloraba por qué Hipo no estaba ahí.

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Astrid y la fría noche. Brutacio le juró que traería a Hipo.

Pero el no dejaría de hacer el prototipo de la cola de Chimuelo.

— Todo es tan distinto. —dijo más para si misma.

Ella maduro. Hipo hizo lo suyo. Y los sentimientos no se dejaban de lado. Al menos ella quería eso.

Tenía el collar de Hipo.

Cuando estaba a punto de irse, notó a una sombra a la par suya. Sacó su hacha.

— Bu.

Astrid tiró el hacha mientras el desconocido tomo su sonrosado rostro.

— Que misterioso sueles ponerte. —Astrid estaba a la par del castaño.

— ¿Por que? —vacilo Hipo

— No se. Por que estarías aquí mas temprano. 

Trato de hacerse la desinteresada volteando contrariamente a el. 

— Al final de la noche, me alegra verte Astrid. —tomo su cintura, mientras el sonrojo volvía a las mejillas de la rubia.

El la beso y ella pegándose mas correspondió con deseo. 

— Eres muy hermosa. 

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La cobija. No dejaba de pronunciar su nombre. iba a esperar pero le dolía que nunca mas se de su amor. 

Podía sentir los mismo besos y caricias . Las noches que ella y su Hipo esperaban para alejarse de sus deberes y estar juntos. Pensando en la siguiente lucha, los nuevos enemigos. En fin.

Pero por esa noche eran Hipo y Astrid. Y lo decía por el termino eran...