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Chris Evans 

La casa ahora era mía. Me aventuré, hice una oferta por la casa y ahora es mia.

Pensar que me iba a rendir tan pronto porque estaba demasiado impaciente para esperar a que surgiera una casa de mi agrado. Esta casa. Cierro la puerta principal y camino a la cocina, dejando bolsas del supermercado por toda la isla.

Dodger yace en silencio sobre el sofá, con la barriga en el aire y disfrutando de su siesta. Nada de lo que hago llama su atención. Ni desempacar, encender la televisión o salir a hacer las compras. Entrando y saliendo de la casa. Nada.

A veces quiero su vida.

No es hasta que recibo una llamada y termino con un 'Estaré allí pronto'. Dodger se despierta rápidamente y me observa mientras me pongo los zapatos, agarro las llaves y saco toda la basura que puedo llevar al salir. Me sigue afuera e incluso corre alrededor de mi auto y se sienta al lado del pasajero mientras yo regreso a la puerta principal para dejarlo dentro de la casa.

―Oye, no puedes venir conmigo amigo. Tal vez la próxima vez― Nada. ―Dodger, entra― Lo único que hace es recostarse y me mirarme.

Cediendo, entro para agarrar su correa y cerrar la puerta cuando salgo. Cuando ve la correa, se pone de pie y espera pacientemente a que abra la puerta. Sigilosamente lo dejo en el asiento trasero y doy la vuelta al auto, entro y conduzco al centro.


• • •


Toco el marco de la puerta y veo como Bella me sonríe y se quita las gafas. Gira en su silla, agarra algo y regresa su vista hacia mí, levantando la canasta en sus manos.

―¡Hola! Sé que has estado en la casa por una semana. Lo había planeado desde que comenzamos a cerrar el trato pero no pude terminarlo hasta hoy. ¡Oh, trajiste a Dodger!

Cierro la puerta de su oficina y suelto la correa del dodger. Hace su camino alrededor de mis piernas y luego rodea a Bella, apoyándose en sus espinillas para sentarse a su lado. Ella se gira hacia él y se arrodilla, dándole a Dodger toda la atención que quiere.

―Realmente no tenías que hacerlo. Gracias.

Todavía estaba confundido, Bella acababa de acomodar la canasta tan pronto como entré. Como toda su atención estaba en mi perro, me doy tiempo para procesar lo que estaba diciendo, eché un vistazo a la canasta en su escritorio, tratando de recordar sus palabras.

Ella hizo eso. Para mi.

Eran muchas pequeñas cosas. Cosas que le había mencionado mientras estábamos juntos buscando casas. Cosas que ni siquiera sabía que ella había escuchado o recordado. Bocadillos, té, cerveza, una manta. Wow. Incluso había juguetes y golosinas para Dodger. Era simple, considerado. Me encantó.

―Bella, realmente no tenías que hacerlo― le digo, viendo el tiempo y el esfuerzo que puso en ello.

Mirándome, me hace señas para que me siente y yo tomo el sofá contra la gran ventana del piso al techo. Bella se sienta en su escritorio y cruza las piernas. ―Quería que ustedes dos tuvieran un pequeño obsequio. Bienvenidos a casa. Sé que no es su primera casa, pero eso no significa que no se merezcan un regalo.

Un pequeño rubor se apoderó de sus mejillas y se removió en su asiento. Bella arregla su postura y me mira, con sus mejillas aún sonrojadas. Wow.

―Gracias.

FALLING | Chris Evans | EspañolDonde viven las historias. Descúbrelo ahora