¡¡Te odio!!... pero te amo [Afterdeath]

➵ Tercer Beso

Acabo de recordar que esto existe *huye gaymente*

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—Hola lobo de jerarquía alta, ¿le gustaría practicar la sodomía conmigo, sin importar la reproducción y dejarse llevar por el acto carnal?—Lust formó una mueca con sus labios, prácticando para invitar a los alfas de intercambio.

Geno fruncio la nariz, y con un puchero en sus rositas labios negó.

Lust suspiró, dándose por vencido. Se veía como alguien con clase, olía como alguien con clase, caminaba y tenía el porte de alguien de clase, pero si vocabulario... recordaba a una ramera.

—Esto es inútil—declaró, encerrando su cara entre sus largos brazos.

—Oh, vamos—el albino se paro, jalando discretamente el corto short hacía abajo, y acercándose al omega—. Tienes elegancia, y te ves espectacular

—Pero si habla como puta de nada servirá—Error se sentó frente a los mayores, tomando un trago de su bebida energética.

Estaban en las áreas verdes del campus, cerca de las grandes canchas de fútbol americano, dónde anteriormente estaba el alfa pelinegro.

After fulmino a su hermano con la mirada, escuchando el sollozo del omega a su lado.

Los alfas de intercambio parecían huir de él como si tuviera la peste negra, incluso los betas y omegas buscaban excusas para escapar de posibles conversaciones.

Un pequeño grupito se había perdido, y se acerco a Geno para pedir indicaciones. Y es que, a pesar de llevar casi cuatro años en la universidad, el omega aún se perdía mucho, así que llamó a Lust quien conocía cada rincón de las instalaciones como la palma de su mano. Pero los de intercambio, apenas vieron que se acercaba, huyeron gaymente.

Fue la gota que derramó el vaso.

Y eso que apenas estaba terminando el primer día.

—¿Que tengo de malo?—Lust alzó la cara, su anteriormente perfecto maquillaje, se encontraba batido.

Incluso había un pequeño moquito que bajaba por su fosa nasal izquierda.

—Nada, tu eres perfecto tal y como eres—trato de consolar Geno.

Vaya que era un asco haciéndolo.

—Excepto por tu sucia boca—Error sonrió, echándole sal a la herida.

Un golpe resonó por el lugar, acompañado de un potente sollozo.

Las personas voltearon, encontrando a un alfa con el ojo empezando a hincharse y quejandose, y a dos omegas, uno llorando y el otro entrando en pánico.

Un delta parpadeó, aunque no se noto por sus lentes de sol, suspirando al ver el escándalo que iniciaba. Formó una burbuja con su chicle rosa, y empezó a caminar de forma cool hacía sus hermanos, y el omega que pasaba más tiempo en casa ajena que en la propia.

Choco los cinco varias veces, saludo a varias personas y sin prisa, pero sin pausa, camino hasta los mayores.

—Hey, bro—Fresh se deslizó con gracia hasta el pasto donde todos estaban sentados—. ¿Vendrán a la fiesta de está semana?

Cada fin de semana, Fresh hacía una enorme fiesta llena de alcohol, sustancias ilegales, alguas locas, sexo y pulseritas que brillan en la oscuridad. Pero, claro, no siempre eran en el mismo lugar, por lo exclusivas que llegaban a ser.

Solo un pequeño puñado de personas eran invitados por el mismísimo delta, que les daba la dirección. Los demás, si querían asistir, debían encontrar las pistas esparcidas por toda la universidad, que los llevaría a la locación. Y en cada pista, había un boleto que permitía la entrada a una persona nada más.

Nunca había una fiesta en un lugar repetido.

Tan cotizadas eran las fiestas que nisiquiera a sus hermanos les daba el lugar.

—No—respondió Geno—. No creo estar de humor para jugar al mapita y el tesoro

—Vamos, big bro—Fresh sacó de su chaqueta tres boletos plateados—. Está vez, ustedes serán mis invitados ¿vienen?

—Yo voy—Lust tomó uno de los boletos que el delta ofrecía.

Podría hablar como idiota pero no era uno.

Fresh se guardo su comentario sobre el maquillaje. Parecía que peleo con una gata bajo la lluvia.

—No tengo nada más que hacer—Error tomo otro boleto, dándose un recordatorio mental de ir por hielo para su ojo y no volver a molestar a Lust.

—¿Y tú, big bro?—Fresh sostuvo el boleto frente a él.

—Bien, pero como le vuelvas a poner algo a mi trago, te dejo sin herederos

Fresh sonrió.

Los deltas no podían tener hijos, eran estériles por naturaleza. Si un delta resultaba ser fértil, era porque se habían equivocado en sus exámenes de rango. Algo realmente no muy común.

Y más que ofenderse o algo así, al delta le causo gracia el comentario.

—Cool, big bro, los espero allí

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Publicaré otro pronto, lo prometo