33. JULIO

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      ❛❛「JACKSON 」 ❜❜

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PALO ALTO, CALIFORNIA
🗓️ 1 de julio del 2021

PALO ALTO, CALIFORNIA 🗓️ 1 de julio del 2021

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Stephen.

Una semana había pasado desde que Beck y yo fuimos al ginecólogo. Una semana en dónde me la pasé con ella y con mis hijos—turnandome, obviamente —. Ayesha ya sabía que estaba con ella, pero no formalmente, solamente estaba. Los niños no sabían nada, porque no era oficial y no quería presentarla hasta que todo fuera formal.

Pero volviendo a la actualidad, dónde Beckham se paseaba con el celular en manos, frustrada por no recibir respuesta de Sebastian Stan, el único tipo que conozco que puede tener el celular apagado una jodida eternidad.

— ¡Es idiota! — lanza su celular al sillón, tirándose a mi lado. — ¿Sabes?, no le volveré a marcar, que me llame cuándo se digne a dejar su puto orgullo a un lado.

«Las hormonas, no la hagas enojar, Curry» hago caso a mis pensamientos, porque sinceramente no quería causar más disturbios a la situación.

El contexto de lo que dice, es el siguiente: según Evans, Sebastian está en algún lugar de Europa reconectando y no sé qué otras cosas, la verdad no me interesa, pero eso lo llevó a no aceptar ninguna llamada de Beckham, Brooklyn u otros, sólo él y su... ¿paz?

Rumanos, que decir.

— ¿Quieres helado? — Le ofrezco el bote de chocolate. — tiene galleta oreo. —Asiente sentándose junto a mi y subiendo los pies a la mesa de centro.

Beck me quita el bote y se lleva una cucharada a la boca. — No lo necesito, sería buena madre soltera. — Dice sin verme, concentrándose en sacar más chocolate del bote.

Suelto un largo suspiro. — No serías madre soltera, dudo mucho que Stan no se haga cargo. — niego con una mano en mi mentón.

— Suponiendo que se pierda en Europa, y no vuelva... nunca jamás.

A veces su dramatizmo me hace reír, pero es de esperar, es actriz.

— Me tendrías a mi, y eso no te haría madre soltera, McQuaid.

— ¿Curry McQuaid?

— ¿No te gusta?, porque el perro que está jugando en el jardín lleva esos dos apellidos.

— Me agrada. — Se alza de hombros. — Igual, debería darle espacio, se lo merece. — hace una mueca, al parecer recordando algo.

«Es cómo una niña pequeña, cambia de humor tan rápido cómo habla.»

— Es lo mejor, por ahora, solo piensa en comer sano, y cuidar de la niña. — Miro su vientre, que no era nada abultado.

Frunce el ceño. — Niño, quieres decir. Jackson McQuaid. — Finaliza orgullosa.

«Jackson Avery» es lo primero que pienso.

— Si, lo que digas. — ruedo los ojos. No se que afán con llevarme la contra, podría jurar que es niña, ¿no les pasa?, es cómo un sexto sentido.

Pero bueno, no todos pueden ser yo.

Beckham y yo nos perdemos en una serie llamada Suits, la cuál nos tiene idiotizados  y nos hizo cuestionar si de verdad queríamos ser famosos y no abogados.

La noche llega, y nos vamos a dormir, porque sí, en ocasiones me quedaba con ella y el departamento en manos de Juan no me parecía la peor idea.

[...]

Beckham.

Me despierto por el ruido de la licuadora, abro un ojo sintiendo la luz entrar por la ventana, que pereza.

«Deberías ser más madrugadora» ¡Ni loca!, me gusta dormir. Demasiado, para el gusto de todos.

Con cuidado me levanto de la cama y amarro mi bata, para luego encaminarme a las escaleras y escuchar el movimiento que hay en la cocina.

Stephen Curry está haciendo el desayuno con gran esmero, su concentración me dice que quiere todo perfectamente bien.

— ¿Qué celebramos? — inquiero caminando hasta la barra.

Curry gira para verme con una sonrisa en el rostro. — Tienes que desayunar bien, y no me iré sin verlo con mis propios ojos.

— Lo haré. — respondo sentandome en un banco. Recuerdo lo que me dijo hace días, y ahora se porque su cara de felicidad. — Canon cumple tres años.

— Tres años que pasaron más rápido que flash. — suspira dejando un vaso de jugo frente a mi. — Estaré con él todo el día, volveré en la noche, ¿si?

Asiento bebiendo un poco. — No tienes que preocuparte, Noa y Venecia vendrán. — Al menos eso me hicieron saber ayer.

Tomo una tostada y le pongo mermelada sintiendo que Stephen sigue mis movimientos.

— Bien, entonces cómo dije antes, pasaré en la noche a dejarte pastel. — Besa mi frente antes de sentarse junto a mi.

— ¿Es de chocolate?, porque si es así, dejame decirte que necesito una gran rebanada. — Se me hace agua la boca de solo imaginarmelo.

Wardell ríe. — Sí McQuaid, es de Chocolate.

— Entonces, bienvenido sea.

Desayunamos juntos y no hace más que decirme lo que tienen planeado, y yo me alegro por eso. Stephen y Ayesha tenían una relación increíble y sus hijos estaba en las mejores manos posibles. Si me preguntaban, esperaba que Sebastian y yo pudiéramos ser así.

Pero para eso, primero tendría que contestarme el teléfono, por muy italiano que se sintiera.

GOLDENBOY ━━ Stephen CurryDonde viven las historias. Descúbrelo ahora