Septiembre

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20 de Septiembre

Anoche, mientras intentaba dormir, tomé la decisión.

Una lluvia torrencial asediaba mis persianas, y Marilyn no dejaba de correr por su jaula, por lo que dormir había pasado a un segundo plano. Decidí que mirar el techo y pensar en las tristezas del mundo era una buena opción.

Tengo que reconocer que lloré un poco. No me gustaría que el mundo se acabe justo cuando yo estoy en él. Creo que sería mucha casualidad. Con la de gente que ha pasado por aquí, ¿tiene que ser cuando yo estoy en la flor de la vida?

También pensé en mis padres y en lo difícil que lo tendrían ellos también para sobrevivir. Me tuvieron siendo mayores, y actualmente tienen 70 años. Hace tiempo que la edad se les echó encima con el pack completo: Mi madre caída con rotura de cadera y mi padre varios infartos. Pero ahí siguen, juntos y fuertes, pero sobre todo, recordándome todos los días que nunca conocerán a sus nietos. Yo insisto llevándoles a Marilyn, pero creo que no están del todo contentos.

Me gusta pensar que cuando el mundo acabe, ellos serán la pareja entrañable del titanic que morirán juntos y abrazados en su cama. Si algún día existe una civilización superior a la nuestra, podrán estudiarlos cómo un caso de amor verdadero.

Por otro lado, me planteé que subir y bajar mis escaleras no eran la mejor manera de ponerme en forma. Tenía dos opciones, o apuntarme a un gimnasio, o hacer ejercicios en casa. Esta última opción ya la intenté durante la cuarentena. Por redes sociales todo el mundo estaba muy motivado y yo lo quise intentar con los vídeos de Patry Jordan. ¿Cómo hace esa mujer para estar siempre sonriendo?

Apenas duré 5 minutos moviéndome. El resto del vídeo lo terminé viendo desde el suelo, esperando que hiciera algo un poco más sencillo.

Así que busqué opciones de gimnasio. Literalmente busqué en google "gimnasio con poca gente". La búsqueda resultó ser bastante fallida, pero si que encontré un par de gimnasios femeninos cerca de mi zona. Si tengo que introducir mi cuerpo de metro ochenta y 110 kilos en algún gimnasio, prefiero que sea en alguno donde no existan hombres unga unga ultra musculados mirándose al espejo. Y te preguntarás, ¿Y qué más te da?

Pues te explico rápidamente: Mi última relación amorosa fue con un unga unga musculado. Cuando ví que en gimnasio me miraba demasiado el tio mas guapo, alto y musculado pensaba que se burlaba de mí, pero al final resultó ser un empotrador alimentador. Le molaban las mujeres grandes, y cuanto más grandes mejor. Le gustaba cebarme de comida y terminé cogiendo más peso estando apuntada en el gimnasio que sin ir.

Finalmente decidí dejar la relación tóxica con ambos. Con el gimnasio y con él.

Así que estaba decidida. Me apuntaría al centro deportivo para mujeres e iría a clases de Zumba. Era lo más parecido que encontré a correr pero sin tener que aburrirme encima de la cinta. Si era capaz de aguantar toda una canción dándolo todo, estoy segura de que podría llegar al coche corriendo.

Por otro lado, también pensé en el tema de la alimentación. Tanto para conseguir perder algo de peso, cómo en el caso de catástrofe mundial. Así que comencé a hacer una lista de la compra con alimentos saludables para empezar a comer bien, y con latas de comida que me servirían en caso de hacerme un bunquer.

Pero no creáis que me olvidé de Marilyn. La alimentación de una cobaya es algo muy complicado y que requiere de mucha atención, por lo que necesitaría también una buena despensa de pienso y heno. Sin olvidar las verduras. Por lo tanto lo primero que he hecho al levantarme ha sido medir la mini terraza que tenemos para comprobar si puedo meter una planta de pimientos. Mañana me llegan por amazon la maceta, la tierra y las semillas.

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⏰ Última actualización: Aug 11, 2023 ⏰

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