ᚗ⭒ 𝙺𝚒𝚜𝚜 𝚖𝚎 𝙰𝚐𝚊𝚒𝚗 ⭒ᚗ

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¡ Besame otra vez !
hasta que mi mundo este al revés
robate mi aliento
¡Mi último suspiro!

Amo ver tu cuerpo contra el mío...

- ⑅♡⑅ -

Pequeñas partículas brillantes empezarón hacer presencia frente a él, un suave olor a cecilias inundó delicadamente su naríz cerro sus ojos con lentitud disfrutando del agradable aroma.

Ya sabía de quién se trataba, aquel dulce olor solo podía pertenecerle a Venti, su Venti.

Levantó sus brazos con suavidad sintiendo rápidamente como sus manos abrazaban al cuerpo contrario, acercó su naríz al cuello de su chico mientras esté le daba pequeños besitos sobre la cabeza.

Disfrutaba de los toques pero el quería más, hacía unos cuantos años sin verse y probablemente al terminar su sesión de mimos el chico trenzado se marcharía como hoja que lleva el viento.

- Xiao,Xiao, ¿podrías soltarme? - aquellas palabras bastaron para reforzar más su abrazo manteniendo a Venti cerca de su cuerpo.

- No... - sus palabras no fueron más que un simple susurro perdido en el aire, secas, firmes y decididas, aunque el de ojos turquesas si logro escucharlo.

- ¿¡Ah!? pero ¿Por qué no? ¡No voy a irme! ¡Eheh! - Al escuchar las últimas palabras su mente quedó en blanco, quería creer y aferrarse fuertemente a esas palabras pero Barbatos era un buen mentiroso y el no estaba para creer en mentiras.

- Xiao, Xiao, Xiao, ¡ Xia-! - Calló sus palabras besando los rojizos labios contrarios le encantaba su sabor, un leve toque de manzanas con canela simplemente fascinante.

Proto el beso dejo de ser tranquilo,dulce y delicado a uno más fogoso, cargado de deseo y la pasión de ambos jóvenes.

- Cállate.. -

- jajsjjs, ¡Cállame entonces! no cr- - nuevamente interrumpo su oración besando una vez más sus labios de una manera más lujuriosa.

Sus manos bajaron a la cintura del chico repartiendo caricias sobre la tela del corset, la otra persona colocó sus brazos detrás de la nuca del adeptus, Xiao mordisqueó levemente el labio inferior de Venti pidiendo en una petición muda permiso para entrar en la boca ajena.

El bardo le concedió tal petición abriendo con delicadeza sus labios permitiendo al otro explorar más de su cavidad bucal, primer contacto, sus lenguas se encontraron mientras danzaban la melodía que creaban sus latidos.

Después de un rato tuvieron que separarse en necesidad de buscar oxígeno, sus mejillas estaban pintadas en un tono carmesí, antes de que pudiera reaccionar y aclarar su mente el arconte anemo se abalanzó sobre el tirándolos al suelo.

Una vez más sus bocas se juntaron en un terrible deseo de permanecer juntos, mientras eso pasaba sus brazos no se quedaban quietos.

Saliendo del beso el adeptus atacó directamente su cuello repartiendo besos, chupetones y finalmente unas cuantas mordidas, Venti por su parte tironeaba las mechas del cabello contrario,de sus labios se escapaban pequeños jadeos cerca del oído ajeno.

El de trenzas termino por apartarse sentándose sobre su chico con una mirada melancólica, sabía que no podían pasar mucho tiempo juntos y al parecer ya iba siendo hora de despedirse.

Perdido en sus pensamientos no se dio cuenta cuando Xiao lo abrazo con fuerza rodeando todo su cuerpo sin oportunidad de moverse llevándolo a una posada.

Xiao lo sabía, Venti también lo sabía solo que había una pequeña deferencia entre ellos dos. Y es que Xiao no está dispuesto a dejar ir nuevamente a Venti.

- Xiao tengo que irme, no puedo quedarme más tiem!- ¡oye! - un chillido salió de su boca al sentir como sus pulmones se quedaban sin aire debido a las fuerza que tenían los brazos del adeptus.

- No. - una vaga respuesta de su parte antes de deshacer las trenzas en el cabello del arconte, aspiro maravillado el olor que provenía del cabello, volviendo a juntar sus lenguas en busca de más contacto logrando su objetivo principal, retener por más tiempo a su chico.

Empujó con cuidado a su niño para quedar encima de su delgado cuerpo acorralando en la cama retiro el molesto corset, medias, capa y deshizo el moño de su cuello dejando apreciar con más claridad las curvas y largas piernas que su amante poseía.

Con el ceño fruncido apego su cuerpo junto al otro acurrucandose y abrazando de manera sobreprotectora hasta sentir el suficiente calor como para cerrar los ojos.

- mmmh - tenues sonidos emitía de sus labios al sentir como el cuerpo bajo suyo comenzaba a ceder a los deseos del dueño alegré por eso no pudo evitar que una pequeña sonrisa orgullosa se formará en su rostro.

- besó.. - murmuró suavemente mirando los ojos esmeralda quien claramente no comprendió nada en absoluto. - besame -

- ¿Ah? Eheh no creo haberte escuchado - mentiroso, notaba la mentira en el aire y como una sonrisa burlona apareció en su boca, maldito, maldita boca perfecta que se cargaba Venti.

- Quiero otro beso..
¿ Puedes darmelo ? -

- ¡No tienes que pedirme un beso! - esta vez fue venti quien inicio el contacto restregandose contra el bien formado cuerpo del de mechas, cambiando de posición se recargo en la pared subiendo al más bajo en su regazo.

Tras sus acciones y palabras retomaron con tranquilidad las caricias y mimos dejando atrás la lujuria y deseo del momento, una buena forma de mantener a alguien a tu lado era un abrazo.

Abrazo del cual Venti no podría escapar dentro de las siguientes horas mientras los roces lo hacen caer dormido en unos brazos sin intención de dejarlo ir.

Porque Xiao lo sabía y Venti también, está sería su última vez juntos antes de volverse a reencontrar después de un largo tiempo llamado años, décadas o incluso siglos.

Y una vez más al cerrar sus ojos con pesar acepto la cruda realidad que los envolvía a él y al arconte anemo. Aferrándose al cuerpo de su amado, rezo para que al despertar aquella figura que transmitía paz y alegría en su vida estuviera allí aún presente esperando a que el despierte.

Para bien o para mal, nuevamente toda esperanza se disipó al llegar el amanecer para encontrar simplemente el espacio vacío que antes ocupaba espolvoreado con pequeñas partículas brillantes de tonalidades turquesas.

Abrázame como si fuera la última vez,
Dame el beso que marque nuestro adiós
Y cuando despierte del terrible encantó
Tu ya estarás muy lejos caminando.

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