Capitulo II

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LOS NIÑOS QUE VIVIERON

Pov. Normal

   ~ Solamente podemos hacer conjeturas ~ dijo Dumbledore ~. Tal vez nunca lo sepamos.

   La profesora McGonagall saco un pañuelo con encaje y se lo paso por los ojos, por detrás de las gafas. Dumbledore resopló mientras sacaba un reloj de oro del bolsillo y lo examinaba. Era un reloj muy raro. Tenía doce manecillas y ningún numero; pequeños planetas por el perímetro del círculo. Pero para Dumbledore debía tener sentido, porque lo guardo y dijo:

   ~ Hagrid se retrasa. Imagino que fue el quien le dijo que yo estaría aquí, ¿no?

   ~ Si ~ dijo la profesora McGonagall ~ Y yo me imagino que usted no va a decirme por qué, entre tantos lugares, tenía que venir precisamente aquí.

   ~ He venido a entregar a los mellizos a su tía y a su tío. Son la única familia que les queda ahora.

   ~ ¿Quiere decir...? ¡No puede referirse a la gente que vive aquí! ~ grito la profesora, poniéndose  de pie de un salto y señalando el número 4 ~ Dumbledore... no puede. He estado observando los todo el día. No podría encontrar a personas  más  distinta de nosotros. Y ese hijo que tienen....  Lo he visto dando patadas a su madre mientras subían por la escalera, pidiendo caramelos a gritos ¡Harry y ____ Potter no pueden vivir ahí!

   ~Es el mejor lugar para ellos ~ dijo Dumbledore con firmeza ~. Sus tíos podrán explicarselos todo cuando sean mayores. Les he escrito una carta.

   ~ ¿Una carta? ~ repitió la profesora McGonagall volviendo a sentarse ~. Dumbledore ¿ de verdad cree que puede explicarlo todo en una carta? ¡Esa gente jamás comprenderá a los mellizos! ¡ Serán famosos..... una leyenda... no me sorprendería que el día de hoy fueran conocidos, en el futuro como el día de los Mellizos Potter! Escribirán libros sobre ellos... Todos los niños del mundo conocerán sus nombres.

   ~ Exactamente ~ dijo Dumbledore, con mirada muy seria por encima de las gafas ~. Seria suficiente para marear a cualquier niño. ¡Famosos antes de saber hablar y andar! ¡Famosos por algo que nisiquiera recuerdan! ¿No se da cuenta de que será mucho mejor que crezcan lejos de todo, hasta que estén preparados para asimilarlo?

   La profesora McGonagall abrio la boca, cambio de idea, trago y luego dijo:

   ~Si....si tiene razón, por supuesto. Pero ¿como van llegar los niños hasta aquí, Dumbledore? ~ De pronto observo la capa del profesor como si pensara que podía tener escondido a los mellizos.

   ~Hagrid los traerá.

   ~ ¿Le parece... sensato... confiar a Hagrid algo tan importante como esto?

    ~ A Hagrid le confiaría mi vida ~ dijo Dumbledore.

   ~No estoy diciendo que no es una buena persona ~ dijo a regañadientes la profesora McGonagall ~ Pero no me dirá  que no es descuidado. Tiene la costumbre de... ¿Que ha sido eso?

    Un ruido sordo rompió el silencio que los rodeaba. Fue haciéndose más fuerte mientras miraban ambos lados de la calle, buscando alguna luz. Aumento hasta ser un rugido mientras los dos miraban hacia el cielo, y entonces una pesada moto cayó del aire y aterrizó en la calzada, frente a ellos.

   La moto era inmensa, pero en comparación con el hombre que la conducía parecía un juguete. Era dos veces más alto que un hombre normal y al menos cinco veces más ancho. Se podría decir que simplemente era demasiado grande para que lo aceptaran y, además, tan desaliñado..... Cabello negro, largo y revuelto, y una barba que le cubría la cara. Sus manos tenían el mismo tamaño que las tapas del bote de la basura y sus pies, calzados con botas de cuero, parecían crías de delfín. En en sus enormes brazos musculosos sostenía dos bultos envueltos en mantas.

   ~ Hagrid ~ dijo Dumbledore aliviado ~. Por fin ¿Y dónde has conseguido esa moto?

   ~ Me la han prestado, profesor Dumbledore ~ contesto el gigante, bajando del vehiculo mientras hablaba ~. El joven Sirius Black me la ha prestado. Los he traído, señor.

    ~¿No ha habido problemas por allí?

   ~ No, señor. La casa estaba casi destruida, pero los he sacado antes de que los muggles comenzaran a aparecer. El se ha quedado dormido mientras volábamos sobre Bristol. Mientras la pequeña se durmió en cuanto los subía a la moto.

   Dumbledore y la profesora McGonagall se inclinaron sobre las mantas. Entre ellas se veían a unos niños pequeños (niño y niña), profundamente dormidos. Bajo una mata de pelo negro azabache del niño, sobre la frente, pudieron ver una cicatriz con una forma curiosa, al igual que la niña que está se localizaba en el pequeño cuello, un relámpago.

   ~ Ha sido allí....? ~ susurro la profesora McGonagall.

   ~ Si ~ respondió Dumbledore ~ Tendrán esa cicatriz para siempre.

   ~ ¿No puede hacer nada Dumbledore?

   ~ Aunque pudiera, no lo haría. Las cicatrices pueden ser útiles. Yo tengo una en la rodilla izquierda que es un diagrama perfecto del metro de londres. Bueno, déjalos aquí, Hagrid, es mejor que terminemos con esto.

   Dumbledore se la vuelta hacia la casa de los Dursley.

  ~ ¿Puedo... puedo despedirme de ellos, señor? ~ preguntó Hagrid.

    Inclinó la gran cabeza desgreñada sobre los mellizos y les dio un beso, raspando los  con su barba. Entonces súbitamente, Hagrid dejó escapar un aullido, como su fuera un perro herido.

   ~ ¡Chsss! ~ siseó la profesora McGonagall  ~ Vas a despertar a los muggles!

   ~ Lo... siento ~ lloriqueo Hagrid, y se limpió la cara con gran pañuelo ~. Pero no puedo soportarlo... Lily y James, muertos y los pobres mellizos.. Harry... y... ____... tendrán que vivir con muggles....

    Dijo con voz rota Hagrid mientras los soltaba.

Hasta aquí llegó yo, voy a escribir el siguiente capitulo, no importa si este está incompleto,  ya saben que sigue, además me da flojera terminar este capitulo.

Los Mellizos Potter (Draco y tu)#1 La Piedra Filosofal.Donde viven las historias. Descúbrelo ahora