Prólogo

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Ella es una nota musical, muy distinta a las demás, es especial, hermosa y tan fascinante de escuchar... Su melodía es tan dulce y fuerte a la vez que hace estremecer a cualquiera.
Solo un gran apasionado podría comprender el arte que ella enmana con una sonrisa.
Sus hermosos cabellos dorados, sus hermosos ojos azul zafiro, esa forma tan intensa de ser. Es lo que hace que su melodía sea tan apasionada.

Toda ella es arte, sus mirada tan profunda hace robar suspiros y la letra de su melodía es tan apasionante y difícil que solo un verdadero musico podría llegar a tocarla a la perfección.

Así es ella es Chloe Bourgeois, la chica mas extraña, que he conocido  en mi vida que puso mi mundo al revés en un par de segundos con su mirada. Bien esta historia comienza así...

Era la tarde del 23 de agosto alrededor de las siete e la tarde, disfrutaba de una tarde bella a pesar de que estaba por llegar el anochecer estar cerca del Río Sena disfrutando de la música era algo que solo yo podía encontrar apasionante. La inspiración se encontraba a flor de piel, si era cierto que hace mas de un año que había terminado con Marinette y ella me había hecho su mejor amigo, aun sentía algunas cosas por ella, no tan intensas como cuando la conoció pero ella aun lograba ponerme nervioso... Mi bella azabache.

La concentración de la música es impresionante, esta me relaja y me hace sentir tan pleno, lleno de vida...

De pronto a unas dos bancas de mi escucho a sollozo, volteo a ver y claramente puedo observar a una chica que solloza fuertemente. ¿Pero que hace una chica como ella aqui?

Se nota que es una chica de alcurnia pues su forma de vestir, la delata a kilómetros, ella es rubia su cabello es tan dorado que parece que los angeles lo hicieran a la perfección... Su piel es blanca, pero sus ojos son azul zafiro me ha dejado estupefacto su belleza.

Me acerco lentamente para ver si esta todo bien con ella, cuando logro reconocerla es Chloe Bourgeois la hija del alcalde pero ¿Que hace ella aqui?

—¿Todo esta en orden señorita? —Pregunto un poco nervioso, ella tiene fama de tratar mal a la gente.

Ella voltea a mirarme extrañada, al parecer se asusto un poco al notar a un extraño acercarse a ella. —Si, todo excelente —Dijo con una voz fria.

—¿Esta segura? Pude notar que estaba llorando, además de que tiene los ojos hinchados —Señale a su cara mientras sus mejillas tomaban un tono rojizo.

—Si, ya le dije que todo bien —Al parecer estaba asustada.

Tome asiento al lado de esta, haciendo que se estremezca un poco a mi acto —No le hare daño, me presento soy Luka, musico y estudiante.

Se relajo al notar que empecé a tocar unas notas.
—¿Te sientes asi?

Ella sonrió un poco al acto mio respondiendo —Un poco.

Segui tocando la guitarra por unos momentos mas sin hacer caso a la hora, cuando menos me di cuenta ya eran las nueve de la noche, el dia se habia esfumado en un segundo. Fui interrumpido por una llamada, bastante insistente.

—Luka

—¿En donde demonios estas, mama esta muy enojada—

—¡Demonios —No habia visto la hora. —Ya voy para alla. Voltee a mirar a la blonda quien tenia los ojos cerrados, al parecer disfrutaba de la música que estaba tocando. —Me tengo que ir señorita Bourgeois.

Ella abrió sus hermosos ojos azul zafiro, volteando a mirarme observando como guardaba la guitarra en la funda.

—¿Te quedaras aqui sola? —Ella negó dos veces mientras se ponía a mi par. —Deja te llevo a casa, es tarde y aunque sea Paris, algo seguro no es bueno que una señorita este sola y a estás horas.

—Esta bien —Fueron sus palabras mientras subíamos las escaleras para ir al sendero en donde estaba la calle principal.

—Sino es muy inoportuno de mi parte. ¿Porqué llorabas?

—Eso no importa...

Su voz era fría como el hielo, es mas que visto que ella no quiere hablar y tampoco la voy a presionar, el frio empieza a sentirse puedo notar que ella se abraza a si misma por lo tanto decido quitarme la sudadera y ponérsela por los hombros... A este acto ella se sorprende al parecer me miro extrañada.

—No sera de marca, pero te aseguro que está limpia. —Ella soltó una risa ante mi comentario.

—Si, huele a perfume de hombre. —Oliendo asi la fragancia que enmanaba de mi sudadera, siendo sincero eso me hizo sonrojar un poco. Nunca antes una chica habia hecho algo asi, ni Marinette que fue mi novia lo hacia.

—Ya casi llegamos, señorita Bourgeois.

—¡Chloe! Solo dime Chloe, por favor.

Su mirada vuelve a descender al piso, creo que su problema es bastante grave, me dedico a guardar silencio lo que resta del viaje. Llegando al Le Grand París ella se despide de mi haciendo una reverencia y entrando al hotel. Al parecer se le olvido darme mi sudadera, sonrió en el interior dándome prisa a casa ya casi son las diez y mamá me va a matar.

Al llegar al barco me doy cuenta que en la parte superior ya se encontraba mi madre, se veia bastante enojada.

—¡Luka Couffaine! —Llamo mientras la volteaba a mirar —¿De dónde vienes jovencito?. Tu no te mandas solo.

—Disculpa madre, yo estaba tocando musica cuando, me encontré con una chica a la cual le hice compañía un rato, se me paso el tiempo volando lo lamento.

Ella me miro sorprendida ante mi confesión. —Valla... Al parecer ya tienes novia, bueno eso es lo que veo. Porque llegaste sin sudadera.

—¡No mamá! ¡No es lo que crees! —Genial ahora vendrá un interrogatorio de dónde conocí a esta chica.

My Queen...

My Queen [Lukloe]Donde viven las historias. Descúbrelo ahora