My Queen [Lukloe]

Capitulo 40. Final

Mi historia de amor con Chloe no es la más perfecta, o la más apasionada que existe, mas bien siempre fuimos tiernos en el aspecto sexual, siempre fuimos de sorprendernos con pequeños detalles, desde el principio de nuestra amistad pude ver que Chloe era una melodía intensa, pero tierna a la vez, una melodía que rara vez se podía escuchar, una melodía que no todos los músicos se atreven a tocar por su constante manera de cambiar... Si pudiera interpretar a Chloe en una canción bueno tal vez pudiera describir que ella es una melodía intensa y dulce a la vez.

Una melodía que rara vez aparece en el mundo, tan excepcional y a la vez dulce que te sientes atraído hacia ella en el primer toque, en el caso de Chloe, es posible que sus Zafiros fueran los que me llamaran la atención ese 23 de agosto. Una fecha tan significativa para nosotros que solemos regresar cada año al mismo puente en donde nos conocimos a tomar un helado y platicar que ese momento que para ambos es único y especial.

Hoy estamos en Paris con la intención de celebrar la fecha y de visitar a su padre, han pasado cinco años desde que nos casamos y vivimos en Nueva York en donde ella triunfa como una Ceo reconocida por su innovación en el mundo hotelero, y yo soy un manager en busca de talentos en el mundo del entretenimiento. Ambos buscamos la manera de triunfar en nuestras áreas sin dejar de lado nuestra relación y menos ahora que mi rubia esta embarazada, si mi hermosa esposa esta embarazada de una pequeña a la cual queremos llamar Andrea en honor a su difunto padre.

Esta tarde estamos en el cementerio en donde ella lleva algunos tulipanes y girasoles, en donde limpiamos su cripta y mi hermosa le habla a su padre de lo mucho que ha madurado como mujer y que pronto será madre.

Ella habla con alegría mientras acaricia su vientre abultado de seis meses, sonríe y con una pizca de melancolía le cuenta su vida en Nueva York, así como el hecho de que nuestra relación va de lo mejor, puedo notar como ella toma mi mano buscando mi apoyo en ese momento, y la entiendo, mi reina se hace la fuerte cada vez que venimos a visitar a André.

—¡Vamos Luka! —Con una sonrisa salimos del lugar continuando con el paseo, Chloe toma mi mano mientras jala de ella queriendo ir a nuestro lugar especial...

—Espera un poco mi sol, no vayas tan rápido—Ella suelta una risita con mientras sigue jalando de mi mano.

Puedo notar la emoción en sus ojos mientras sonrió y me dejo llevar por sus pasos, pasos acelerados que se nota en el verano de agosto, el verano en donde el sol se hace intenso y mi hermosa flor con seis meses camina rápidamente para poder llegar a nuestro lugar especial o mas bien puedo entender porque tanta emoción pues a lo lejos una figura conocida en la ciudad esta cerca de nuestro lugar en donde los enamorados se reúnen, si el André el heladero esta cerca y siento que cierta rubia quiere uno.

Rio ante la idea de sus ojos azul zafiro brillando por querer probar un helado de vainilla o tal vez de fresa, por lo que la miro esperando su propuesta de helado.

—Luka... —Dice con una voz llena de ternura...

—Si, mi amor... —con una voz dulce la observo como sus ojos brillan y señala los helados —¿Mi reina quiere un helado?

—No, el bebe quiere un helado —Puedo soltar una risa ante su respuesta y con leve asentimiento acaricio su mejilla.

—Lo que mis tesoros digan... —Sonrió y me alejo a la heladería en donde pido su sabor favorito vainilla con chispas de chocolate, es imposible no amar a esa mujer tan tierna, una mujer que me ha cautivado tanto. Es posible no amar a esa mujer mas de lo que ya lo hago, si creo que si podría amarla más.

En nuestra relación pude descubrir que tras esa fachada de mujer fría y altanera había una mujer que estaba destruida por las adversidades que se le presentaron una mujer que creía que lo material era mas importante debido a que así fue educada, no porque ella quisiera, sino porque el ser excepcional era mas importante que los sentimientos, en una clase social en donde la vanidad es mas importante, que la educación.

—Aquí tienes mi sol... —Ella sonríe y agradece mientras nos sentamos en la misma banca en la que nos conocimos hace mas de diez años. Los recuerdos inundan mi mente en donde mi mirada se cruza con la suya, en donde los ojos conectan por primera vez y esos zafiros tan intensos penetran mis celestes creando un nuevo color en mi vida, un color en donde el azul de sus ojos era lo único que tenia sentido a mi vida.

Con un suspiro puedo recordar como nos perdimos en la melodía de mi guitarra por varias horas esa noche, en donde me lleve una llamada de atención por parte de Anarka por haber tardado tanto, una risa sale de mis labios al recordar su interrogatorio como si de policía se tratara, esa risa llama la atención de Chloe quien me mira y sonríe.

—Luka... ¿pasa algo?

Niego con la mirada mientras que acaricio su mejilla, y suspiro mientras beso su frente. —Solo estaba recordando el día en que nos conocimos, el 23 de agosto.

—Ese día fue único, porque fue el inicio de nuestro amor.

—Lo se mi dulce... —Tomando su rostro en mis manos y beso sus labios de manera tierna y delicada como si de una flor de tratase, de la flor más brillante del verano. —Te amo...

—Yo también te amo Luka... Te amo como nunca llegue a amar a nadie... en el mundo porque fuiste tu quien me salvo de la oscuridad que emanaba, porque fuiste el único que vio mi alma destrozada y la cuidaste mostrando que había mas de mi que solo darle gusto a mi madre, porque fuiste mi amigo, mi amante, mi guía en ese momento en donde parecía destruirse en mi y si me preguntan. ¿Cuánto amas a Luka Couffaine? Respondería que no me alcanzaría esta vida y la otra para demostrar mi amor, porque las palabras se quedan cortas, porque esta eternidad es vacía a comparación del amor que siento por ti.

Sus palabras resuenan en mi corazón, mi rubia si tan solo supieras que con solo tenerte aquí tu ya me llenas, porque el saber que tú por mi estas loca, me llena, porque tú me llenas más que a nada mi dulce Chloe... La abrazo y beso su sien mientras vemos el atardecer llegar dando una vida a una historia de amor en donde todo comenzó, solo porque yo estaba tocando mi guitarra.