Capítulo 14

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El monitor de signos vitales hacia el típico sonido que debatía su vida

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El monitor de signos vitales hacia el típico sonido que debatía su vida. La intensidad de luz estaba baja y eso se me hacía un poco difícil distinguir de quien se trataba, así que a pasos sigilosos me acerqué al cuerpo que yacía reposando sobre la cama de hospital.

Mi corazón bombeaba fuerte, sentía un frio recorrer mi espalda. Pero lo peor del caso es que en cuanto me acerqué sentí clavado mi corazón, como si se hubiera derrumbado algo, se oprimía y quería salir corriendo, pero mi curiosidad era más grande que hacia quedarme y clavar mis ojos en ella.

El vendaje en la frente era lo que resaltaba, sus ojos cerrados mostrando sus largas pestañas y sus finos rasgos me hicieron deducir que se trataba de una mujer joven, una chica que estaba muerta en vida.

Mechones de cabello color azul se asomaban debajo del vendaje, lacio y corto. No podría reconocer de quien se trataba, jamás la había visto en todo este tiempo de conocer a la familia Uchiha. Me dolía que ella estuviera en ese estado aun sin conocerla, algo muy grave sucedió para que terminara de esta forma, si intentó acabar con si vida o si alguien trató eliminarla.

Sobre una mesita estaba una flor hecha de papel. Se me hacía extraño que esto estuviera aquí. Luego lo tomé en mis manos para observarlo mejor.

— ¿Quién eres? —susurré para mí misma sabiendo que no obtendría respuestas de sus labios.

Tantas preguntas que parecían no tenían respuesta. Acerqué mi mano para tocar su pálido rostro, cuando de pronto la puerta se abrió.

— Muchacha, ¿Qué haces aquí? Esta es un área restringida —me sobresalté, y quería que me tragara la tierra, pero era imposible.

Me giré sobre mis propios talones y con dificultad pronuncie:

— Yo...

Me alejé de la chica y me encaminé hacia la puerta a pasos agigantados.

— Retírate por favor—determinó la enfermera que había estado aquí mismo hace poco tiempo. Me miraba de arriba abajo examinándome, desconfiaba de mí y claro, ella podría pensar que he venido a atentar la vida de la chica, pero eso es todo lo contrario.

Asentí con miedo, incluso le mostré las palmas de mis manos en son de paz.

Le di una última mirada a la chica y salí a toda prisa con un poco de nervios que contenía. Tomé mi bicicleta y partí rumbo a mi departamento para descansar, Pero de mi cabeza no salía su imagen, el panorama tétrico que la acompañaba y el origami alado de ella. Un año, un año transcurrido y aun no logra despertar. Mi mente comenzó a atar hilos que parecían no tener dirección, Sasuke venia una vez por semana a este hospital para ver a la chica y si mis cálculos no me fallaban ese día a la semana era: miércoles un día antes de su vista al lago, como cada semana.

Decidida cambié de dirección y estacioné mi bicicleta en el barandal del puente. El lago brillaba y reflejaba el cielo azul, su agua cristalina lo hacía ver limpio y puro. Traía paz a quien lo viera, su agua calmada parecía detener el tiempo y ahora entendía porque Sasuke venia aquí.

En tus zapatos (sasusaku) TerminadaDonde viven las historias. Descúbrelo ahora