Capítulo 12

553 91 19
                                    


Se lo lento que va esto, puede parecer repetitivo, lo sé.

Esperen, tengo mis motivos y bueno lo que quiero es que esto fluya de manera natural, que ellos vayan a su ritmo, tampoco es que esto sea el amor a primera vista, simplemente quiero que esto sea un amor inocente, ya ustedes saben.

Este capítulo avanzara rápido, porque yo también quiero salseo aquí 7u7.

Solo aviso antes.

También agradezco los comentarios y votos, eso me motiva a seguir con esto. No creí que les gustara, pero aquí esta mis alocadas ideas dando todo por ahora. Gracias por 1k de lecturas.

Sin más preámbulo le otorgo la palabra a la rosadita.

Sakura: Ya era hora,.. ¡¿Cómo me llamaste?!

Yo: Empieza órale, que a eso vinieron las lectoras.

Llegué a mi departamento cansada de tantas tareas, obviamente las entendía pero hoy tenía una flojera inexplicable que no quisiera que nadie me molestara, pero pareciera que dije todo lo contrario

¡Ay! Esta imagen no sigue nuestras pautas de contenido. Para continuar la publicación, intente quitarla o subir otra.

Llegué a mi departamento cansada de tantas tareas, obviamente las entendía pero hoy tenía una flojera inexplicable que no quisiera que nadie me molestara, pero pareciera que dije todo lo contrario.

Al llegar a mi departamento encontré una nota en el refrigerador.

"Te vas a trabajar, no sin antes recoger un poco. No quiero ver sucio cuando llegue".

Y bueno aquí estaba limpiando, quitando hasta la última partícula de polvo que a mi hermana le pudiera molestar, bueno casi casi, tampoco exageremos. Pero debía dejar todo impecable

Motivo: hoy tenía su cita.

Fui a trabajar y cuando llegue ahí estaba ella arreglándose. Colocaba sus aretes cuidadosamente mirándose al espejo y se arreglaba el escote del vestido azul. La tela se ceñía a su cuerpo dándole una envidiable figura. Ante mis ojos estaba una persona completamente distinta a la que me había acompañado a lo largo de mi vida. Diariamente la veía cansada con un tono violeta debajo de sus ojos, pero ahora no.

Notó mi presencia y me sonrió satisfecha.

La admiraba, se había convertido en una figura materna para mí, el hecho de que perdiéramos a nuestros padres no la detuvo. Ahora recuerdo que después del funeral no la vi derramar ni una sola lagrima, creía que no le dolía, pero ahora con unos años más de vida comprendía que lloraba en silencio a mis espaldas, que ella se volvió fuerte por mí, para no verme caer y no hacerme una víctima por el simple hecho de quedar huérfanas. Me enseño que todos sufrimos de alguna u otra manera y que todos experimentamos la tristeza por lo menos una vez en la vida, claro, unos más dolorosas que otras. Pero no dejo que me hundiera, me arrastro hacia la orilla.

Le sonreí y le dije demasiados cumplidos para que fuera segura de sí misma.

¡Ay! Esta imagen no sigue nuestras pautas de contenido. Para continuar la publicación, intente quitarla o subir otra.
En tus zapatos (sasusaku) TerminadaDonde viven las historias. Descúbrelo ahora