Un Momento Contigo

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6 de septiembre de 2021, Puebla.

-Manuel... -El apoyo un dedo en sus labios para silenciarla, necesitaba seguir expresando sus sentimientos.
-Después de todo este tiempo, cada día sigues llenando mi corazón con toda la felicidad que siento, cada vez que me hago consciente del privilegio que se supone tenerte en mi vida. Tu has sido la luz que me ha guiado en la penumbra, el milagro que ha dado sentido a mi existencia, la razón de sentirme vivo y firme para continuar a pesar de las dificultades. - sacudió la cabeza al ver que ella comenzaba a emocionarse- No se vale llorar Lucerito, ¡eh!
-Pero como que no?
-Escucha no se que pasara en un futuro entre nosotros, pero saberte aquí, disfrutando este momento como cuando éramos uno, hace que desee que apostemos nuevamente a lo que una vez fuimos.

Ella se lo quedo mirando fijamente y no supo que decir.

-Wooow! Creo que acabo de producir un milagro-dijo Mijares entre carcajadas.
-Disculpa?
-Es que te has quedado callada.
-Ya vas de nuevo.
-Perdón, Perdón -dijo levantando ambas manos en señal de rendición. - No lo volveré hacer en privado.

Sacudiendo la cabeza, y con una leve sonrisa, no podía creer como aquel hombre, que conocía desde hace 34 años, podía pasar de decirle las cosas más bonitas del mundo, y hacerle chistes en cuestión de segundo.

Ella sabía que él, no era de las personas cursis, completamente romántico, pero era único, no había conocido a nadie como Manuel. Y aunque no se jactaba de ese lado, cuando decidía expresar lo que sentía, lo hacia de la manera más perfecta que podía existir.

-Porque ahora Manuelito?
-Bueno, será que todos estos meses que hemos compartidos como... ¿Como lo dices tu? ¿Siempre Amigos?
-Manuel?
-Ya, ya está bien, sin burlas. - desprendió una sonrisa que solo a ella le hacia y que a Lucero le fascinaba. -
-Una mas y me largo de tu habitación.
-Pero si aún no hemos cenado. -ella lo fulmino con la mirada- Esta bien. ¿Te pregunto yo Lucerina y porque no ahora?

Jaque Mate se dijo Lucero por dentro.
Era verdad que, en algún momento, se tenían que sentar y hablar claramente de lo que venia pasando entre ellos desde fines de marzo. Si bien ambos, después de la primera vez que dejaron de reprimir lo que sentían cuando estaban cerca y se dejaron llevar por la pasión, acordaron que era sin ataduras, sin tantas palabras, sabían que este momento tenia que llegar. No sabían si para aclarar las cosas, ponerle punto final o que.

Pero ahí estaban, en la habitación de él, en un Hotel de la ciudad de Puebla, luego de a ver dado un show privado.
Cuando habían bajado del escenario, el muy discretamente le dijo que la invitaba a cenar, si le apetecía y no estaba cansada. Ella le hizo una pequeña seña, que el entendió a la perfección. Una de las ventajas de trabajar con tu ex, y con el que te conoce igual o hasta mas que tu misma, es que a veces no son necesaria las palabras para saber que piensas, que quieres decir, o como vas actuar.
Y Manuel cuando vio que ella señalo su celular, supo sin agregar más nada, que le daría la respuesta cuando llegara a su habitación.

Y ahí estaban esperando la cena.

Parecía una escena como los viejos tiempos cuando eran marido y mujer y estaban alguna habitación de un hotel en alguna parte del mundo. Pero lo cierto es que estaban divorciados, ambos con sentimientos encontrados, por lo que venía sucediendo entre ellos desde hacía unos meses.

-No se Manuelito, no se.
-Que sientes? - el estiro su mano y deposito una leve caricia en su rostro, el pequeño gesto hizo que el cuerpo de ella se estremeciera de punta a punta y suspiro. - No voy hacerte el amor- le dijo el entre risas, al notar la reacción de ella.
-Entonces no me toques- le dijo mientras retiraba la mano de él, y sintió un vacío al perder el contacto.
-A tus ordenes Lucerito.

El se retiro un poco de la mesa y tomo su cigarrillo electrónico y la comenzó a mirar a distancia mientras sonreía.

-Ya para Manuelito.
-Y ahora que mujer?
-Que no me mires así.
-Así como?
-No te hagas, me miras como si estuviera desnuda.
-Claro que no Lucerito-empezó a reírse porque le encantaba saber el efecto que aun le provocaba a su ex. – Mira nena, te invite solo a cenar y a pasar un momento agradable y que pudiéramos platicar.
-Ajam.
-Lucerito me ofendes.

Ella se levanto y lentamente camino hasta el, de una manera coqueta y descarda.

-¿Ay perdón señor, no era mi intención hacerlo – poso su mano en el brazo de el- en verdad no vas a tocarme?
-No.
-No? -ella acerco su boca a escasos centímetros de el- seguro?

Manuel estaba perdido en el movimiento de los labios de su ex, lograba sentir su aliento y su respiración un poco agitada. Pero como buen caballero, negó con la cabeza. Ella no quiso saber bien a que se refería con la negativa, por eso termino con la separación que había entre sus bocas, y deposito un suave beso.

Manuel la hizo sentar en su regazo y la tomo por la nuca. El beso continuaba siendo lento, una danza de lenguas, que sabían perfectamente lo que hacían. Ella enredo sus manos en el pelo de él. Iban sin prisa.

-Nena -apenas se retiro para poder hablarle.
-No me llames así por favor- ella bajo sus besos a su cuello. - Manuelito hazme el amor.
-Es una orden?

El toque a la puerta rompió todo el encanto y fuego del momento. Manuel la levanto de su regazo despacio, acariciando casi todo el cuerpo, y ella se aferro a el para evitar a que fuera abrir. La cena podía esperar, pero su deseo no.
El le sonrió y deposito un pequeño beso y camino hasta la puerta.

-Ya sabia yo que estabas aquí- dijo Toño cuando Manuel abrió la puerta.

Relatos Cortos SpawsDonde viven las historias. Descúbrelo ahora