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Alejó su mirada de la mía dejando todas esas emociones a un lado. El chico frente a mi desvío su mirada y empezó a jugar con sus dedos mirando como se movían ambos.

-- Estoy esperando a que continúes con tu oración, ¿ella es una que?

-- E-ella es una... -- tartamudeó. -- Una linda chica, la cuál le iba a pedir disculpas por interrumpir su sueño. De verdad lo siento, perdóname por favor. -- miré al chico a mi lado pero esté no me miró. El chico frente a mi se encontraba arrodillado suplicando porque lo perdonase.

-- ¿Puedes levantarte? Esto es incómodo. -- susurré y esté hizo caso. -- Yo no tengo nada que perdonarte, el que tienes que pedirle disculpas y suplicas es al chico detrás de ti.

Los tres dirigimos la mirada a dónde yo señalé levemente. Estaba el chico rubio aún con un ligero sonrojo y su mirada en el suelo. Levantó su mirada al ver cómo el castaño se acercaba a el para suplicarle su perdón. Al parecer el rubio solo sonrió levemente y asintió sin dudarlo dos veces.

Se ve que tiene un lindo corazón.

Sonreí mirando al rubio, esté se sonrojó pero me devolvió la sonrisa al instante que el castaño lo abrazará. Ambos se alejaron dejándome junto al otro chico castaño a mi lado.

-- Gracias, por eso. -- me giré encontrándome con su penetrante mirada. Parecía haber estado mirándome hace unos segundos antes de que me girara, detalló mi rostro y luego volvió a mis ojos. Un pequeño sonrojo invadió mis mejillas haciendo que rompiera la conexión de miradas.

-- No fue nada. -- soltó luego de unos segundos. -- No debes hablarle mal a los chicos de aquí, es inapropiado.

-- ¿Por que, debería dejarme tratar mal por esta bola de inútiles? -- el elevó su ceja ante mi pregunta. -- No dejaré que me hablen mal, créeme que lo tenía todo resuelto sólo que llegaste tú y dañaste mi gran plan.

Obviamente estoy mintiendo. ¿Plan? ¿De cuál plan hablas, Park? Lo único que esperabas era o un golpe o una grosería por su parte. Ni siquiera fuiste capaz de salir corriendo.

-- No puedes hablarle a un chico de esa manera, es realmente inapropiado. ¿No te enseñaron modales tus padres? -- fruncí mi ceño. -- Debes permanecer callada, no hablar cada vez que un chico diga algo así sea grosero.

-- Cómo dije antes, no dejaré que un chico me hable mal. Ellos no son más que nadie solo por ser hombres. -- rodeé los ojos. -- Al parecer eres igual de inútil que el chico ese. -- separó sus labios para hablar pero me adelanté. -- Gracias por interferir, buenas tardes.

-- ¿Me dejarás aquí? -- esté habló un poco alto ya que me estaba alejando. -- Debes esperar a que me retire para luego tú hacerlo.

-- ¡Pues lo hice antes! -- me giré sin detener mi paso, le regalé una sonrisa sarcástica y me giré nuevamente.

-- ¡Mal educada!

-- ¡Hombre inútil! -- respondí y luego entre a mi casa.

Al ingresar a la casa mis fosas nasales fueron invadidas por un peculiar aroma haciéndome cerrar mis ojos para disfrutar con más detalle de ese exquisito aroma.

-- ¡Lili! -- me sobresalté al escuchar a mi madre hablar. -- Te estuve buscando por todos lados, ¿Dónde te metiste?

-- Estaba afuera solucionando algo. ¿Que sucedió? y ¿Por qué estás vestida así?

-- ¿Recuerdas a Patrick? Al amigo de tú padre.

-- Oh si, el Señor que vestía de verde  un día del año. -- ella rodó sus ojos por mi mal chiste. -- Bu, amargada. ¿Qué pasó con el?

-- Resulta que es nuestro vecino, y nos ha dicho para ir a cenar con el y su familia. -- ella acomodó su cabello en el espejo de enfrente.

-- No iré, no quiero vestirme y sonreírle a personas que posiblemente me desagraden. -- me crucé de brazos e hice una mueca de disgusto.

-- No te he preguntado, ve a vestirte. Solo tienes diez minutos. -- ordenó seria.

Gruñí y empecé a caminar con pisadas fuertes hasta mi habitación cerrando la puerta de esta con un portazo. Odiaba salir y conocer personas, ¿Por que no se quedan con las que ya conocen? Así revives menos decepción, y menos posibilidades de salir lastimado por una de ellas.

Fiorella, mi mejor amiga. Siempre decía eso, "Estoy bien con las personas que tengo, no necesito a más nadie por algo solo los escogí a ustedes" mientras comía un poco de pan y una sonrisa en sus labios. La extraño, demasiado.

-- Lili, tienes cinco minutos. Ni uno más, ni uno menos.

Grito la señora detrás de mi puerta haciendo que rodara los ojos buscando algo que colocarme. Opte por el vestido color menta que mi abuela había hecho hace unos meses para mi con la excusa de "no tendrás que colocarte si tienes una cena con un enamorado" Así y esa excusa fue su pretexto para llenar mi armario de muchos vestidos. No me quejó, son hermosos y muy cómodos.

Ate mi cabello con una cinta negra, el contraste del negro de mis zapatos junto con la cinta del mismo color y con el color menta del vestido hacía que me sintiera un poco más seguro de lo que lucía.

--Siempre serás hermosa, cariño.-- susurré cerrando mis ojos pensando en cómo luciría mi padre diciéndome eso.

Salí de mi habitación siendo seguida por la mirada de mi madre junto con una gran y hermosa sonrisa. Sabía lo que diría así que decidí indicarle que no lo dijera, luego el momento se volvería sentimental y su maquillaje se rodaría.

-- Solo hay que caminar un jardín. -- ella bromeó y yo solté una risilla. A pesar de todo, me gustaba el jardín de la casa del Señor Patrick, es demasiado grande y bien cuidado.

Al llegar a la casa de al lado, el Señor Patrick y su esposa nos recibieron com un abrazo y una gran sonrisa. El Señor Patrick me permitió caminar por su gran jardín de al fondo, el que daba con mi ventana. Es mucho más hermoso en persona, lo juró.

Habían diferentes tipos de flores, rosas rojas, margaritas, girasoles y muchas más. Caminaba mientras que con una sonrisa admiraba las flores, me relajaba verlas.

Camine un poco más al fondo dónde se encontraba un pequeño asiento para dos personas. La vista era mucho más linda desde aquí, quedaba algo más alto que el jardín así que podía admirarlas mientras tarareaba una canción.

-- Mierda... -- me quejé en un susurró al ver cómo mi dedo empezaba a sangrar por la rosa en mis manos. -- Espinas estupidas. Tonta Lili, tonta, tonta. -- me llevé el dedo a los labios para así tratar de calmar el líquido rojo.

-- ¿Por que agarrarías una rosa así? Es demasiado ilógico y muy básico. Haces ver cómo si no supieras de flores. -- una voz hizo que me levantará rápidamente. Sentí sus ojos sobre mi y luego sobre mis labios junto con el dedo. -- No acabará la sangre así, toma. -- me extendió un pañuelo blanco y lo tomé algo dudosa.

Iba a enrollar mi dedo cuándo siento cómo una mano me atrae hacía su cuerpo tomando nuevamente el pañuelo juntó con mi dedo. Hizo una mueca de disgusto y luego embozo una sonrisa por el resto de mis babas en el dedo.

-- Realmente eres tonta Lili, tonta, tonta. -- repitió cómo yo lo había hecho antes. Mis mejillas empezaron a arder. -- ¿Ves? Ya la sangre no esta en tú dedo, ahora está en tus mejillas. -- señaló y luego sonrió. -- Por eso estás así.

Oculté rápidamente mi rostro entre mis manos para evitar que me mirara, pero fue imposible. Unas manos alejaron las mías dejándolas extendidas a un lado extendidas.

-- No ocultes tú sonrojo, me gusta admirar los rostros de las personas. Me gustaría admirar un poco más tú rostro, sin importar que ese sonrojo solo adorne momentáneamente. Podría acostumbrarme.

Nuestra Canción [Min Yoongi]Donde viven las historias. Descúbrelo ahora