Capítulo 10

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«Confía en la magia de los nuevos comienzos»

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«Confía en la magia de los nuevos comienzos».

Mientras permanecía acostada en su cama, Verónica pensaba en lo bien que se sentía. Por primera vez en mucho tiempo estaba tranquila, relajada y pensando en la oportunidad que tenía de un nuevo comienzo. Desde que recibía las visitas de Mateo todo lo veía diferente, veía una luz al final del camino y, es que, en compañía del rubio olvidaba por completo su pesar, enfocando su mente y energía en lo bueno que tenía alrededor y no en el dolor que la consumía por dentro.

Hacía una semana desde que su hermano se encontraba en su viaje romántico y su mejor amigo cumplía con su promesa. Habían pasado cinco días desde que por error terminaron pasando la noche en el sofá y desde entonces, Mateo pasaba todas las mañanas antes de irse a trabajar. Usualmente, salían a trotar a la placita que estaba cerca del conjunto residencial y en algunas ocasiones pasaba por las noches luego de su jornada laboral. Nunca había sido afecta a las actividades físicas, odiaba ejercitarse, pero debía reconocer que el hacerlo la ayudaba a no sentirse tan ansiosa, tan triste.

Luego de que él se marchaba, ocupaba su tiempo dando un paseo por la ciudad, leía o escuchaba música. Intentando cumplir a cabalidad lo que le indicaba su terapeuta en las sesiones que mantenían de manera inter diaria. Después de tanto tiempo, sentía que su esfuerzo estaba dando frutos.

Claro que debía reconocer que, en parte, era gracias a la presencia de Mateo. Él no se comportaba como una niñera o un vigilante, lo hacía como un amigo, un amigo con el que podía pasarse una eternidad hablando, bromeando y riendo. A pesar de ser diferentes y de discutir cada dos por tres, se entendían y eso hacía que esperara con ansias su visita.

Estaba de tan buen humor que la noche anterior conversó con su agente sobre una propuesta laboral que le surgió en Múnich y sin dudar la aceptó. En esta oportunidad representaría a una nueva marca de ropa para dama que debutaría con su línea de otoño. Debía presentarse el día martes a primera hora de la mañana en un estudio que se encontraba en el centro de la ciudad, donde se realizaría la sesión fotográfica para el catálogo promocional.

Le emocionaba mucho tener algo que hacer mientras esperaba respuesta de las propuestas laborales que tenía en Italia. También ansiaba contarle la noticia a Mateo, su nuevo amigo. Estaba segura de que él también se alegraría por ella.

—¡Buenos días!

Como se estaba haciendo costumbre, Mateo irrumpió en el lugar sin antes avisar.

—¡Qué mierda! —exclamó mientras se sentaba en la cama— ¿Alguna vez dejaras de hacer eso?

A pesar de tener rato despierta permanecía acostada boca abajo y con los ojos cerrados. Esa era una tonta costumbre: se despertaba, mas no se levantaba de la cama hasta que fuese necesario.

—¿Hacer qué? No sé de qué me hablas —dijo él con fingida inocencia.

—Entrar sin antes llamar. Suerte que no sufro del corazón porque ya habría muerto del susto.

Todo llega en forma de amorDonde viven las historias. Descúbrelo ahora