11. Cita 2/2

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El entretenimiento es una acción que se lleva a cabo con fines recreativos, para alejarse de las preocupaciones del día a día, o simplemente por gusto propio; creo que el entretenimiento acaba de tomar un nuevo significado en mi vida.

-¡No podía soltarme de la orilla! ¡Sentía que caería! Definitivamente no volveré a ir a una pista de hielo.

Con Minho yo no me estaba "entreteniendo", con Minho yo estaba realmente coexistiendo, ocupando un mismo lugar y espacio, en el mismo auto, con ruidosas pero a la vez dulces carcajadas saliendo de nuestras bocas.

-¿Y te dolió?

-Oh, definitivamente sí. Caer con el trasero en el frío y duro hielo no es mi actividad favorita a decir verdad.- bufó Minho mientras reía.

No podía dejar de reír al imaginármelo en tal situación, además de los "efectos especiales" que pone a su narración fueron extremadamente graciosos.

Mi estómago comenzó a rugir un poco, y cuando paramos de reír decidí sacar de mi típica mochila mi también típica leche de fresa.

Dí un trago y lo saboreé mientras miraba a Minho, creo que al igual que él conmigo, me fascina verlo. Creo que ya no tengo calidad moral para sentirme intimidado ante su mirada cuando yo hago lo mismo.

-Vamos. dí que soy muy lindo.-se burló.

-Eres muy narcisista, Minho.

-Oh... Tú también lo eres.

-¡Por supuesto que no!

-Por supuesto que sí- se cruzó de brazos -. Tú y yo somos iguales en ese aspecto.

-Estás delirando.- dije para volver a tomar de la pequeña bebida.

La miró y humedeció sus labios-: Dame un poco.

-No.

Hizo un pequeño puchero y se acercó más a mí, casi hincándose en el asiento-: Porfiii...

-¿Ves? Tú también haces pucheros.- mencioné haciendo referencia a lo que me dijo la noche anterior en el parque.

-¿De qué hablas?- cuestionó él.

-Lo que dijiste sobre que hago pucheros.

Su expresión confundida cambió a una que sabía a lo que me refería, pero la devolvió a la anterior.

-No entiendo, Sungie- fingió clara inocencia mientras se apoyaba en el auto y me acorralaba contra el asiento y la puerta -. ¿Me podrías recordar que te dije? Soy tan distraído.

¿Han tenido esa sensación donde sienten que su corazón late tan rápido y fuerte que se saldrá en cualquier momento de su pecho? Bueno, eso sentía yo mientras me encogía en mi lugar.

-¿Qué haces?

Sonrió- ¿No es obvio?- se acercó a mi oreja y susurró lenta y suavemente-: Quiero besarte.

Un escalofrío recorrió mi cuerpo. ¿Qué debía hacer? Es decir, claramente yo también, pero estaba muy desorientado. Mordí mi labio nerviosamente y bajé la mirada tratando de ocultar mi sonrojo.

Sus mano quitó lentamente mi leche de fresa que aún tenía mi diestra, la posó en el porta vasos y con su dedo índice levantó mi mentón, logrando que lo mirara.

-No voy a hacer algo que no quieras.

¿Quería besarlo? Bueno, sí... Pero... No. Es decir, si quiero, pero no sé. Si mamá se enterara de esto estoy muerto.

-Está bien. H-Hazlo...

Miró mis labios unos segundos, pasó su dedo índice por mi frente para quitar algunos mechones que caían sobre mi rostro. Cuidadosamente pasó la palma de su mano por mis ojos, cerrándolos.

El sentido de la audición se agudiza cuando el sentido de la vista se anula, podía escuchar claramente un par de hojas que volaban fuera de el auto, la casi silenciosa respiración que salia de la perfecta nariz de Minho y cómo el viento iba aumentando, aunque para nosotros era imperceptible en ese momento.

Besó suavemente mis párpados, acarició mi mano mientras comenzaba a besar repetida y lentamente mi frente. Se detuvo y bajó su rostro a mi cuello, disfrutó el olor de mi perfume.

-Me tienes tan mal...- murmuró para dejar besos en mis mejillas.

Todo era tan delicado, silencioso. Mis labios picaban por que por fin me besara ahí, pero no me quejaba, estaba adorando todo eso. Lo consideraba una especie de "preparación mental". En ese momento, realmente no me importaba si mi madre descubría que me escapaba con un fumador todas las noches, si me castigarían el resto de mi vida y cualquier otra cosa dramática que pudiera pasarme por la mente.

Nuevamente se separó un poco para verme, la distancia entre nosotros era casi nula. Estaba casi encima mío. Me dediqué a ver cómo sus labios se separaban un poco y el cómo sus pestañas se batían y se posaban sobre sus mejillas.

Y pasó.

Ansiosamente posó sus labios sobre los míos, de inmediato volví a cerrar los ojos disfrutando el momento y el tacto. Su mano derecha tomó mi cintura apretándola un poco, la otra estaba en mi nuca. Jadeé realmente salido de la realidad, todo era tan extraño pero genial a la vez. Su cabeza se ladeó un poco y comenzamos a mover nuestros labios a un ritmo lento, agonizante. Mis manos se aferraban a su suéter. Podría catalogar este suceso fácilmente como uno de mis momentos favoritos en la vida. Estuvimos un par de segundos igual, hasta que nos separamos lentamente, juntamos nuestras frentes y cerramos los ojos.

Se volvió a su asiento y me atrajo a él, esta vez yo quedando sobre su regazo, sus manos acariciaban mi espalda. Opté por pasar mis dedos por su cabello mientras lo detallaba y tomaba una fotografía mental de su rostro.

No tardamos en volver a unir nuestros belfos, esta vez en un beso más intenso y tentador.

No tardamos en volver a unir nuestros belfos, esta vez en un beso más intenso y tentador

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Strawberries & Cigarettes;MinsungDonde viven las historias. Descúbrelo ahora