Después de escapar del quebrado Reino de Fuego, Reki comenzará una nueva vida en el Reino del Agua, con el propósito era estudiar aquel lugar y aprender para ayudar en su propio reino, hasta que en una fiesta conocerá al príncipe del Reino de Agua.
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- Este jardín está abierto toda la noche y siempre está iluminado, este reino se caracteriza por ser demasiado fértil, por eso son los mayores proveedores de frutas, verduras, plantas, flores y sobre todo semillas - indicó Langa con un tono de seriedad pero se percató que Reki no lo escuchaba.
- Es... Hermoso - Reki no había escuchado la información de Langa, estaba pendiente del precioso jardín que tenía frente a sus ojos, diferentes flores de diversos colores hacían que el vasto campo pareciera un arcoiris sobre la tierra, los árboles florecidos rodeados de luces blancas daban un efecto similar miles de luciérnagas volando a sus alrededores.
- ¿En el reino de fuego no tienen jardines así?
- Nuestro reino es más desierto, pero si te acercas a las costas, tenemos playas paradisíacas, las mejores playas de los cuatros Reinos, podríamos obtener mucho beneficio del turismo pero el rey no lo hace.
- Comprendo... Mira ven, más allá hay una fuente con forma de arco y podemos ponernos debajo de ella.
- ¿En serio? ¡Quiero verla! - dijo Reki con ojos brillantes.
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Llegaron a una parte del jardín rodeados de altos pinos y al centro una fuente con forma de arco, rodeado de rosas, el agua caía cómo cascada y cada cierto tiempo paraba para que las personas entrarán y quedarán bajo el arco.
- ¡Se detuvo el agua! ¡Vamos Reki! - Langa tomó la mano del pelirrojo y corrieron bajo el arco.
Una vez dentro, comenzó a caer el agua, era cómo si una cortina de agua los cubriera, Langa comenzó a acercarse hacia Reki y lo acorraló en uno de los pilares del arco.
- Aquí no hay nadie viéndonos Reki ¿Pruebo probar nuevamente aquellos labios adictivos?
Reki no quería involucrar más sus sentimientos, pero en el tiempo que había estado con el príncipe, se había comenzado a enamorar realmente.
- Príncipe yo... - Esta vez Langa no esperó la respuesta del pelirrojo y lo besó, Reki ya no podía seguir mintiéndose a sí mismo diciendo que no quería un beso de Langa o que no sentía cosas por él, abrazó al peliceleste y se aferró con fuerza a su espalda mientras respondía apasionadamente a aquellos cálidos y húmedos besos del príncipe, todo aquel mágico momento fue cubierto por la cortina de agua.
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