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-Vas a matarme – me quejé tirada en el suelo del gimnasio, mi entrenador me tomó de la mano y me levantó de un solo impulso

-Luego me lo agradecerás – me guiñó un ojo para luego tomar un largo sorbo de agua

-No lo creo – dije con la respiración entre cortada mientras tenía mis manos sobre mis rodillas, estaba más que exhausta

-Claro que si, cuando tengas el trasero de Kylie sin cirugías me amarás por el resto de tu vida – se frunció de hombros

-Bien, pero ahora solo puedo pensar en una hamburguesa – le hice un puchero

-Te dejaré si prometes cenar poco – me advirtió señalándome con su dedo índice

-¡Sí! – di un salto de emoción

Me despedí de el y me subí a mi auto para revisar que todo en la nueva casa estuviese marchando a la perfección. Debía hacerlo yo, ya que Miranda había tomado unos días de vacaciones para visitar a su madre en Phoenix. Llegué a casa y ya todo estaba prácticamente en su lugar, solo debía asegurarme de que me gustaba lo que estaban haciendo.

Estuve casi una hora esperando que terminaran de acomodar y de limpiar todo en mi nuevo hogar y cuando el personal se retiró subí a la habitación. En el momento en el que me acerqué al balcón me tomé unos segundos para apreciar la nueva vista que vería a diario e inhalé profundo relajándome profundamente. Luego tomé un largo baño de burbujas mientras me tomaba una copa de vino blanco y apreciaba los sonidos de la playa que tan cerca tenía.

Cuando salí de la bañera escuché el sonido del timbre, varias veces, más de las necesarias. Bajé prácticamente corriendo, y me encontré a mi rubia amiga con una sonrisa dibujada en su rostro y una maleta en sus manos.

-¡Eli! – la abracé tirándome encima de ella

-¿Así recibes siempre a tus visitas? – bromeó mientras me miraba con sus cejas enarcadas y se reía

-Solo a las especiales – le guiñé un ojo – Ponte cómoda y escoge alguna habitación, iré a cambiarme. ¿Vamos a almorzar?

-¡Por supuesto! – me gritó antes de que yo subiera por las escaleras

Subí rápidamente a mi habitación para ponerme unos shorts de mezclilla y una camisa blanca holgada. Recogí mi cabello en una coleta un poco baja y solo arreglé mis cejas y pestañas. Cuando bajé Eli ya se había cambiado de ropa y se encontraba sentada en el sofá viendo televisión.

-Antes de ir a almorzar, explícame esto – tiró una revista sobre mi regazo mientras tenía una sonrisa maliciosa se dibujaba en sus labios. En la portada de la revista estábamos Sebastian y yo, el con su mano en mi espalda, en la fiesta de lanzamiento de Anastasia. '¡Ya es oficial!' era lo que decía la portada en letras mayúsculas

-Fuimos al lanzamiento de los nuevos iluminadores de ABH porque Anastasia Soare es la madrina de Sebastian – Eli casi escupe la limonada

-¿Su madrina? – me miró con las cejas enarcadas

-Así es – asentí con la cabeza mientras tenía una sonrisa de emoción dibujada en mi rostro - ¿Quieres escuchar algo aún más increíble? – la miré con las cejas enarcadas y ella asintió emocionada – ¡Me invitó a conocer su compañía! – ambas gritamos de emoción

-¡Eso es increíble! – chilló - ¿Te imaginas una colaboración? – mi mirada se iluminó – ¡Tendrías tu propia línea!

-Eso sería demasiado increíble – suspiré como la soñadora que era

-Y todo gracias tu nuevo novio – me dio un codazo juguetón en mi costado y yo sonreí mientras negaba con la cabeza

-Por cierto, ¿por qué llegaste antes? – la miré con las cejas enarcadas

Just Pretend | Parte 2 de Entre Nosotros | Sebastian Stan [EN EDICIÓN]Donde viven las historias. Descúbrelo ahora