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Me moví un poco en mi lugar ya que sentía un peso junto a mi, cuando estuve lo suficientemente despierta abrí mis ojos de manera abrupta, ¿con quién estaba compartiendo mi cama? Me erguí rápidamente quedando sentada en la cama, ahí noté que Sebastian estaba plácidamente dormido junto a mi; miré debajo de las sábanas y suspiré tranquila luego de que me di cuenta de que estaba con mi pijama y que Sebastian no estaba desnudo, al menos estaba segura de que no lo habíamos hecho.

En ese momento comencé a tener flashbacks de la noche anterior, y una punzada de dolor llegó a mi cabeza y la sensación de resequedad en la boca hizo que pasara mi lengua por mis labios. Me levanté rápidamente de la cama y acomodé mi cabello de camino al baño, pegué mi boca al agua del grifo para beber un poco y luego cepillé mis dientes antes de bajar al primer piso para preparar algo de comer y tomar algo que disminuyera mi resaca.

Justo en el momento en el que llegué a la cocina me di cuenta de que sobre la encimera había unos parches de fiesta, no sabía quien los había dejado ahí, pero le debía mi vida entera. Tomé uno y me lo puse en el brazo, luego me tomé un gran vaso de agua para comenzar a cocinar, sabía que Eli se estaba quedando aquí pero no sabía si anoche había llegado con nosotros; así que no sabía si debía prepararle desayuno o no, pero lo haría.

Preparé dos bandejas de comida, tomé una con ambas manos y busqué a Eli por algunas habitaciones de la casa, la verdad es que aún me perdía un poco en mi nueva casa, pero luego de unos cuantos minutos logré dejar el desayuno sobre su mesa de noche. Me devolví a la cocina y antes de llegar a mi habitación para subir el desayuno de Sebastian me arreglé un poco, aunque no es que lograría hacer con mi aspecto moribundo.

-Buenos días – entré a la habitación con una amplia sonrisa. Quería ser amable con Sebastian, si estaba durmiendo conmigo era porque había cuidado de mi en la noche. El rascó un poco sus ojos antes de abrirlos y en el momento en el que su mirada se posó en mi sonrió

-Buenos días – dijo con su ronca voz matutina, el solo escucharlo había hecho que una electricidad recorriera mi espalda; respiré profundo antes de continuar caminando hacia la cama para poner la bandeja entre nosotros y comenzar a desayunar – Este es el mejor despertar – dijo con su mirada posada en el amanecer que se dejaba ver por mi enorme y hermoso balcón

-Puedes verlo siempre que quieras – le sonreí sin mostrar mis dientes

-No podrás sacarme de tu casa jamás – bromeó haciéndome sonreír ampliamente - ¿Qué es eso? – señaló con su índice el parche que tenía en mi brazo

-Un parche de fiesta – el hizo una mueca de confusión

-¿Qué? – una sonrisa se quería escapar de sus labios

-¿Qué? – me reí luego de cruzarme de brazos, se quería burlar de mi parche

-¿Crees que eso te quitará la resaca? – me miró con las cejas enarcadas y una sonrisa

-Así es – lo miré retándolo

-La verdad es que no creo que funcione – se frunció de hombros

-¿Por qué no? – enarqué mis cejas

-Una calcomanía no te quitará los síntomas de una resaca – se recostó sobre uno de sus codos

-¿Y qué los cura, voz de la razón? – bromee con el

-Una cerveza helada – mi ceño se frunció inmediatamente

-¿Alcohol para revertir los síntomas del alcohol? – lo miré confundida

-Te sorprendería la efectividad de mi método – me guiñó un ojo; luego suspiró y se levantó de la cama abrochando su pantalón

-¿Te vas? – mi tono reflejó más tristeza de la que yo hubiese querido

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⏰ Última actualización: Oct 16, 2022 ⏰

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