DESPERTAR

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Podía sentir los primeros rayos del brillo del amanecer acariciar mis mejillas, una sensación molesta, porque aún no quería despertar ni separarme de él, podía sentir el calor confortable de su cuerpo grueso, fuerte, bajo el mío

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Podía sentir los primeros rayos del brillo del amanecer acariciar mis mejillas, una sensación molesta, porque aún no quería despertar ni separarme de él, podía sentir el calor confortable de su cuerpo grueso, fuerte, bajo el mío.

¿Así se sentía despertar en sus brazos?

No tenía muy claro cómo habíamos terminado en esta posición pero me gustaba más de lo que me asustaba.
Anoche había aceptado quedarme con él, habíamos pedido comida a uno de mis restaurantes preferidos, comimos en un silencio agradable y hablamos de cosas irrelevantes pero tan normales,  dos amigos que se reúnen después de un día pesado y se hacen compañía.

Se sintió íntimo y natural, después de cenar me ofrecí a lavar los pocos platos que habíamos utilizado pero él se negó diciendo que eso no sería muy amable de su parte, que yo era su invitada. Así que él lavó nuestras copas y yo lo observé moverse con agilidad por la cocina de la habitación.

No se tardó mucho y nos guío de vuelta a la sala, era obvio que ninguno de los dos quería dormir ni hablar de dónde dormiríamos así que antes de ir a eso, propuso tomarnos una copa en la terraza y dudé, por la exposición y lo riesgoso que era si alguien nos veía juntos afuera.

Pero decidí seguirlo y cuando vi el exterior quedé tranquila porque estaba lo suficientemente alto y oculta como para que alguien nos viera.

Y hablamos, me contó de Emma, y de una tal Zoé, y debo admitir que algo feo y totalmente fuera del lugar porqué los celos entre amigos y ni en ningún caso eran algo sano.

¿Porqué iba a envidiar que la gente le tomara cariño tan rápido?

Escuché todo acerca de ellos y lo excéntricos e increíbles que me parecieron, hasta que supongo me quedé dormida. Y ahora estábamos aquí, amaneciendo en la terraza, sobre un sillón, yo sintiéndolo y él rodeando con su brazo mi cintura.

Esto no se debería de sentir tan bien, debería de ser incómodo para ambos y en lo personal me encontraba muy cómoda. No había dormido con tanta tranquilidad y paz en meses.
Lentamente abrí los ojos y demonios, este sujeto era un ángel, tan hermoso que podría ser irreal.
La poca luz que comenzaba a filtrarse hacía que sus pestañas brillaran y su piel, tan clara como la mía se veía suave y fina.

Pudieron haber sido segundos, minutos, ¿una hora?, me había perdido en los detalles de rostro, en su respiración tranquila, en él. Que tardé en darme cuenta que ahora tenía los ojos abiertos. El azul más hermoso de todos, brillante y mirándome fijamente.

Parpadeé y fruncí mi nariz, un maldito hábito que tenía cuando algo me sorprendía, y él lo notó y fue tan sin vergüenza para sonreírme, pero no era una sonrisa tierna, natural, no.

King of my heart [Jaylor]Donde viven las historias. Descúbrelo ahora