Mi Precioso Alfa [Larry Stylinson]

Capitulo 30

Harry estaba en la cocina preparando el desayuno de sus hijos, para que pudieran irse a la escuela.

Louis no había llegado a dormir debido a el inmenso trabajo que tenía, pero se tomó el tiempo de llamar a Harry antes de dormir.

—Buenos días mamá— Llegó Dalilah a la cocina.

—Hola amor, buenos días.

—¿Papá no llego?.

—No, tuvo mucho trabajo.

—Mmh.

Isabella y Mía entraron corriendo en la cocina.

—¡Hola Mami!.

—Hola Isa, hola Mía.

Las pequeñas se sentaron en sus sillas comenzaron a hablar entre ellas, Dalilah ayudo a poner la mesa, y después llegó Vania.

—Hola mamá.

—Hola Vania, buen día.

—¿Y Aiden?.

—Aún no baja.

—Voy a buscarlo— Comentó Vania saliendo de la cocina.

Subió las escaleras hasta la habitación de su hermano mayor.

—¿Aiden?— Abrió la puerta despacio.

—¡No, Vania vete!.

Vania trago saliva y cerro la puerta rápido.

Aiden estaba en celo, y Vania era una alfa.

Bajó corriendo hasta la cocina llamando la atención de Harry.

—¿Que pasa?, ¿Aiden está bien?.

—E-esta en celo.

Harry abrió los ojos y salió de la cocina. Así que por eso la casa olia diferente.

Entro en la habitación de su hijo mayor y lo vio en su cama sudado y retorciéndose de dolor.

—Tranquilo mi amor.

—M-mamá duele mucho.

—Es normal mi amor, haré que deje de doler ¿si?, Ahora vengo.

Salió de la habitación y rato después volvió con unas pastillas.

—Toma, ya sabes que disminuirá el dolor.

Aiden asintió poniendo la pastilla en su boca y tomando agua del vaso que traía Harry.

—Bien, ahora tengo que ir a dejar a tus hermanas a el colegio, regreso en un rato, ¿si?.

Aiden asintió y se acomodó en la cama.

Harry fue a dejar a sus hijas y tuvo que llevarse a los trillizos para no dejarlos solos ahí, eran un desorden.

Al llegar a casa, Louis llamó a Harry preguntadole como iba todo.

Solía llamarlo seguido cuando no estaba en casa tanto tiempo.

—¿Cómo están mis hijos?.

—Estan bien, deje a las gemelas en el colegio, y los trillizos juegan en el patio.

—¿Y Aiden?.

—El. Está en celo.

—Ya veo, debe ser doloroso pasarlo solo.

—Demasiado, y más en los omegas.

—Sí. Llegó en un rato, amor.

—Aquí te esperamos, alfa.