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'花吐き病'
'Hanahaki disease'
El término Hanahaki proviene de las palabras japonesas Hana [花], que significa "Flor", y hakimasu [吐 きす], que significa "Vomitar".
" ¡愛してます！"
" ¡Te quiero! "
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Incluso amar, puede causar la muerte.
Izuku Midori...
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Todo iba mejorando, el pecoso volvió a ser casí el mismo, solo que en ocasiones actuaba raro.
Hoy, Izuku le diría a su madre sobre su condición. Era Sábado, su corazón latía a mil.
¿Cómo se lo tomaría su madre?
Ella sería capaz hasta de desmayarse por aquella noticia.
Ver a su madre, triste, y sobre todo por su culpa, lo hacía sentir la peor persona del mundo.
Sabía que Inko, sí o sí, lo obligaría a hacer la cirugía. Pero él no quería, no quería perder aquellos sentimientos que lo hacían sentir en el infierno y en el cielo a la vez. Porque tal vez no amaría a Katsuki, no más. ¿Pero que pasaría con las otras personas que ama? Dejaría de amarlas, dejar de amar a sus amigos y la única familia que tenia, la señora Midoriya.
Entonces, si tenía que morir, lo haría.
Porque él está preparado para la muerte, él creía que estaba preparado para eso.
𐇲
Estaba en frente de la puerta, no había vuelta atrás.
Con temor, tocó la puerta, estaba tan nervioso que sentía como temblaba su cuerpo.
Abrieron la puerta, vió a su madre, quien lo saludo con una gran sonrisa, se veía cansada.
Han pasado los años, cada vez su progenitora, esta cansada para muchas cosas. Pero ahí esta, siempre con esa sonrisa. Sonrisa que fue heredada a él.
Él también le sonrió y la abrazó, sentirse en los brazos de su madre le hacia pensar que todos sus problemas se desvanecían, se sentía tan protegido, como cuando era un niño.
Entró a la casa, al parecer no era el único de visita, ya que estaba Mitsuki Bakugo, madre de Kacchan.
¿Y ahora qué haría? ¿Decírselo también a la madre de Katsuki? Aunque serviría de ayuda para calmar a su madre. Pero, ¿Y si Mitsuki le decía a Bakugo?, ¿No lo haría, verdad?
Borró los pensamientos de su mente y con nervios, se sentó en unos de los sillones, podía ver como los ojos rojizos de la mujer se clavaban en él.
- ¡Izuku! ¿Cómo has estado? - Preguntó la peliceniza, mientras tomaba una taza de té.
- Bien, Señora Bakugo, ¿Cómo ha estado usted? - Sonrió - Estoy bien, pero no me digas señora, me haces sentir vieja, dime Mitsuki.
- Lo siento...¿Mitsuki? - Era raro decirle por su nombre, pensó Midoriya.
Inko reía, aveces era divertido ver las expresiones de su hijo en algunas ocasiones. La verdad Izuku nunca había cambiado, con respecto a su actitud. Aunque, en las anteriores visitas, lo había visto más tenso de lo normal. No le había querido preguntar para no incomodarlo, pero claramente su instinto de madre le gritaba que algo no estaba bien con su hijo, que había algo muy importante que se lo estaba ocultando. Pero, era mejor si su hijo decidía decírselo o no, ella nunca obligaría a Izuku a hacer algo en contra de su voluntad.
