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'花吐き病'
'Hanahaki disease'
El término Hanahaki proviene de las palabras japonesas Hana [花], que significa "Flor", y hakimasu [吐 きす], que significa "Vomitar".
" ¡愛してます！"
" ¡Te quiero! "
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Incluso amar, puede causar la muerte.
Izuku Midori...
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Ha pasado un mes desde que Izuku le ha dicho a su madre sobre el Hanahaki disease.
Ya ha cumplido los cuatro meses que lleva de su enfermedad, por lo tanto cada vez empeorando su salud y va muriendo lentamente.
Solo quedan dos meses para que él ya no esté.
Pero, ahora eso no importaba para Midoriya, él quería disfrutar el tiempo que quedaba.
Aunque, sus amigos ya no se juntaban mucho con él, (Por el tiempo que paso separado con ellos), no importaba, se prometió que estos dos últimos meses sería feliz, hasta su último suspiro.
Eso sonaba como una película. ¿Cómo se llamaría su vida si fuera una película?
''La mala suerte del chico de ojos verdes''
Sonaba gracioso, la verdad, su vida era como si fuera escrita por una persona.
La primavera hace que todo fuera colorido para la vista de las personas, incluyendo al de ojos jade ya que le encantaba ver como las flores se lucen, mostrando su belleza bajo el sol, era una de sus cosas preferidas de esa estación.
El peliverde se dirigía contento hacia su aula, era un día soleado, cálido y reconfortante, parecía que todo iría bien.
Aunque ahora se veía pálido, más delgado y cansado, con ojeras, estaba bien, no importaba.
Todos notaron eso, todos vieron lo que pasaba, como iba empeorando, y a aún así, no hicieron nada, porque no podían hacer nada. Porque ellos no sabían del daño que estaba sufriendo Izuku. Pero, ¿Por qué no preguntaron cómo estaba?
Los únicos que le preguntaron fue Chiyo, Aizawa, Iida, Todoroki, Shinso, y Toshinori, también su madre.
Pero, de todas las personas que lo conocían y que no sabían sobre lo que padecía, sólo dos le preguntaron.
Esta bien, no tenía que ser el centro del salón para que le preguntarán. Porque a él nunca le gustó serlo.
Al llegar al salón, todos los saludaron, él saludo, con esa sonrisa característica de él.
Estaba feliz de ver a sus compañeros una vez más.
Con un poco de esfuerzo, se fue a sentar a su silla. Adelante de él estaba Kacchan, pero no le dió importancia, aunque lo siguiera queriendo, no podía verlo, le hacia daño tener su presencia.
Pero no podía culpar al pelicenizo, él no tenía la culpa, nunca la tendría.
La culpa era suya por enamorarse de él sabiendo los daños que le podían pasar, y ahí estaban las consecuencias.
