Habían pasado unos días. Elizabeth había tenido a su pequeño en brazos, dentro de ella algo le decía que ese era su bebé, se sentía horrible por no poder recordar a la persona más importante en su vida.
Aunque ella no recordaba nada de su embarazo ni de los últimos meses junto a Thomas ella aún seguía en Roftherplace, el no la dejó marchar. En las tardes salía a tomar el fresco con el niño en brazos, ya había empezado a alimentarlo ella misma, su instinto maternal se desarrolló aunque ella no recordaba nada de su embarazo, además de que sus pechos dolían por la acumulación de leche en ellos.
Una tarde particularmente ella estaba sentada en aquel campo de rosas y magnolias que le traía cierta familiaridad y vio pasar un recuerdo fugaz de ella recostada en las piernas de un hombre mientras esté acariciaba su estómago hinchado por el embarazo y senos desnudos.
Era una pena no poder recordar el rostro de aquel hombre, se agotaba mentalmente tratando de recordar todo lo que había pasado en este tiempo que al parecer ella había olvidado.
Acunó a su niño y continúo acariciando sus piecitos mientras cantaba una canción de cuna.
Elizabeth estaba muy confundida, se sentía como si un gran hueco hubiera ocupado parte de su memoria y tener una chispa de claridad en aquel hueco la hizo sentir optimista.Cuando el pequeño estaba dormido entro a la casa a dejarlo en su cuna, en el umbral de la puerta estaba Thomas y está al percatarse sintió un escalofrío que la recorrió por todo su cuerpo.
Puede que su memoria no recordara quien era ella en concreto para el pero su cuerpo tenía otra historia.
Se dirigió hasta la puerta y se sorprendió cuando tomas la tomo del codo y la acerco a él.
— Quiero que salgamos a dar un paseo está noche — dijo él mirando los labios de ella con habré en sus ojos.
— No creo que sea buena idea — dijo ella mirando aquellos ojos verdes que le traían tantos conflictos internos.
— No te preocupes todo estará bien. Cuando caiga la tarde saldremos — dijo él pasando su dedo pulgar por el labio inferior de ella.
Luego de esto el bajo las escaleras y fue a su despacho el la había dejado ahí en el umbral de la puerta quemándose por dentro con aquel simple toque en sus labios.
Elizabeth se recostó para descansar ahora que el pequeño estaba dormido y entro en un sueño profundo muy rápido. Su subconsciente trajo algo en aquel sueño. era ella recostada en el pecho de Thomas mientras el decíaEspero que algún día me ames como yo te he amado a ti todo este tiempo.
Se despertó de aquel sueño tan vivido pensando que sería un recuerdo talvez.
Se aseo y vistió muy rápido ya que empezaba a caer la tarde.Thomas la esperaba al pie de la escalera vestido con su traje rojo se veía como un galán de aquellas obras de teatro que había ido a visitar con su madre antes de quedar en la quiebra.
—Estás hermosa Elizabeth — la alabo Thomas y ella se ruborizó.
— Gracias usted también — dijo acentuado un poco más su rubor.Ella se sentía conflictuada, decepcionada y triste por la situación de tener una familia con este hombre y no poder recordar casi nada, bueno muy poco contando aquel sueño que no sabia si era recuerdo o solo su imaginación.
Cuando Elizabeth estuvo al pie de las escaleras el le hizo una reverencia y beso su mano para luego guiarla hacía el jardín donde caminaron hasta la parte tracera de la casa, donde se encontraba una carpa completamente blanca.
Al parecer no solo era caminata, porque dentro de la carpa era otro mundo habían frutas en bandejas doradas, algunas de las mucamas de la casa y bandejas con postres.
Todo era precioso. Dentro de la carpa había una mesa de madera con manteles blancos y en su centro una vela dando luz a aquella estancia. Si la carpa no fuera tan alta tendría miedo de que todo tomara fuego, pero el fue minucioso con eso.
El la guió hacia dentro y saco su silla para que tomara asiento, ella hizo lo propio. Se fijó que dentro de la carpa habían mantas y algunos cojines ordenamos sobre está.
El se sentó en su silla, sirvió el vino y le tendió una copa a Elizabeth acto seguido ella tomo un sorbo mostrando aprobación.
Ella se sentía nerviosa por la expectativa que tal vez el tenia de esta noche, tenía miedo de decirle que había tenido un sueño de el, porque no quería darle esperanzas si el dueño no fuese real.
La cena de había servido ella casi no pudo comer por sus nervios.
— ¿No es de tu agrado la cena amor? — preguntó él algo atónito porque era su comida favorita.
— No, todo está muy rico. Esta es mi comida favorita, pero eso ya lo sabes porque la mandaste a servir. — dijo ella un poco triste
— Solo que me siento impotente por no poder recordarte.— se sinceró al decirlo a tal punto que su voz se quebro.
— No te preocupes mi amor haré que recuerdes — dijo él, acercándose a ella y estrechando a Elizabeth en sus brazos.
Era la primera vez que lo hacía después de el parto y Thomas sintió muy feliz de que ella no hullera de él con aquel contacto.
Ella lo miraba a los ojos aquellos lagos verdes que la hacían querer nadar en ellos, paso a sus labios y sintió el impulso de probarlos. El también la observaba con aquel deseo incrustado en su mirar.
Cuando el intento besarla a muy pocos centímetros de sus labios ella dijo.
— Anoch... Anoche creo que soñé contigo.— dejando aquella oración sobre el aire volvió a subir su mirada junto a la de él.
El no se contuvo y fue por sus labios. La beso como si su vida dependiera de aquel beso. Ella correspondió al beso, sus labios tenían recuerdos de los de él, aunque su memoria estuviese de vacaciones.
El bebió de ella y le hizo saber todo lo que sentía con aquel beso sofocante, lleno de dudas y pasión.
Cuando sus labios se separaron para tomar aire el la tomo en brazos y la llevo hasta aquellas mantas.
— Quiero que me cuentes de que iba aquel sueño amor puede que sea un recuerdo. — dijo él muy emocionado.
— Estabamos acostados en el dormitorio y tú decías que esperabas que yo te amara algún día como tú lo hacías.
En el rostro de Thomas colgaba una sonrisa que no se le podría borrar ni con todo el oro del mundo.
— Es un recuerdo — dijo el con esperanza y felicidad en su voz.
Elizabeth beso a Thomas esta vez dando el primer paso, fue un beso tierno al inicio, pero conforme fue avanzado se convirtió en necesidad, lujuria y pasión.
Él recorría su cintura ascendiendo por su pecho hasta llegar a su rostro.
— Si no estás lista solo di que no quieres ¿si? No tienes porque hacerlo.
— Quiero hacerlo querido— dijo y decirle aquel nombre " querido" le pareció familiar.
Elizabeth se sentía en calma en brazos de Thomas y aunque solo recordaba dos cosas sentía que él era su hogar.Sus cuerpos vibraban con cada caricia que compartían y aún con toda la ropa puesta sentían que este era el más íntimo acto de devoción entre dos seres que se amaban.
Pero todo no era perfecto tras los muros Marie los observaba desde serca, tendría que hacer algo para separarlos antes de que Elizabeth recordara todo y no lo pensó dos veces cuando la idea vino a su retorcida cabeza.
Se fue hasta la casa y mirando al pequeño dormido en su cunita dijo.
— Pudiste ser mi hijo lastima que lleves sangre sucia— hizo una pausa — te pareces mucho a Thomy.Fue hasta su cuarto y escribió una carta que en su contenido tenía el plan para separar por fin a Thomas y Elizabeth. Ya estaba echo este sería un intento superior talvez incluso a empujarla por las escaleras.
A la mañana siguiente tocaba ir al mercado así que era perfecto para poder enviar aquella carta y que nadie se diera cuenta.
— Chico... Chií. Ven aquí. — le dijo al joven y añadió — te doy tres monedas de plata para que le envíes está carta a esta persona— le entrego un papel con el nombre de nada mas y nada menos que Louis Smiths.
— Está bien señora— el muchacho tomo la carta y el papel con el nombre y dirección de el destinatario.Ella era astuta había conseguido dar con su paradero porque se enteró de que los padres de la chica con la que había huido los habían encontrado. No habían puesto cargos contra el porque ella se fugo por voluntad propia así que el seguía en una casa que según la chica le había comprado para vivir allí.
Regreso a la mansión y espero que él llegara o por lo menos hiciera acto de aparición. En la guerra y en el amor todo se vale y Marie creía fervientemente en esto.
Aquí ando espero que les halla gustado el capítulo, que será lo que planea la loca ahora. 👀👀
Disculpen que no sea un capítulo de 2000 palabras. Este es un poquito más corto. ❤️❤️
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Crónica De Dos Amantes ©️
RomanceUn matrimonio arreglado en tiempos de reyes, una novia obligada a casarse con un hombre que no amaba. Elizabeth escapará con el amor de su vida para vivir felices por siempre, pero eso no iba a pasar porque su esposo no lo iba a permitir y ella nunc...