CAPÍTULO 4;

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¡MI PERRO HABÍA CONSEGUIDO ABRIR MI MOCHILA Y HABÍA MORDIDO TODOS MIS APUNTES INCLUIDO MIS DEBERES!

- ¡KARIM! - Grite haciendo que saliera corriendo

- ¿Qué paso? - Dijo mi madre asustada

- Nada Alison vete -

Mi madre no hizo caso a mi orden y se agachó a ayudarme para recoger todos los papeles que mi perro había mordido.

Mire a mi madre y solté una sonrisa, ella se rió. Ese es el máximo gesto de amor que le podía hacer a mi madre. No la quería pero tampoco la odiaba. Y eso era importante que ella lo supiera así que mientras seguíamos recogiendo le dije:

- No te odio, Alison -

Mi madre se quedó mirándome y dejo de recoger. Tardo un tiempo en responder y pensaba que estaba enfadada o sorprendida por lo que acababa de decir. Me arrepentí de decirle aquello hasta que…

- Lo sé hija, yo tampoco -

Sonreí y seguí limpiando.

- Bueno pues esto ya esta - dijo mi madre levantándose poniendo sus manos sobre sus rodillas

- Gracias ma… ALISON. - por primera vez iba a llamarle mamá, pero no lo hice. No me veía preparada para hacerlo.

Ella se fue a la cocina a tirar los restos de papel que ya no eran nada.

Al levantarme me fijé en la pequeña ventana de la puerta de la entrada. Había alguien de espaldas.

Espere hasta que se diera la vuelta para poder saber de quién se trataba. Hasta que…

Eterno.Donde viven las historias. Descúbrelo ahora