Era él, Oliver estaba en mi casa. Corrí a abrir la puerta y salí al portal empujándolo hacia el garaje de casa que estaba al lado de la puerta para que no lo viera nadie de mi familia.
- ¿Qué haces aquí? ¿Cómo sabes donde vivo? - Exprese con un tono de enfado, no sabía porque lo trataba así de verdad pero no sabía hacerlo de otra forma.
- Primero de todo, hola. -
- ¡RESPONDE! - Grite alterada
- Estaba buscándote porque me lleve sin querer tu libro de biología -
No sabía como se había podido llevar por error mi libro, pero lo que más me asombraba era como había conseguido mi dirección,
- ¿Cómo sabes donde vivo? -
- Le pregunté a tu amiga Erin, aun que dejame decirte que no me la ha dado bien. Me dijo el número 47 y es el 49. Gracias a tus vecinos he llegado aquí.-
- ¿Erin? Normal que no se acuerde de mi dirección ya no somos amigas. De hecho solo tengo 1 amigo y se llama Alan. -
- Bueno pues ahora tienes otro que se llama Oliver -
- No somos amigos, apenas te conozco -
- Pues conozcámonos, ¿quieres ir a dar una vuelta?-
Obviamente no me iba a perder esa oportunidad por muy borde que fuera con él. Entre a casa a por mi abrigo y me fui con Oliver sin despedirme de nadie.
- Y bueno ¿por qué no tienes amigos? -
- Siempre he sido una chica solitaria, desde primaria -
- ¿Por qué?
- Nunca he conectado bien con alguien, tan solo con Alan él me hace sentir importante y cómoda. -
- ¿Qué hace él para hacerte sentir tan bien? -
- Haces muchas preguntas Oliver. -
- Bueno es que de eso se trata conocer a alguien -
- Yo te quiero conocer a ti, así que cuéntame de ti. -
Nos sentamos en un banco y me miro a los ojos mientras me dijo…
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Eterno.
RomancePensaba que nunca iba a poder olvidar esos ojos verdes a los que me volví adicta. Hasta que por fin llego mi salvación, el chico perfecto de película. Pero lo que no sabía, es que no todo era perfecto, tan solo era una historia por comenzar. Y quien...