Capítulo 1

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–Muy bien Sanggie, esta es la última caja, ¿Estás seguro de esto?.– Cuestionó su madre por última vez mientras miraba como su ya no tan pequeño hijo terminaba de acomodar algunas cosas en el auto.

–Papá, ya habíamos hablado de esto, es momento de que comience a valerme por mí mismo, no creo que quieras que cumpla treinta años y viva en tu sofá.– Refutó el rubio con una pequeña sonrisa mientras se acercaba para abrazar a su padre, mismo que no dudó en responder al abrazo del más joven.

–Te voy a extrañar mucho, mi pequeño ya es todo un adulto.– Exclamó mientras limpiaba una pequeña lágrima con ayuda de su suéter.

–SeongWoo ya deja en paz a nuestro hijo sólo se mudará de nuestra casa, no se irá a vivir a otro país. Puedes visitarlo siempre que lo extrañes.– Anunció Daniel mientras rodeaba los hombros de su esposo de manera cariñosa sin embargo no se salvó de recibir un golpe en su brazo de parte de este.

–Cierra la boca, déjame ser un poco dramático por una vez, además tú eras el que estaba de llorón ayer.

–No es necesario que Yeosang sepa eso.– Soltó su padre mientras miraba a otro lado, el chico miró a sus padres divertido antes de poder acercarse a ellos y rodearlos en un cálido abrazo.

–Les prometo que trataré de visitarlos  seguido o igual podrían visitarme.– Anunció separándose un poco de los mayores los cuales asintieron a sus palabras.– Ahora sí, creo que ya debo irme, los quiero mucho.

El chico se separó de sus padres para poder caminar hasta el auto donde llevaba sus cosas, era una mudanza pequeña pues no había muchas cosas que realmente fueran suyas en la casa de sus padres, así que todo entró en unas cuantas cajas.

–No dudes en llamarnos si algo sucede.– SeongWoo alzó un poco la voz para que su hijo lo escuchara, ver al pequeño que estuvo junto a ellos por estos años irse de su hogar era algo un poco triste para él y su esposo, aunque también se sentía orgulloso de su hijo.

–Nada de chicos en casa Yeosang, seré mayor pero estoy seguro de que puedo castrar a alguien.– Advirtió Daniel mientras agitaban sus manos en señal de despedida una pequeña risa se escapó de sus labios mientras asentía un par de veces, Yeosang no retrasó más su partida por lo que subió al automóvil, después de cerrar la puerta y colocarse el cinturón de seguridad les dió un último adiós a sus papás antes de comenzar a conducir.

Kang Yeosang estaba por cumplir veintidós años, ya había terminado su carrera y debido a sus buenas notas uno de sus profesores lo recomendó para trabajar en una empresa como editor, aunque tendría que esforzarse mucho poco a poco podría mejorar en su trabajo y subir de puesto o al menos eso le explicaron en la entrevista. Era el momento perfecto y todo parecía acomodarse bien en su vida, sin embargo no quería vivir siempre a expensas de sus padres por lo que estuvo ahorrando un poco para poder rentar un pequeño departamento un poco más cerca de su trabajo, no era la gran cosa, pero el lugar tenía algunos cuantos muebles incluidos lo cual era perfecto para él que apenas comenzaba su vida independiente. Encendió la radio para hacer un poco más ameno el trayecto hacía su nueva casa mientras transitaba las calles de la ciudad de Seúl.

Después de haber sido retrasado por el tráfico que inesperadamente encontró, al fin llegó a su destino, aparcó el auto en el estacionamiento y observó aquel lugar, después de ver los pisos que habían se arrepintió un poco de no haber aceptado antes la ayuda de sus padres para que lo acompañaran, pero ya estaba ahí que más daba. Salió del auto rápidamente para ponerse en marcha, tomó una de las cajas con precaución y cerró la puerta del auto con ayuda de su cadera, si bien esto llevaría un poco más de tiempo le ayudaría a hacer algo de ejercicio. Con algo de esfuerzo llegó a su piso, no pudo evitar suspirar al ver la puerta enfrente de él, necesitaba abrir la puerta así que justo cuando estaba por bajar la caja una voz a sus espaldas lo sorprendió.

–¿Necesitas ayuda con eso?

Al girar se encontró con un chico más alto que él, vestía un atuendo ligeramente formal y tenía su cabello oscuro perfectamente arreglado.

–Lo lamento, no me presenté correctamente. Mi nombre es Park Seonghwa y vivo en el departamento que está aquí a lado.– El chico se presentó con una bonita sonrisa y eso hizo que Yeosang se sintiera un poco más tranquilo, además tendría que llevarse bien con sus vecinos si no quería tener problemas luego.

–Mucho gusto Seonghwa, mi nombre es Yeosang y realmente me vendría muy bien un poco de ayuda ahora mismo.– Aceptó devolviéndole la sonrisa al contrario, claro que no se iba a negar porque aún tenía cosas que bajar del auto y una puerta que abrir.

Gracias a la ayuda de su amable vecino terminó rápidamente de subir las cosas a su nuevo departamento, por lo que ahora mismo se encontraba con el chico que ahora sabía era mayor que él tomando una bebida para agradecerle por su ayuda.

– Lamento no tener nada más que ofrecerte, pero aún no he arreglado nada de aquí. Te prometo que una vez que arregle mi desastre te invitaré una buena comida para agradecer por tu ayuda.– Dejó aún lado su vaso para así poder obsequiarle una pequeña sonrisa, había tenido tiempo de hablar con el chico y descubrió que trabajaba en una empresa de marketing además de que se llevaban tres años de diferencia. El más alto era una persona muy agradable sin contar con que le había dado una buena impresión.

– Ya te dije que no tienes que preocuparte, fue todo un gusto poderte ayudar. Aunque ya es un poco tarde así que debería irme ahora.– Anunció mientras terminaba el resto de su bebida, se ofreció a lavar las cosas que había utilizado pero el rubio se negó de inmediato. Acompañó al mayor a la puerta para poder despedirlo correctamente.

–Fue un placer conocerte Yeosang, supongo que nos estaremos viendo más seguido por aquí.

Asintió un par de veces en señal afirmativa antes de poder despedirse del chico, cerró la puerta detrás de él y soltó un pequeño suspiro al quedar solo en aquel lugar, tal vez sólo tendría que acostumbrarse a todo esto. Tenía muchas cosas pendientes pero al día siguiente tendría que trabajar y si no quería tener problemas con su jefe debía dormir un poco, mañana podría arreglar todo una vez que llegara del trabajo, buscó entre su ropa lo que usaría para trabajar al día siguiente, no es que no confiara en él para despertar más temprano, pero aquel valioso tiempo que ahora mismo se ahorraba le podría permitir dormir unos minutos más. Cambió su ropa por su pijama prometiendo que mañana al despertar tomaría un buen baño y desayuno, se acomodó en su cama dispuesto para dormir hasta que recordó un importante detalle, tomó su celular para poder enviarle un mensaje a su mamá.

[Mamá]

Ya he terminado de arreglar algunas cosas, el lugar es muy lindo te gustará cuando lo veas, no me extrañen mucho. Mañana tengo que trabajar temprano así que me iré a dormir, los quiero mucho.

Una vez que envió aquel mensaje conectó su celular, se acomodó entre las suaves sábanas, apagó la luz que afortunadamente tenía a la mano, mañana sería un buen día se dijo a si mismo antes de dejarse llevar por el agotamiento hasta caer profundamente dormido.








Hola hola personitas bellas, pues primero que nada espero que esta historia les guste, tengo muchas expectativas en esto ya que es la segunda historia que me animo a escribir y publicar. Decidí hacerla de el hermoso shipp JeongSang porque creo que no hay muchas historias respecto a ellos, como ya vieron también tendrán aparición los demás chicos de Ateez y ¿Por qué no? algunos otros shipps. No olviden dejar estrellitas o comentar que yo con gusto voy a leer todos los comentarios, aunque este primer capítulo puede ser un poco aburrido era necesario para comprender el resto de la historia, sin más espero que la disfruten. Nos leemos en el próximo capítulo, que espero publicar en unos dos días.
Cuídense mucho <3

G.J.

Mi Misterioso Amor (JongSang)Donde viven las historias. Descúbrelo ahora