Capítulo 5

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-Yeosang... ¿Me vas a decir que diablos te sucede?

Cuestionó el pelimorado a su extrañamente callado mejor amigo. El rubio se encontraba de frente al ordenador escribiendo algunas cuantas correcciones de un trabajo que no tenía que entregar hasta dentro de una semana.

-No tengo nada.- respondió con simpleza mientras mantenía su vista al frente como sí eso fuera lo más importante del mundo en este momento.

-Claro, ¿Crees que soy idiota? Te fuiste muy bien cuando acompañaste a ese niño y ahora regresas con esa cara, parece que estás a punto de llorar aquí mismo.- se quejó el chico preocupado por el estado del más joven.

-Wooyoung de verdad, no quiero hablar de eso ahora. Podemos dejar eso para otro momento, estoy trabajando.

Aquella petición que sonó más como una suplica por parte de Kang fue suficiente para que su amigo decidiera mantenerse callado y esperar el momento adecuado para hablar de aquel tema.

[...]

Si Yeosang pudiera describrir su día con una palabra sinceramente sería "horrible" había estado soportando durante todas sus horas laborales las crecientes ganas de llorar que tenía, aquel sentimiento que desde temprano había estado ahí presente, no se fue en todo el día, durante el almuerzo gracias a Wooyoung se sintió sólo un poquito mejor. Pero ahora que tenía que volver a casa con cada paso que daba hacía su auto toda la vulnerabilidad que estaba ocultando amenazaba con aparecer.

Subió a su auto con pesadez y suspiró un poco, se giró para colocarse el cinturón cuando la puerta del copiloto fue abierta abruptamente haciéndolo saltar en su lugar debido a la sorpresa.

-Maldición Woo, ¿no puedes subir al auto como una persona normal? Casi me matas de un infarto.- exclamó colocando una mano en su pecho mientras su mejor amigo rodaba sus ojos, cerró la puerta del auto y miró con atención al rubio.

-¿De verdad pensabas que te dejaría solo? Aunque no lo digas en voz alta sé que necesitas compañía Yeo.

El chico quiso negar eso, pero muy en el fondo sabía que realmente lo que menos quería era llegar a su solitaria casa.

-Está bien, tienes razón. Pero antes de irnos colócate el cinturón de seguridad.- pidió mientras estiraba su mano para encender la radio, su amigo no dijo nada pero aquella respuesta positiva le hizo sonreír y tal como se lo pidió, se colocó el cinturón de seguridad.

El viaje en auto fue bastante silencioso a comparación de otras veces que el par viajaban juntos, ambos disfrutaron la música que sonaba por la radio sin intercambiar demasiadas palabras. Después de unos cuantos minutos Yeosang al fin pudo aparcar el auto en su lugar y suspiró.

-Bueno al menos ya sabré donde vives sanggie.- Wooyoung bajó primero del auto seguido por el contrario ambos cerraron la puerta y guiados por Yeosang se dirigieron hasta su piso.

-Vaya, debo admitir que esto es más lindo de lo que pensé.

Aseguró su pelimorado amigo mientras caminaba por su departamento observando con atención cada detalle del lugar, el rubio lo siguió unos cuantos pasos atrás mientras se quitaba el saco de su traje y lo dejaba sobre una de sus sillas.

-Es lindo y también queda literalmente cerca de nuestro empleo.- sonrió llegando hasta la alacena para tomar una de las botellas de vino que había guardado para ocasiones especiales.- ¿Vas a querer un poco?

Su amigo lo miró desde el sofá de la estancia y asintió.

-Hasta la pregunta me ofende.

Yeosang negó divertido tomando dos copas con una de sus manos y tomando la botella con la otra, se dirigió hasta donde su mejor amigo se encontraba así que sin pensarlo mucho tomó asiento junto a él.

Mi Misterioso Amor (JongSang)Donde viven las historias. Descúbrelo ahora