Re: Zero, una nueva cruzada

Capítulo 4: Negociaciones en Blade Point

Una sección de Lugnica: junto a la fuente

"AAAAAAARGH", gritó Ulric antes de darse cuenta de que ya no tenía dolor. "¿Qué demonios", pensó para sí mismo mientras palpaba su garganta y luego su estómago. "De vuelta en una pieza, pero ¿cómo?" Preguntó en voz alta mientras se revisaba a sí mismo por cualquier otro daño. Todas las heridas que había sufrido por lo que fuera en el mundo que había estado en esa casa de botín habían desaparecido. '' Si eso fue un sueño, se sintió demasiado real ''.

Ulric revisó el área circundante y notó que estaba frente a lo que parecía ser la misma fuente a la que había llegado antes. De hecho, toda el área parecía ser exactamente la misma en la que había aparecido después de su aparente muerte en Jerusalén. Lo curioso es que, ¿no debería despertarme en casa si estaba soñando? Porque si no lo soy. Fue entonces cuando la comprensión lo golpeó. ¡Si esto no es un sueño, entonces Emilia todavía está allí, en la casa del botín! Sin perder más tiempo, Ulric comenzó a correr hacia los barrios bajos.

Mientras corría por algunos callejones y salía a la calle, el grito de una chica llamó sus oídos. Ulric miró hacia la fuente del aterrorizado grito y vio lo que parecía ser la misma chica a punto de ser atropellada por un carro de aspecto familiar. 'Oh, no tengo tiempo para esto', pensó Ulric mientras cruzaba la calle corriendo y se lanzaba hacia la chica. Fue una repetición casi exacta de lo que sucedió antes, solo que esta vez Ulric simplemente le dio una advertencia rápida a la chica para que dejara de caer en medio de la calle antes de salir corriendo y continuar hacia los suburbios.

En el camino, notó una serie de vistas peculiares. El sol había vuelto a estar en lo alto, como lo había estado cuando llegó allí. Todas las personas también se movían de manera similar, imitando exactamente los mismos movimientos que habían estado haciendo antes. Los comerciantes estaban arreglando cosas que deberían haber sido atendidas hace horas, los trabajadores estaban amontonando la misma pila de cajas que habían estado amontonando antes y la mercancía que se había vendido estaba siendo comprada nuevamente por las mismas personas que la habían comprado antes. "Es como si hubiera visto todo esto antes", pensó Ulric mientras seguía corriendo hacia los barrios bajos, "¿qué demonios está pasando con este lugar?"

Fuera lo que fuera, Ulric no podía preocuparse por eso ahora. De lo que tenía que preocuparse era de Emilia. Si bien era cierto que había demostrado la capacidad de defenderse con magia, casi no tenía ninguna advertencia sobre lo que sea, o quienquiera que estuviera en la casa de botín. Si tenía suerte, habría visto al atacante y habría huido del área o, en su defecto, habría intentado congelarla en su lugar o empalarla. De cualquier manera, Ulric se apresuró durante varios minutos, haciendo todo lo posible por mantener un buen ritmo hasta que finalmente llegó a los barrios bajos.

Navegar por la zona de memoria no fue realmente un problema dada la singularidad de la casa de botín. Cuando llegó, la puerta estaba cerrada, lo que le habría parecido un poco extraño si las circunstancias no fueran tan malas. Sacando rápidamente su espada, Ulric abrió la puerta de una patada y se trasladó a la casa, donde se encontró con otra sorpresa ese día. El interior de la habitación estaba mucho mejor iluminado esta vez gracias al sol, y lo que es más, estaba relativamente en buen estado. En cuanto al hombre grande y de piel oscura que había visto en la esquina, estaba detrás de la barra y, lo que es más sorprendente, no estaba muerto.

Esto, por supuesto, dio lugar a un pequeño problema. A los muertos no les importa si pateas su puerta, pero a los vivos por otro lado. "Oye, ¿cuál es tu problema?", Gritó el hombre grande mientras se ponía de pie en toda su estatura, que se elevaba un poco sobre Ulric. Ahora que lo vio bien, Ulric notó que el hombre estaba calvo con una apariencia extrañamente grande y blanca. cejas y algo de pelo blanco arreglado en sus brazos. El hombre también estaba vestido con un simple chaleco negro y pantalones. "Ya es bastante malo que entres en mi tienda con una espada desenvainada, ¡pero también has interrumpido mi bebida de la tarde! Ulric tardó unos momentos en responder, dado su actual estado de confusión.