Uno

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Nota: Esta historia, para quien se asuste que en mi perfil ninguna esta completa aún, está terminada. Consta de seis capítulos que iré subiendo con regularidad. Es una parte uno de una historia más larga. Espero les guste. 

Lan JingYi

Lan JingYi clavó los ojos entrecerrados frente a él. Estaba envuelto en una neblina de polvo. Expresó sus emociones a través de una la palabra prohibida para el clan Lan pero que había aprendido del maestro Wei. El sudor se le acumulaba en el cuello y corría por su espalda. Entonces clavó la vista en uno de los cadáveres y juró, esta vez en voz alta, una vez más. Al fin y al cabo, no había nadie que pudiese oírlo, y hacerlo hacía que se sintiese un poco mejor.

¿Por qué no había pensado en hacerle caso a SiZhui y esperar a Jin Ling e ir los tres juntos?

Suspiró y dio una patada al suelo. No había imaginado que sufriría una emboscada de tal magnitud. Podría mandar una señal, claro, salvo que tenía un problema, no tenía una consigo en ese momento. Además, para esta altura, SiZhui debía de haberse alejado por la ansiedad de querer ver a Jin Ling cuanto antes.

Se apartó la túnica para apuntar su espada. Pero ya no la tenía. Había sido destrozada sin saber cómo ni por qué. Respiró con dificultad y vio lo que tenía en sus manos. Un palo. Lanzó un golpe al cadáver que se aproximaba. Le dio, y estos no eran muy amenos, sin embargo, atrás de él venían más. Con suerte, SiZhui y Jin Ling no tardarían tanto. JingYi podría resistir hasta entonces. En cuanto el dúo llegara a la posada y se dieran cuenta de su ausencia vendrían a buscarlo.

Está bien.

No, no sería así. El dúo hasta capaz no llegara a la posada. Pararían a acampar en medio del bosque para ponerse al día, lo que significaba que tendría que pasar la noche allí, peleando.

No iba a ser divertido, sobre todo cuando se quedara sin energía. Podría huir, pero estaba rodeado. Hace media hora que intenta alejarse, irse de allí, pero no podía. Además, sentía que estaba andando en círculo cada vez que buscaba alejarse de allí.

¿De dónde habían salido tantos cadáveres? ¿Cómo es que algunos eran tan fuertes? No debería de ser así.

El aire seco y caliente chocó contra su rostro y vio el polvo cadavérico volar. Se subió el pañuelo que se había atado al cuello para taparse la nariz y la boca y miró hacia el horizonte. La nube de polvo cadavérico había crecido.

Nunca había a una cacería nocturna solo. Llevaba casi toda su vida saliendo con otros cultivadores y siempre, siempre en compañía de SiZhui.

JingYi tenía tendencia a ser cobarde, ruidoso, se aterrorizaba por todo, en especial por los fantasmas. El maestro Wei vivía riéndose de él por eso mientras Sizhui lo apaciguaba en susurros, explicándole que no estaba mal sentir miedo, que él siempre estaría allí para protegerlo. Pero no, JingYi tuvo que haber salido solo queriendo jugar al héroe porque la información decía "simples y comunes cadáveres".

Le habían mentido. Eran grandes cadáveres feroces, de seguro habían causado numerosas víctimas. Pero alguien lo estaba cubriendo.

Intentó controlar el pánico que quería apoderarse de él.

«Respira, JingYi. Respira».

Aquel era uno de sus defectos. Lo vivía todo con demasiada intensidad.

Era el Lan menos Lan de la secta. Nadie en su familia había sido así, no por parte de su sangre Lan, la materna, al menos, la otra parte... bueno, su madre una vez le dijo que su padre también había sido así. Pero él no sabía quién era. Su madre había llegado un día con él aun dentro del vientre. Había adoptado el apellido materno porque su madre, destruida por el dolor, jamás reveló el nombre de su progenitor. JingYi ni siquiera estaba seguro que hubiera perdido la vida en la guerra como todos suponían, aunque él le gustaba pensar que sí.

Sin embargo, ya no era un adolescente romántico (bueno, no tanto como antes), sino un cultivador adulto.

《Vamos JingYi, por pasar una noche peleando no va a ocurrirte nada. De hecho, tal vez puedas obtener información útil sobre quién está detrás de esto》

Tal vez fuese un poco imprudente, pero no era tonto. (O eso quería creer)

Intentó tranquilizarse, pero no pudo apartar la mirada del frente.

La nube oscura de polvo, impenetrable, siguió creciendo. Era enorme y avanzaba muy deprisa. Tenía que huir. Tenía que intentarlo una vez más. Vio una breve brecha a la izquierda, pero entonces, aparecieron varias criaturas más. El cielo azul, completamente despejado y lleno de estrellas que se veía entre el espacio de la copa de los árboles, se oscureció. El miedo que sentía se incrementó

¿Se subía a un árbol?

Entonces vio algo, un punto en el horizonte, salir de una nube. Y, enseguida vio una silueta que bajaba en picada.

Era una persona montada en espada.

A JingYi se le hizo un nudo en la garganta.

Se trataba de SiZhui.

El pánico desapareció al darse cuenta de quien se trataba. Se fijó en la mano que le cedía. JingYi levantó su mano. Entonces, un grito de SiZhui le retumbó en la cabeza. El viento hizo girar la polvo a su alrededor. Oyó la voz del maestro Wei que le susurraba: «Tranquilo. No tengas miedo. Son sólo un par de cadáveres».

«No era así» quiso gritarle él. No pudo, así como tampoco pudo evitar el dolor que sintió sobre su hombro, no mucho menos evitar que se le encogiese el estómago del miedo.

SiZhui le gritó otra vez, pero no lo entendió. JingYi sólo sabía que casi había llegado a su lado.

«Vamos, JingYi, dale la mano», pensó. «Ya no eres un niño pequeño. Eres valiente, inteligente, un cultivador pleno».

Cuando su mano agarró a la SiZhui, sintió que el corazón se le salía por la boca porque alguien, algo, fuera del ardor de su hombro, lo tomó del pie.

Vio el polvo cadavérico y notó el pañuelo alrededor del rostro de SiZhui.

—JingYi, aguanta —Le gritó SiZhui.

Vio como sus ojos lo miraron, brillantes, intensos. Y JingYi sintió todavía más miedo. Había miedo en la voz de SiZhui. JingYi miró su hombro, una flecha lo traspasaba.

¿Alguien había intentado matarlo a él? ¿Dónde estaba esta persona? ¿Por qué no había captado su presencia?

De repente, todo empezó a volverse borroso. No era por el polvo. No. Ahora lo entendía. La flecha estaba envenenada. Lamentablemente, ya no tenía mucha energía.

JingYi se balanceó sobre la espada de SiZhui. De repente, se vio despedido hacia atrás y vio como SiZhui lo agarraba de la túnica. Solo podía verlo a él. Unos dedos largos y fuertes lo tenían del brazo, lo levantaron y lo sentaron a sus pies.

—Resiste, JingYi.

Volaron durante un tiempo hasta que dejó de sentir pánico y se sintió protegido bajo el cuerpo fuerte de SiZhui. Así, JingYi cerró los ojos y todo se volvió negro.

I.	Cacería Apasionada [Zhuiyi]Donde viven las historias. Descúbrelo ahora