Capítulo 2: Alberto

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Unos días más tarde el susodicho profesor de artes fue presentado al profesorado. Todos lo recibieron con los brazos abiertos y tuvieron cortas pero animadas conversaciones con él.

   –Así que tú eres el nuevo, ¿Eh?  ¡Bienvenido!– le saludó Luis.
   –Efectivamente– dijo Alberto sonriendo.– Espero que en este instituto los chicos sean calmados.
   –Bueeeno... En cuanto a temas de drogas y tal no suele haber problemas, pero son bastante ruidosos.-Bromeó él.
   –No exageres– le interrumpió Eva que llevaba un rato escuchando su conversación- Luis es un maníaco, no lo digo yo, lo dice él (y razón no le falta).– dijo susurrando con un tono divertido.
   –Menos mal,– rió el profesor de plástica.–He estado en institutos en los que literalmente se rajaron por un bocadillo, jajaja-La risa de Alberto era contagiosa y llena de vigor. Después de un rato riendo junto a Eva y Luis se despidió.– Bueno, ¡ya nos vemos más tarde!

Luis y Eva se quedaron en el sitio, hablando sobre cualquier cosa mientras comenzaban poco a poco a dirigirse a sus respectivas clases.
Alberto se veía, a pesar de su edad, bastante juvenil y simpático. Lo único que delataba su edad eran las canas que empezaban a salir entre su castaño pelo.

Y así fueron pasando los días, Luis y Eva charlaban entre clase y clase o de vez en cuando en la sala de profesores mientras tomaban un café.
Poco a poco Alberto fue uniéndose al dúo de amigos para formar un simpático trío.

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