Gaia
Una vez Yessica cierra la puerta de una enorme habitación en color gris con algunos cuadros raros. Me siento en la cama y abrazo mis piernas sobre mi pecho y empiezo a llorar. No se que hice mal, creó que entiendo que no debo de confiar en algunas personas. Yo pensé que la primera vez que vi a Yessica y se hizo mi "amiga" pensé que en verdad éramos eso, pero me equivoque. Porque veo que ella en verdad no éramos amigas.
Me acuesto y limpio mis lágrimas. Debo de ser fuerte, porque se lo que viene para mi.
Mi muerte.
Me voy a morir, debí a ver sido más inteligente en todo, debí a ver visto algunas cosas sobre Yessica, debí a ver escuchado mejor y debí a ver estado más al pendiente de lo que pasaba a mi alrededor, algunas veces suelo ser ilusa y confió en las personas equivocadas. Y con esos pensamientos cierro mis ojos y me pierdo en el sueño, donde creo que pueda ser el único lugar tranquilo.
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Siento movimientos y abro mis ojos poco a poco, porque la luz que esta en la habitación me lástima. Poco a poco me pongo de pie y miro a ese desconocido que me dijo llamarse Alessandro mirarme a través del espejo de cuerpo entero.
—Despertaste, pensé que la muerte se había adelantado.
—¿Dónde me puedo bañar?
—Ahí —señala una puerta blanca.
—Gracias.
Me pongo de pie y entro al baño, le pongo seguro y me encargo de quitar mi ropa de mi cuerpo y abro el grifo del baño y entro dejándome llevar por el agua caliente que resbala por mi cuerpo y dejo ir toda la tensión, porque estuve tan cansada el día de ayer que dormí mucho tiempo y hoy ya es otro día y debo de prepararme para lo que venga, porque no se cuando Alessandro me mate. Puede que sea cuestión de tiempo.
Cierro la llave y me enredo una toalla en el cuerpo, escucho la puerta cerrarse y luego unos pasos acercarse al baño.
—Alessandro pidió que se te trajera ropa. Y te espera en el comedor en cinco minutos.
No digo nada, porque Yessica no merece que le dirija la palabra por lo que me hizo. Salgo del baño y miro varias bolsas en la cama. Me acercó y tomo un conjunto se ropa que consta en una pantalón negro junto con una blusa blanca de tirantes que trae una blusa de manga corta de cuadros azules. También visualizó dos cajas de zapatos y miro que unas son zapatillas azules con tacón alto y unos tenis blancos.
Me miro en el espejo y me gusta mi ropa, pero no se para que. Si ese Alessandro me quiere matar.
***
Llego al comedor y miro a Alessandro sentado en una de las sillas y del otro lado a Yessica con un vestido rojo y una sonrisa de chica mala.
—Sientate.
—No tengo hambre.
—¡Sientate! —Me sobresalto cuando Alessandro me habla más fuerte—. Te estoy pidiendo que te sientes.
Miro a Yessica y ella me mira.
—Has caso Gaia, no querrás ver enojado a Azul.
No entiendo porque le dice Azul, pero no pregunto y me siento. Inmediatamente varias personas nos sirven lo que es el desayuno y como en silencio, escucho todo lo que ellos hablan, pero no digo nada.
—Yessica vete.
—Quiero quedarme aquí en la casa.
—Tú tienes tu casa Yessica, además debo de hablar con Gaia.