Capitulo 1

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     La amaba, pero podía contar con los dedos de una mano la cantidad de veces que se lo dijo y aun le sobraban dedos

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     La amaba, pero podía contar con los dedos de una mano la cantidad de veces que se lo dijo y aun le sobraban dedos.

     Por si fuera poco, las pocas veces en las que le dijo que la amaba fueron cuando ella se dormía sobre su desnudo pecho dúrate la noche. Nunca tuvo la intención de ser escuchado, pero en lo profundo de su corazón esperaba que ella lo escuchara en sus mas profundos sueños.

Que idiota había sido.

     Daria lo que fuera para poder decírselo una vez más. Despierta. Con vida.

     Hacia mas de una semana que había visto el pálido cuerpo de su amada sobre una fría mesa, cuerpo que hacia solo unas horas había estado lleno de vida y cálido a su lado.

     "Estoy seguro de que esta descansando en paz" le había dicho el abuelo Sano.

     ¿Pero y él? ¿Cómo podría seguir viviendo sabiendo que no pudo protegerla? ¿Qué haría ahora?

     "Draken, por favor... Debes continuar con tu vida..."

     Todos los días era visitado inútilmente por sus amigos, quienes se cercioraban que estuviera "bien". Ese día era turno de Mitsuya, quien entro por la puerta con una cesta entre sus brazos.

     "Ella te necesita"

     Al levantar la cabeza del suelo pudo percatarse que lo que llevaba Mitsuya entre sus brazos no era una cesta, no, era un porta bebes en el cual se encontraba una pequeña bebe dormida. De risos y ojos dorados como lo de su madre...

Ryuguji Rosie

     Habían pasado ya once meses desde que Emma le había confesado su embarazo y dos meses desde que se convirtió en padre de una pequeña idéntica a su amada con solo pequeños rasgos similares a él.

     Luego de su fallecimiento fue Mitsuya quien ayudo a Mikey y al abuelo Sano a cuidar de la pequeña, pues él no podía levantarse del sucio suelo de su habitación debido a su lamentable estado.

¿Cómo sería capaz él, un adolescente, pandillero y, por si fuera poco, viviendo en un burdel, cuidar a una criatura tan pequeña y pura?

     Todos esos pensamientos se hicieron aun lado al ver como la pequeña bostezaba y abría sus pequeños ojitos para luego reír y estirar sus regordetas manos hacia él.

     Con toda la delicadeza y algo de ayuda de Mitsuya, la tomo en sus brazos y sujeto contra su pecho mientras algunas lágrimas volvían a salir de sus ojos.

     No sabía cómo, pero protegería a su pequeña con su vida de ser necesario. Ella era su nueva razón de vivir a partir de ahora.

 Ella era su nueva razón de vivir a partir de ahora

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𝓜𝔂 𝓡𝓮𝓪𝓼𝓸𝓷Donde viven las historias. Descúbrelo ahora