Capítulo 4

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"¿Inupi, seguro que te encuentras bien?

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"¿Inupi, seguro que te encuentras bien?

"Créeme que las palizas de Taiju eran peores.

Ya era la séptima vez que Hanagaki le hacia la misma pregunta, pero podía entenderlo.

Luego de recibir aquella llamada por parte de Koko se encontró con South, el cual de un solo golpe lo noqueo para posteriormente cargarlo y arrojarlo justo delante del camino de Hanagaki y Draken.

Por si fuera poco, dos de las tres deidades se habían cruzado en el mismo camino, dejando una batalla inconclusa por Hanagaki. Lo demás fue historia.

"Por cierto, ¿Dónde está Draken?"

"Ahora mismo se encuentra fuera con unos chicos de Brahman, posiblemente peleándose por ti."

"¡¿Eh!? ¡Iré a ver si está bien!

"¡Hanagaki! Yo...Estoy preocupado por todo esto. Hay rumores sobre que Brahman es más una pandilla yakuza que una pandilla de motociclistas. Ten cuidado"

"De acuerdo"

Una vez Hanagaki por la puerta pudo escuchar algunos sollozos provenientes detrás del sofá donde se encontraba. Sorprendido, se giró para poder ver a la pequeña Rosie hecha una bolita.

"Así que aquí estabas"

La pequeña asintió con su cabeza mientras lo veía con ojos llorosos. Se levantó del sofá y la tomo suavemente para después llevarla a su habitación y dejarla en su pequeña cama.

"¿Papi?"

"Tu papá está hablando con unos amigos, ya volverá."

Le dijo mientras le entregaba un oso de peluche que tanto amaba. Rosie lo abrazo con fuerza mientras mantenía una mirada triste.

"Tranquila peque, todo estará bien." Dijo mientras acariciaba su cabeza. "Te prometo que todo saldrá bien..."

No permitiría que le ocurra algo a esa niña, y aunque tenga que volver a adentrarse en el mundo de las pandillas una vez más, el ayudaría a Draken a protegerla.

Había abandonado aquel mundo luego de su separación con Koko, pero ahora que había escuchado sobre los planes que involucraban a Rosie, no iba a dudar en estar ahí para apoyar en lo que necesiten.

Podía escuchar algunos gritos provenientes fuera del taller, muy probablemente Draken estaba furioso porque su propia hija termino involucrada cuando los de Brahman le habían garantizado su seguridad...

"Rosie, ¿Te gustaría que te cuente un cuento?

En cualquier caso, lo mejor por el momento era evitar que la pequeña escuchara a su padre gritar o de lo contrario comenzaría a llorar.

Con Hanagaki ahí podía estar más tranquilo, nada malo podía salir si él estaba ahí...

¿Estaba molesto? ¡Por supuesto que estaba molesto! Quería arrancarle los dientes al idiota que tuvo la maravillosa idea de involucrar a una niña en toda esta guerra de pandillas

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¿Estaba molesto? ¡Por supuesto que estaba molesto! Quería arrancarle los dientes al idiota que tuvo la maravillosa idea de involucrar a una niña en toda esta guerra de pandillas.

Era SU hija maldita sea.


Sabía que era una mala idea volver a involucrarse en todo eso, pero... Por más que intentaba no podía dejar de soñar con Emma, la cual le repetía constantemente que salvara a su hermano...

Ahora por intentar ayudar a ese tonto estaba metiendo en líos a sus viejos amigos, los cuales ya habían abandonado ese mundo para tener sus propias vidas tranquilas una vez desmantelada la Toman.

Por si fuera poco, ahora el bastardo de South y el resto de dementes de Rokuhara Tandai estaban detrás de su pequeña familia, no le sorprendería si iban a molestar a sus amigos...

Necesitaba pensar una solución para mantener a Rosie a salvo. Pero por más que pensara no se le ocurría un lugar seguro donde no la encuentren. A no ser...

Como si de un milagro se tratase recordó de alguien que podía ayudarlos. Comenzó a buscar desenfrenadamente una libreta con viejos números anotados hasta que lo encontró.

Mansaku Sano

Sin perder más tiempo llamo al abuelo Sano, rezando porque el número siga siendo el mismo. Espero con el corazón latiéndole a mil por hora, hasta que alguien respondió.

"¿Hola?" Era él. Sin duda alguna reconocía esa voz que tanto le había aconsejado.

Lo último que supo del abuelo Sano era que iba a viajar al extranjero para visitar a su hermano. Desde que Mikey había huido de casa se había sentido muy solo por lo que decidió recurrir a su ultimo familiar.

Aunque ahora su bisnieta lo necesitaba y él estaba dispuesto a ayudarlos, y recibirlos con los brazos abiertos.

Pero... No podía irse, aun tenia cosas que resolver en la ciudad.

Una vez colgó la llamada vio cómo su amigo lo observaba desde el marco de la puerta.

"¿Todo en orden?"

"Inupi, ¿Recuerdas lo que hablamos esta tarde?

"¿Si?"

"Necesito pedirte un gran favor, amigo..."

"

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𝓜𝔂 𝓡𝓮𝓪𝓼𝓸𝓷Donde viven las historias. Descúbrelo ahora