II

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——Ramsés. —su llamado había sido ignorado completamente. El heredero a Egipto parecía estar más atento en el entrenamiento de espada golpeando con poca brutalidad la figura de madera y cuero——. Hey, Ramsés. —volvió a llamarle por si el caso era que no lo había oído pero, definitivamente, el príncipe lo estaba ignorando. ¿Se habrá enfadado ahora con él?

Había veces que el menor se comportaba tan infantilmente pero está ocasión sobrepasaba todos los limites.

Se aproximó hasta estar cerca de él y tocar su hombro para llamar su atención con más fuerza.

——¿Qué es lo que sucede? —Ramsés miró a su hermano de crianza sintiéndose nervioso ante él. Verlo solo ocasionó que verdaderamente admitiera que el sacerdote tenía la razón. Oírlo, verlo, sentirlo y tenerlo cerca le provocaba tales sentimientos de nervios, de ansiedad, de desesperación.
Moisés ahora mismo está demasiado molesto. Puede sentir que está recibiendo de él palabras fuertes que muy poca importancia estaba dándole porque ahora mismo, el heredero a todo Egipto, se encontraba perdido ante esos lindos ojos de tono marrón claro. Similares al tono de la dulce miel, tal tono solo adopta su color gracias al Dios Ra –al sol–. Hacía en Moisés mil veces más hermoso.——¿Por qué te empeñas en no hacerme caso? Te estoy hablando, ¿Siquiera me estas oyendo?, ¡Ramsés!

——Lo hago. —respondió con rapidez intentando que no lo descubriera. ¿Cómo reaccionaría si supiera que estaba admirando sus ojos?——Perdóname, últimamente me encuentro demasiado distraído. Te oí pero te ignoré porque le di más importancia a mis pensamientos.

——¿Pensamientos? —arqueó la ceja notandose tierno; Moisés llevó ambas manos a su cintura, marcó más está. Él poseía caderas finas que incluían al paquete el abdomen de un hombre con ejercicio rígido. ¿Sería suave, sería rudo...? Su mente no dejaba de ir a más halla. Cuanto la odiaba.——Estoy seguro que esos pensamientos están dirigido a Nefertari, ¿No es así?

——¿Nefertari? —reaccionó al oír aquel nombre.——¿Qué diablos estas diciendo? Por supuesto que no, mis pensamientos están dirigidos a alguien más.

——¿A alguien más?, ¿Quién más que en Nefertari podrías estar pensando? —preguntó.
Ramsés decidió volver a su entrenamiento tratando de ignorar aquella respuesta siendo Moisés quien volvió a preguntárselo, está vez con más enfado.——Responde, Ramsés. ¿Admites que en quién estabas pensando es en Nefertari, mi novia?

Que insistencia, por todos los Dioses.

Pensó con total intolerancia.
Ramsés devolvió toda su atención al hebreo de corona principesca.

——¿Quieres saber en quien estoy pesando ahora mismo? —su total atención era la respuesta para él.——No pienso en nadie. Estaba pensando en volver a visitar la Casa de Senet, ¿Estas feliz con mi respuesta?

——¿La Casa de Senet? —su inquisición sonó totalmente fuerte.——¡¿Deseas visitar otra vez a todas esas mujeres?!

——¡Sí, así es! —contestó con un mismo tono de voz.——¡Deverías de venir conmigo está vez, así puedas perder esa actitud tan molesta que tienes!

——¡Ni aunque los dioses lo pidieran visitaría un lugar como ese, lleno de-...! —controló su vocabulario, no estaban solos –por todos los Dioses–, alrededor de ellos oían los demás soldados que entrenaban. Habían creado un ambiente de incomodidad.
Moisés gruñó enfadado.——Haz lo que quieras, Ramsés. Me interesa un carajo lo que hagas o dejes de hacer.

——¡De acuerdo, lo que digas! —intentaba no parecer que oír aquello no le dolió pero hasta él mismo se reiría de sí. Verdaderamente le dolió oír aquello.

❝𝐅𝐔𝐄 𝐔𝐍 𝐄𝐑𝐑𝐎𝐑 ───𝗶 𝗱𝗼𝗻'𝘁 𝗯𝗼𝘄 𝘁𝗼 𝗺𝗲𝗻✓Donde viven las historias. Descúbrelo ahora