[✓] Saikō no mirai || [ El mejor futuro ]

• El mejor futuro •

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—Oye, Takemicchi. Tu teléfono está sonando. —Chifuyu sorbió de su bebida mientras observaba a su nuevo capitán revisar el destinatario de la llamada. Ambos estaban en una tienda de comida, sentados en una mesa junto a la ventana que daba a la calle.

—¿Yamagishi? —murmuró con indecisión. Muchas cosas estaban pasando por su mente en ese momento que lo mantenían tenso y ansioso, por lo que no estaba seguro de responder. Sin embargo, tuvo una corazonada que lo llevó a hacerlo de todos modos.

—¡Takemicchi! ¡Tengo una información muy jugosa! ¿A que soy increíble? —exclamó con el mismo entusiasmo que le hizo ganar el apodo de "Otaku de las pandillas".

—Yamagishi, ahora mismo no estoy de ánim-

—Es algo que tiene que ver con Tōman —interrumpió con seriedad.

Takemicchi se congeló y sólo cuando Chifuyu llamó su atención al verlo actuar más extraño de lo normal es que volvió en sí, permitiendo que su amigo le narrara con lujo de detalles el motivo por el cual se había contactado en un principio.

Los latidos de su corazón resonaban en sus oídos luego de concluir la llamada. Su respiración se sentía pesada ante el estrés que estaba sufriendo por la nueva información adquirida. El sudor corría por su frente, su mente trabajando al máximo. Su acompañante quiso bromear sobre que estaba haciendo "esa" expresión en su rostro de nuevo, pero lo cortó con una mirada.

Minutos más tarde, ambos salieron de la tienda con expresiones similares hacia un punto de encuentro.

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—Entonces. ¿Para qué nos citaste aquí, Takemicchi? —cuestionó Draken con su habitual semblante de intimidación, a pesar de que estaba tranquilo.

—Sonabas estreñido estando al teléfono —secundó el comandante mientras terminaba de masticar su último y preciado dorayaki.

—Mikey-kun —comenzó, provocando que el ambiente se tornara serio de repente solo con su expresión—. Yamagishi recolectó información que puede ser importante para todos, para Tōman. Es sobre personas peligrosas que han llegado a Tokio.

—¿Huh? —Frunció el ceño, expectante.

—Según Yamagishi, corre el rumor de que tres personas de la región de Kansai se han visto por los alrededores. Debido a su fama, tienen en alerta y tensión a otras pandillas.

—Son conocidos como "Los tres grandes de Osaka: Los aniquiladores de pandillas". —Tomó la palabra Chifuyu, ganándose pesadas miradas de sus superiores ante tal título—. "Zorro demonio" Naruto, "Ojos malditos" Sasuke y "Cerezo sangriento" Sakura. Así es como son conocidos individualmente.

—"Zorro demonio" Naruto: tiene cicatrices en las mejillas como si fueran bigotes. "Ojos malditos" Sasuke: tiene ese apodo porque sus ojos son de diferente color, uno es negro y el otro rojo como la sangre. "Cerezo sangriento" Sakura: es la única chica y lleva el cabello rosa; su apodo se debe a que su cabello se tiñe de rojo con la sangre de sus víctimas. Se dice que los tres tienen una fuerza increíble y son despiadados. Han arrasado con todas las pandillas de Osaka y todas las de la región de Kansai que se han atrevido a desafiarlos. Son unos monstruos.

—Oye. Eso es un poco grosero, ¿no crees?

Los muchachos inmediatamente se giraron hacia la persona que había dicho aquello y que estaba tan cerca de ellos sin que se hubieran percatado de nada. Se pusieron a la defensiva. Esta persona —que aparentaba ser de su misma edad—, a pesar de haber hablado con un tono plano y para nada hostil, tenía un aura a su alrededor que gritaba peligro por todos lados. Su apariencia apática y su vestimenta en tonos oscuros tampoco ayudaba a tranquilizarlos.