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Beatrice
De pronto el profesor entro ............. Y todo en mi, se detuvo.
Era...era hermoso, cabellor largo, rizado, color castaño perfecto, sus ojos eran de un color azul que hipnotiza, su cara era delgada, larga, tenía barba, muy poca y le quedaba increíble, se veía que está en forma. Vestía unos pantalones azules oscuro de vestir y una camisa blanca fajada, llevaba unos lentes que solo hacían que se viera más pefecto de lo que ya era. Su caminar era firme, y deteriodaba seguridad.
Cuando llegó en medio del escenario, hablo:
- Hola chicos y chicas, perdón por la tardanza - de hay en más ya no entendí que dijo que quede fascinada con su voz y su increíble acento británico.
Se dió la vuelta para escribir no se que en el pizarrón, ví su espalda ancha y marcada estaba buenísimo, je je.
Cuando se volteo de nuevo para indicar actividad, note que recorría todo el salón con sus ojos, como si buscará a alguien, cuando sus ojos estaban por llegar a las sillas de hasta atrás me hagache y me encoji en mi lugar para que no me notará.
Después se volteo para seguir escribiendo, y dejé salir todo el aire que estube reteniendo.
La clase transcurrió normal, trate de poner atención, lo juro pero con ese dios nórdico en frente de mi; era imposible.
...
La clase había terminado ya. Todos empezaron a guardar sus cosas para marcharse, yo también lo hice.
Pero antes de que alguien saliera, el volvió a hablar.
-Beatrice Miller, podrías acercarte un momento a mi escritorio, gracias - cuando terminó de decir eso, empeze a ponerme nerviosa, ¡Diablos! Por qué a mi.
Amedida que todos iban saliendo, yo guardaba lentamente mis cosas alargando en tiempo, ja como si eso fuera a salvarme de ir allá.
Cuando el salón quedó vacío, me apresure a subir al escenario y llegar a su escritorio. Cuando me plante enfrente del, estaba de espaldas borrando las cosas del pizarrón. Decidí no decir nada y me quedé hay parada como tonta con la mirada en el suelo.
Empezaba a ponerme más nerviosa, comenzé a jugar con mis dedos, esperando a que el se diera cuenta de que estaba ahí.
Diriji mi mirada hacia arriba, gran error; el me estaba viendo fijamente. Me sonroje al instante, pero no le aparte la mirada.
El me dedico una sonrisa de oreja a oreja mostrando los dientes, sin apartar la mirada de mis ojos.
El ambiente se puso un poco incodo ya que no dejaba de mirarme, diriji mi mirada al suelo nerviosa y decidí hablar.
-A... Soy Beatrice - continúe con la mirada en el piso - us.. usted, me pidió que viniera - mierda, si que estaba nerviosa. Tranquila Bea no tienes por qué ponerte nerviosa, solo es tu maestro, tu sexi maestro; okey no, consentrate.
Levanté mi vista esperando que el hablara, seguía mirándome y dijo:
- Si, si yo hice eso je. - dirjio un momento su mirada al escritorio, pero al instante volví a mi - Primero me gustaría presentarme Beatrice, o puedo decir Bea? - cuando dijo eso me puse aún más nerviosa que antes.
- Si, claro puede decirme Bea - me apresure a decir, hablando muy rápido provocando que ría, yo también me reí.
- Muy bien Bea, yo soy tu profesor de teatro Tom Hiddleston. - Tom, le queda perfecto, pensé - Te pedí que vinieras por qué se me solicito entregarte esto. - saca unos papeles de su maletín, y me los entrega - Son algunos trabajos y explicaciónes, de lo ya hemos visto en lo que lleva del curso; son para que no te atraces. - lo tomo, guardandolos en mi mochila, el prosiguió - Te pediré que me los entregues a más tardar el lunes de la siguiente semana.- asentí rápidamente.
Me sonrió, y le sonríe. Esperaba a que el dijera algo más pero solo dijo:
- Bien, sin más me tengo que retirar a dar mi siguiente clase, espero que tengas un gran inicio de semana Bea-
-O si, yo también tengo clases - dije tontamente - que usted también tenga un gran inicio de semana profesor Hiddleston - sin más el salió del salón dedicandome una última mirada
Me quedé un momento mas viendo por dónde se había ido, suspiré. Y sin más camine a la salida para mi siguiente clase, eso había sido agotador.
El día transcurrio normal, no volví a encontrarme con el, (lamentablemente).
Me diriji a casa, cuando entre me fui directo a la ducha, salí me puse mi pijama y ¡Al fin! Mi dulce cama. Trate de conciliar el sueño pero no podía, mi cabeza no deja de pensar en el profesor Hiddleston, ansiaba volver a verlo.
El tiempo transcurrio y al fin pude quedarme dormida, con el aún dando vueltas en mi cabeza.
