Hürrem:
Entregué mi corazón y fue destrozado por la perdida, lo entregue de nuevo y fue destrozado por la traición.
Los quiero a los dos pero solo uno podrá darme la felicidad y el amor que merezco...
*Los personajes no me pertenecen*
Parte de las r...
En Topkapi la noticia llego rápidamente, Mihrimah le había informado al sultán que Hürrem dio a luz a dos niñas, el estaba feliz por ella, últimamente no permitía la entrada de ninguna joven del harén, recordaba a cada minuto la ultima pelea que tubo con ella cuando estaba Firuze, ella había sido expulsada del palacio poco después de que Hürrem se había ido, de alguna manera él la culpo y prefirió echarla, sus propias palabras le pesaban, se escuchaba así mismo decirle a Hürrem que tenia costumbres y reglas que seguir pero ahora no valían nada, su corazón estaría afligido por haberla perdido y deseo haberla escuchado cuando pudo, envió un regalo para ambas niñas por medio de Mihrimah.
Tal como Hürrem lo había dicho Ibrahim estaba cegado por su victoria y no vio sus propios errores, comenzó a comportarse de una manera cuestionable y todos lo notaron, incluso Mustafá. Llego a tal grado que se atrevió a proclamarse sultán solo por ser el protegido del mismo. Todos y cada uno de sus errores lo llevaron por un camino del que no había retorno posible.
El asunto llego tan alto que al final el ser amigo del sultán no pudo salvarlo fue juzgado y sentenciado a muerte por traición al imperio y al sultán, Hatice sabía que eso pasaría por las palabras de Hürrem, pero no había querido verlo, termino suicidándose por que no soportaba el dolor de haber perdido lo que ella mas amaba y sus hijos fueron criados por Beyham su hermana.
Todos en el imperio supieron entonces que Hürrem siempre tuvo razón, ella sabía sus límites, pero Ibrahim no. De alguna manera eso sirvió como advertencia para todos los que estaban al servicio del imperio. Paso el tiempo todo parecía normal, pero paso algo que cambio muchas cosas.
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Süleyman estaba muy enfermo, Mustafá se encontraba con el pero su corazón le decía que sería la última vez que lo miraba a los ojos, Süleyman entre su creciente dolor le pidió a Mustafá que la llamara, quería ver su hermoso rostro, quería ver esos hermosos ojos azules como el mar y ese cabello rojizo como el fuego.
Hürrem estaba en el bosque junto a Bali Bey y las niñas que jugaban con él, reían mucho y se veían tan felices, un par de soldados imperiales llegaron, al verlos Hürrem se acercó para saber que querían, ellos entregaron una carta del palacio Topkapi, al leerla su rostro de felicidad cambio por tristeza, las fuerzas le fallaron y se dejó caer al suelo, las lagrimas brotaron, a pesar del tiempo su corazón seguía guardando ciertas cosas y en todo este tiempo jamás había imaginado como se sentiría cuando algo así pasara.
Bali Bey la abrazo fuerte y trato de animarla, volvieron a la granja y ella se puso un vestido y joyas de las que Mustafá le había regalado porque así lo había pedido él, los que la vieron notaron aquella tristeza en su mirada, se despidió de sus hijas y de Bali Bey, subió al carruaje y partieron, Bali Bey se quedo un segundo con las ni las pero decidió no dejarla sola, dejo a las niñas con su tía, subió a un caballo y partió hasta que alcanzo a los guardias del imperio y siguió el camino con ellos.
