"Tantos muertos y tan poco tiempo."JENNIE KIM, ÁNGEL DE LA MUERTE.
Desconcertada aún por la posible identidad de la mujer misteriosa, me envolví con la toalla y abrí la cortina de la ducha. Sussman eligió aquel momento para asomar la cabeza a través de la puerta y mi corazón dio un salto mortal hacia el estómago, donde quedó ensartado sobre las afiladas terminaciones nerviosas allí presentes.
Me llevé la mano al pecho con un respingo, cabreada por lo fácil que resultaba asustarme. Había visto a los difuntos aparecer de la nada miles de veces, así que ya debería estar acostumbrada.
—¡Joder, Sussman! Ojalá aprendierais a llamar a la puerta.
—Soy un ser incorpóreo —dijo a modo de reproche. Salí de la ducha y cogí un espray del tocador.
—Si pones un pie en el cuarto de baño, te borraré la cara con mi insecticida trascendental.
Abrió los ojos como platos.
—¿De verdad?
—No —respondí al tiempo que desistía de mi pose agresiva. Tenía un problema grave con lo de mentir a los difuntos—. Solo es agua. Pero no se lo digas al señor Habersham, el muerto del 2B. Este bote es lo único que mantiene a ese viejo verde alejado de mi cuarto de baño.
Sussman enarcó las cejas al reparar en mi falta de ropa.
—Debo admitir que no puedo culparlo.
Después de asesinarlo con la mirada, abrí la puerta de golpe para atravesarle la cara y dejarlo desorientado. Sussman se llevó una mano a la frente y apoyó la otra en el marco de la puerta mientras esperaba a que se le pasara el mareo. Era muy fácil librarse de los novatos. Le concedí un segundo para recuperarse antes de señalar con el dedo el cartel colgado por fuera del baño.
—Memorízalo —le ordené antes de volver a cerrar de un portazo.
—«Prohibido el paso de gente muerta más allá de esta puerta» —leyó en voz alta desde el otro lado—. «Y sí, si de repente posees la capacidad de atravesar las paredes, estás muerto. No estás tumbado en alguna cuneta a punto de despertar. Acéptalo de una vez. Y mantente bien lejos de mi cuarto de baño».
—Volvió a asomar la cabeza a través de la puerta—. Esto es un poco cruel, ¿no te parece?Tal vez el cartel fuera algo brutal para los nuevos, pero por lo general solía transmitir con claridad mi mensaje. Salvo al señor Habersham. Con él tenía que utilizar las amenazas. A menudo.
Incluso con el cartel, solía lavarme el pelo como si el apartamento estuviese en llamas. Me ponía de los nervios descubrir que había un muerto conmigo en la ducha después de enjuagarme. Si un muerto con un tiro en la cabeza aparece de repente mientras tomas el té o te relajas en la sauna, nunca vuelves a ser la misma.
Lo señalé con el dedo índice.
—¡Fuera! —ordené, y luego volví a darle la espalda para contemplar en el espejo el espectáculo de mi rostro, hinchado y lleno de cardenales.
Aplicarse el maquillaje después de recibir una paliza era más un arte que una ciencia. Requería paciencia. Y muchas capas. Pero después de la tercera, se me agotó la paciencia y me lavé la cara para quitarme todo el potingue. En serio, ¿quién iba a verme a esas horas de la madrugada? Para cuando terminé de recogerme el cabello castaño chocolate en una coleta, casi había conseguido convencerme de que los moratones y los ojos negros le daban un je ne sais quoi a mi apariencia. Un poco de corrector de ojeras, un toque de barra de labios y voilà , estaba lista para enfrentarme al mundo. No obstante, la cuestión era: ¿estaba el mundo listo para enfrentarse a mí?
ESTÁS LEYENDO
Primera Tumba A La Derecha (Jenlisa G!P)
Mystery / ThrillerJennie Kim es una detective privado ocasional y ángel de la muerte a tiempo completo. Es decir, ve a los muertos. En serio. Y su trabajo es convencerlos de que vayan hacia la luz. Pero cuando estos difuntos han muerto bajo circunstancias poco ideal...