7: entrevista de trabajo

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NADIA WILSON

Estuve todas las clases pensando en lo que me dijo ese chico.

Entro a la ultima clase con la esperanza de encontrarme a Danna ahí, pero no, a entrado muy pocas veces a clases últimamente.

Me siento y apoyo mi cabeza con la mesa.

— ¿Todo bien?

Y esa voz otra vez, levanto mi cabeza y miro nuevamente al chico sentado en el lugar de Danna.

— ¿Qué haces aquí? — pregunto.

— En clase, estoy la misma que tú.

No puede ser eso posible, en mi vida lo había visto.

>>Me siento allá — señala un asiento el cual está hasta en el fondo.

— Oh, nunca me había dado cuenta.

— Lo se.

Escucho entrar a Luke y Alex al aula. Faltan 5 minutos para que inicie la clase y no hay rastro de Danna.

— ¿Quien es? — pregunta Luke señalando al chico junto a mi.

— El es...

— Soy Noah, amigo de Nadia.

Okay se llama Noah, pero desde cuando somos amigos.

— Bueno, pues hola, ¿te vas a quedar ahí? — Luke señala el asiento.

— Eso no lo sé, eso depende de Nadia.

Siento la mirada de los tres sobre mi.

— Eh, si tu quieres sentarte ahí por mi no hay problema.

— Entonces, si, me quedaré aquí — me sonríe.

La maestra entra al aula para tomar asiento y comenzar a escribir algo en su libreta.

Para esto Luke y Alex ya se habían dado la vuelta.

— Entonces — dice Noah.

— ¿Entonces?

— Vas a querer que te cuente lo de Justin.

— Si, pero ahora no.

— Está bien, mañana te contaré todo más a detalle.

— Mañana no puedo, saldré.

— Y con quien.

— Con un amigo.

— Con el verdad — señala a Alex.

— Si.

— Me imagino que saldrán el la tarde, ¿no?

— Si, eso creo.

— Bueno, tu dirección.

— ¿Que?

— La dirección de tu casa.

— ¿Para que la quieres?

— Iré en la mañana, a las 8 en punto, te cuento lo que quiere Justin y en la tarde sales con tu amigo.

— No vas a ir a mi casa — le digo.

— Entonces no te cuento nada.

Ruedo los ojos — Está bien — tomo una hoja de mi libreta y escribo la dirección — ten — le doy el papel — a las 8, no tardes.

— Si, lo que digas — guarda el papel en su mochila.

La maestra se levanta del asiento y comienza la clase.

No todo es para siempre Donde viven las historias. Descúbrelo ahora