"Segundo final alternativo: Parte 1"

2.2K 181 8
                                    


Izuku despertó alterado, su pecho latía a mil. Había tenido una pesadilla, pero no recordaba qué era exactamente.

Tragó duro y secó el sudor de su frente.

Se acomodó, miró a su alrededor.

Estaba en una camilla, estaba en la enfermería.

La puerta se abrió y reconoció al instante quiénes eran.

- ¿Mamá?

- ¡Izuku, cariño!

La peliverde se abalanzó sobre su hijo, y lloró.

- Deku-Kun, me alegro que hayas despertado... No sabes cuán contenta estoy...

Izuku observó por sobre el hombro de su madre y vio a la pelicastaña llorar mientras sonreía.

[...]

Habían pasado ya veinte minutos.

Izuku estaba sentado sobre la camilla, Inko y Uraraka sentadas una junto a la otra a un lado de el pecoso.

- Izuku... ¿Quién es?

Inko lo observo con sus esmeraldas cansadas y llenas de angustia. Ella intuía ya quién era, pero prefería que fuera su hijo quién se lo dijera directamente.

- No... No diré quién es. - El peliverde bajó su mirada por un momento para continuar hablando. - Esta persona esta bien, es feliz con alguien más. No quiero interrumpir su felicidad, no quiero ser una molestia...

Mentirían si dijeran que no esperaban una respuesta así, Inko sonrió levemente. Su hijo siempre había sido así, siempre había considerado a los demás por sobre él. Siempre había tenido luz en su interior.

Entonces.

Si él había sido tan bueno.

¿Porqué?

¿Porqué

- Deku-Kun, tú... ¿Te harás...?

- No, no lo haré. 

Inko lo miró horrorizada, sus ojos se abrieron de par en par, y las bolsas bajo sus ojos se humedecieron.

- ¡P-pero Izuku!

- No Mamá. Está bien...

- No, Izuku. ¡No permitiré esto!

Inko sabía lo que significaba no hacerse aquella cirugía. Y ella no permitiría que su hijo se vaya de aquel mundo de esa manera. Si tenía en sus manos la vida de su hijo, ella no permitiría que él muriera, no importa qué tuviera que hacer.

Izuku la abrazó e Inko lloró. Ella era su madre y amaba tanto a su hijo. 

La castaña se levantó y los abrazó también.

Y así, en aquella camilla, los tres lloraron abrazados apoyándose únicamente en el otro.

[...]

Los días pasaron, Izuku pasaba sus días en aquella habitación. A veces era acompañado por sus amigos, casi siempre Uraraka y Momo lo acompañaban y tomaban el té.

Pero Bakugou nunca fue.

Tampoco Kirishima.

Tampoco Mina, Sero o Kaminari.

Jirou iba como acompañante de Momo, pero rara vez estaba allí.

Izuku mentiría si dijera que no los extrañaba, pero sabía que era mejor no verlos.

Llevó a su boca la taza caliente con el té que Momo le había regalado.

Cerró sus ojos, saboreando lentamente el caliente líquido que bajaba por su garganta.

Y entonces, comenzó a toser.

AL principio, fue leve. Solo un pequeño ardor en su garganta.

Luego se intensificó, tuvo que apartar la taza si no quería voltear el líquido.

A los minutos, la tos era tan fuerte que era acompañada de sangre y flores.

Una punzada se hizo presente en el pecho del peliverde. Dolía, dolía mucho.

Era un dolor aberrante, que le hizo gritar.

Rápidamente la puerta se abrió de golpe, Recovery Girl había llegado.

- ¡Midoriya!

Chiyo observó al peliverde y horrorizada, vio como de su pecho, emergía una flor.

Una flor roja como la sangre.

Hanahaki Disease; Porque mi amor sabe a flores.Donde viven las historias. Descúbrelo ahora