Capítulo 2

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Necesitaba comprender porque mi familia era diferente al resto, quería que en mi cabeza haya pensamientos buenos pero lo único que podía recordar una y otra vez como si de un vinilo se tratara..es que mi papá me odiaba. Lo dijo una vez y luego ya jamás dejo de repetirlo sin importarle que estuviera presente.

Un día llegue de la escuela, con malas notas por supuesto y encontré todo un desastre en el comedor, habían platos y cubiertos desparramados por todo el piso. Estaba mi madre viéndome fijamente mientras fumaba de su cigarrillo, luego se sirvió una copa de licor en un vaso de plástico mientras yo pensaba que decir al respecto.

_Tu padre no volverá, me animé por fin a enfrentarlo_ Comentó con cierta amargura en su voz y dejé caer mis hombros, no me sentía para nada cómoda pero luego recordé aquel regalo que me dieron por mi cumpleaños.

_¿Qué tienes ahí Paola?_ Escuché su tierna voz hablarme y me acerqué despacio.

_Una niña me regaló un caracol, dice que es de la suerte. Creo que hice una amiga_ Respondí contenta y sentí los brazos de mi madre apretujarme contra su cuerpo, me estaba abrazando mientras sollozaba y no evité que mis ojos se aguaran.

_Deberíamos ir al cine, me gustaría ver Dumbo contigo_ Comenzó a decir mi madre sonriente y luego acarició mi cabello_ Pero primero debemos pasar por unos helados.

_ Me gusta mucho el helado mami_ Susurré cerca de su rostro y me reí al sentir sus cosquillas.


Tiempo después nos encontrábamos en el supermercado, como siempre era engañada por sus palabras, cuando le pedía algo solo negaba con la cabeza y metía en el carrito lo necesario para comer toda la semana, pastas, pastas y mas pastas. No se me permitía comer dulces, chocolates o lo que estuviera normal entre los niños. Pero también se llevaba cosas innecesarias, como por ejemplo una botella de vodka y tres paquetes de cigarrillos como si fumar un día será la muerte.

Cuando nos tocaba pagar la mercadería escondí la botella detrás de unos paquetes y simulé guardarlo en una bolsa plástica. No se iba dar cuenta que fui yo la que cometió el delito, seguramente pensaría que alguna chica del local le jugó una mala pasada.

En silencio caminamos por la vereda mientras traía una bolsa y mi rostro se asombró al ver el puesto de helado que tenia Roberto nuestro vecino, corrí hasta allí y lo saludé escuchando a lo lejos como mi madre se quejaba por haber cruzado la calle sin mirar. Al final conseguí el helado, pero como era de noche lo habíamos dejado para el día siguiente, y ya que estábamos cerca decidimos pasar a visitar a la tía.

Ella era una persona casada y sin hijos, y su marido siempre la apoyaba en sus decisiones, lo único que no completaba a esa pareja era el de tener hijos, siempre escuchaba que le decía a mi madre que me valora un poco mas, pero siempre recuerdo las mismas respuestas de mis padres. Que hubiese sido mejor ser normal y no causar tantos problemas en la escuela.

_Bueno llegamos tal vez deberíamos_ Comenzó a decir mi madre y frunció el ceño al notar que en ninguna de las bolsas que veníamos trayendo se encontraba la botella de vodka, supuse que por la forma de apretar los dientes y de sus ojos oscurecerse se encontraba molesta.

_¿Mamá?_ Pregunté algo nerviosa y sus dedos se cerraron en mi brazo pequeño, chillé de dolor.

_¡Maldición ¿en dónde está la botella?!_ Gritó furiosa y sollocé mientras apretaba el vasito de helado.

Me dejó cerca de las gradas que tenia mi tía y la vi pasarse las manos por el cabello sin cesar, mi mamá tenia un ataque de ansiedad.

_Mira quiero que te quedes aquí, ¿esta bien?_ La escuché decir con angustia y arregló mi ropa para estar mas presentable. _ Tienes que esperar a que mamá regrese y después vemos esa peli, de seguro que es muy divertida.

Limpie las lagrimas de mi rostro y asentí mientras sentía un beso cálido en mi frente, se giró y cruzó la calle, se fue adentrando en la oscuridad de la noche y luego supuse en unos momentos estaría de vuelta. Después de todo no estábamos tan lejos de el supermercado.

De pronto escuché el cerrojo de la puerta y me volteé para ver a mi tía sorprendida de que estuviera sola a esas horas. Me abrazó y me cargó en sus brazos mientras que por mi parte sostenía con una mano el helado, pero empezó a dolerme el estomago, solo quería a mi mami de vuelta.

Estuve sentada por varios minutos en el sillón del living, escuché a mis tíos charlar con algo de angustia en la voz y baje la mirada a mi pantalón, me había orinado por aguantarme y atine a cubrirme con uno de los almohadones rojos que encontré mas cercano.

Cuando se cumplió la hora escuché unos pasos acercarse, me encontraba adormitada sobre un apoya brazo y levanté la cabeza cuando mi tía me cargó en sus brazos y me llevó hacia la habitación. Yo era muy querida por ellos, hasta me habían hecho una habitación por si algún día quería quedarme a dormir todo un fin de semana.

_Tu mamá no esta bien...eso de seguro lo debes saber, no va a volver y lo que hizo estuvo muy mal_ Comenzó a decir con angustia y se limpió la mejilla con una mano_ Pero ahora nos tienes a nosotros y trataremos de darte todo el amor posible, puedes contar con nuestra ayuda, te amamos pichuelo.

La abracé con fuerza y cerré los ojos con fuerza para quizás acelerar el tiempo y ser una completa adulta, alguien por la cual sentirse orgullosa.

La abracé con fuerza y cerré los ojos con fuerza para quizás acelerar el tiempo y ser una completa adulta, alguien por la cual sentirse orgullosa

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Tu Bast te ama <3

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