Lee Minho debía admitir que nunca había estado completamente enamorado de su mujer, la verdadera razón por la que se casó con ella fue para tener una excusa que le dejara marcharse de la casa de sus padres.
Y pese a que se arrepentía de la monótona...
¡Ay! Esta imagen no sigue nuestras pautas de contenido. Para continuar la publicación, intente quitarla o subir otra.
Seungmin apagó su cigarro rápidamente y lo tiró maldiciendo al ver el coche de su madre acercarse. Miró escandalizado a Jennie, que aún seguía con su cigarro entre su dedo índice y corazón.
— Mi madre— casi chilló.
La chica escondió el cigarro que acababa de tirar el chico bajo su zapatilla y echó un líquido en la boca del chico.
— Hija de puta— la insultó entre dientes—, era colonia.
— ¿Qué te esperabas? El spray me lo acabó Jisung diciendo que sabía bien.
— Me cago en mi vida— el chico mordió su labio inferior y negó con la cabeza mientras intentaba que no le lloraran los ojos—. La próxima vez avisa...
— Seung— el chico levantó su mirada, encontrándose con su madre. Jisoo observó a Jennie con desaprobación, la chica solo le saludó con la mano y una sonrisa en los labios—, vamos.
— Adiós— el chico se levantó del suelo y miró a Jennie escandalizado: la chica le había golpeado el trasero—. Que está mi madre— le dijo entre dientes.
— Lo sé— rio ella.
Seungmin negó con la cabeza y corrió hacia el coche de su madre. Besó su mejilla cuando subió a este y se abrochó el cinturón. Vio cómo su madre fruncía la nariz. Sabía que odiaba el olor a tabaco, por eso le había prohibido a su padre que siguiera fumando.
— Seung, no me gusta Jennie— dijo ella, arrancando el coche.
— Somos amigos desde primaria.
— Sí, pero es una mala influencia.
— Es muy inteligente.
— Pero no quiero que tú también fumes— dijo al fin—. Tu padre no fumaba, pero sus amigos sí y él probó el tabaco por ellos... Cariño, el tabaco es malo.
— Lo sé, mamá. Yo no fumo— mintió para tranquilizarla.
— Eso espero.
Jisoo dejó el coche en su plaza de la cochera y ambos entraron en la casa. Aunque se quedaron inmóviles en la puerta del salón.
Allí estaba Minho, pero no estaba solo.
El hombre se encontraba entre las piernas de otra mujer mientras la besaba.
Seungmin se sintió mareado al ver aquello y antes de darse cuenta estaba llorando. Fue precisamente uno de sus sollozos lo que hizo que los amantes se dieran cuenta de la presencia de ellos.
Minho se alejó de la mujer y observó a Jisoo, encontrándose con su rostro enfadado, luego miró a Seungmin.
— Jisoo— fue a ella a la que llamó sin embargo.
— Seung— Jisoo empujó levemente a su hijo hacia las escaleras—, ve a recoger tus cosas, nos vamos de aquí.
El chico no dijo nada, solo corrió hacia su dormitorio sin poder dejar de llorar. Le dolía, y no era un dolor leve precisamente.
