Conejos (ChengZhan)

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Época de Cultivo
Omegaverse

Jiang Cheng está enamorado de Lan Wangji, pero piensa que este está enamorado de su hermano mayor.

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La máxima muestra de amor de un Lan sería entregar su cinta a su persona especial, pero en el caso de Wangji había algo más, una última prueba eran sus conejos.

Para él esas pequeñas cositas peludas eran un punto importante en su vida, algo que nadie sería digno de poseer o amar como él, de alguna forma eran un recuerdo de su madre porque ella fue quien se los enseñó mediante dibujos que hizo de los animales que más le gustaban. De alguna forma al estar con aquellos seres le hacía sentir la calidez que perdió el día que su madre no volvió a abrirle la puerta de su hogar.

Su potencial pareja debía ser alguien que pudiera convivir con sus mascotas, porque incluso Wei Ying asustaba a sus bebés y decía que se los comería o los cocinaría en estofado, por lo que, si bien al inicio se sintió extasiado al ver que el Alpha le regalaba conejos, rápidamente su alegría se apagó al escuchar sus comentarios y el trato un poco brusco que les daba al intentar cargarlos. Sabía que solo era por jugar, sin embargo, su Omega interno se sentía inseguro por pensar que un día si cumpliría su palabra de cocinarse alguno después de engordarlos.

El día era tranquilo, las clases en el Descanso de las Nubes marcharon sin problemas y por fin podía tener un poco de tiempo libre ya que el Alpha al que solía vigilar que cumpliera sus castigos al fin había terminado de transcribir todas las copias de las reglas del Clan que su tío le había encargado. Caminando hacía su rincón de la felicidad (su campo de conejos detrás de la montaña) se sumió en sus pensamientos, sopesando todos los sentimientos que llevaba en su corazón, cuando notó un aroma diferente en el ambiente conforme se acercaba a su parcela de conejos, algo que lo alertó. Así que siendo lo más sigiloso posible se asomó desde detrás de un árbol del bosque para observar la zona, quedándose pasmado ante lo que vio.

El Alpha heredero de Yunmeng, Jiang Wanyin estaba sentado rodeado de sus conejos, a los cuales cargaba delicadamente o acariciaba, sonriendo de manera cálida, algo que hizo el corazón del Omega latir a prisa.

— Mm, son bonitos, ahora entiendo porque al Segundo Maestro Lan le gusta tenerlos. — Dijo el Jiang para nadie en particular, hablando en voz alta debido a que estaba "solo". Sonriendo y acercando al pequeño conejo a su rostro para ver su naricita moverse.

— Me hubiera gustado saber de su existencia para ser yo quien le diera uno de ustedes como un regalo. — Suspiró triste el Alpha, le había gustado mucho el Omega Lan, pero era demasiado tímido para preguntar directamente sus gustos, así que entablando pláticas con Lan Xichen, el hermano mayor del hombre en cuestión, se enteró de ese lugar, del preciado amor del Lan menor por los animales pequeños.

— ¿Algún consejo para conquistarlo? — Les preguntó a las bolitas parecidas al algodón, que saltaban felices por su presencia.

Lan Wangji no lo resistió, así que salió de su escondite, dejando conmocionado al Alpha que se sonrojo completamente al ver a la causa de sus desvelos frente a él, con las orejas rojas y una canasta llena de comida de conejo, viéndolo directamente.

— Ma-Maestro Lan. — Se levantó cuidadosamente el joven de ropajes purpuras para saludar adecuadamente al Omega, quien correspondió la reverencia, aún sin decir nada.

— Podrías solo preguntarme Heredero Jiang. — Le dijo Lan Zhan, sus orejas sonrojadas, inhalando el dulce aroma a lotos que expedía el Alpha por estar nervioso, un aroma que le hizo sentir seguro.

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