💸 [ ¡Drugs in my underwear!] volkacio AU.

10: Our boy.

Fin de semana

Día bastante soleado, que contrastaba con toda la lluvia que cayó en la semana.

El resto de los días, Horacio seguía yendo a trabajar al LS Vice pero con el ánimo algo decaído, lo que no le quitaba calidad a su show pero preocupaba a sus colegas.

Siempre que terminaba de trabajar temprano, Volkov se quedaba a dormir en casa de él, puesto que en su edificio los fallos técnicos seguían. Además de los cortes eléctricos, no había agua, así que temporalmente llevó su ropa y cosas diarias al departamento de Horacio. Debido a sus horarios bastante diferentes, no lograban casi coincidir mucho pero el sábado fué de pura preparación en la sede con los demás.

Jack y Gustabo por fin oficializaron su noviazgo al menos para Horacio y Viktor, porque si el resto de personas se enterasen iba a ser un escándalo impresionante.

Aunque bueno, más que una pareja parecían un amigo que nunca aguantaba al otro pero le gustaba el cachondeo y un amigo amargado que estaba hasta el culo del otro.

Ni el ruso ni el moreno entendían como era posible ser una pareja con ese tipo de convivencia, pero no se detuvieron a preguntar nada.

10pm.

Empezaron a entrenar para mañana, por si algo saliese mal y de paso para enseñarles a defenderse de una vez.

Claramente era difícil usar el equipamiento por primera vez, incluso el de entrenamiento académico, por lo que en vez de pistolas de balines decidieron usar los rifles de pintura.

Horacio traía un pesado chaleco antibalas y le costaba muchísimo moverse por el campo de tiro.

Su rifle de paintball era igual de pesada que una pipa normal.

Se escondió tras una de las montañitas de fango mientras recargaba. Estaba exhausto y había esquivado bolas de pintura por apenas 15 minutos, no iba a aguantar mucho más así que se esmeró en también atacar.

Su equipo eran Trucazo y Conway.

El equipo de Gustabo eran Volkov y Greco.

Escuchó los pasos de alguien a la vuelta de la esquina y apuntó.

Esperó a poder ver si era alguien de su equipo.

Era Conway, reconoció sus botas.

- Deja de apuntarme, capullo - Conway se acercó y con cuidado le acomodó el chaleco, ajustándolo bien al torso del de cresta. Horacio mirándole, sonrió.

- Me alegra que hayas decido volver a las andadas, super. Aunque no fué con la persona que yo esperaba.

El pelinegro frunció el ceño bajo su casco - Que bien que te alegre, muñeca. Ahora anda, que tenemos que patearle el culo a tu novio.

- Y al tuyo - Horacio rió y se marchó trotando para evitar una paliza.

Se escondió tras una pared.

Ladeó la cabeza para curiosear.

Al ver a alguien a menos de un metro que había intentado dispararle, metió de nuevo la cabeza y se alistó.

Contó hasta 3.

1, 2...

¡3!

Sacó la cabeza de nuevo y tenía a Greco abalanzándose encima de él.

Como todos llevaban casco era casi imposible saber con quién te topabas, cosa que realmente no pasaría en un enfrentamiento contra una banda o mafia.