CAPÍTULO 6

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Había decidido ir al campus de la escuela, donde había un viejo árbol, bastante rustico y feo, pero firme.

Jimin caminaba de un lado a otro, casi agarrando sus cabellos con desespero, no sabía como, ni porque, el hombre que comía una manzana debajo de la sombra del árbol, decía ser el maldito diablo.

Y lo que menos entendía era ¿como es que nadie más lo ve?

Su cabeza estaba a punto de explotar y al extraño hombre parecía causarle mucha gracia, porque desde lejos, lo miraba con una extraña sonrisa, aguantando la risa.

—Okay, según usted, es el diablo— Dejó de caminar y se pudo debajo de la sombra para quedar cara a cara con el ser.

—Exactamente o al menos es como en la tierra me conocen— Se alzó de hombros y tiró la manzana a algún lado del césped.

Jimin no parpadeaba.

—Eso es una locura— Susurró, mirando lo que quedaba de la fruta en el suelo.

—¿Qué? ¿La manzana?— Estaría mintiendo si dijera que no quiere meterle un golpe a ese lunático.

—¡No idiota! Que seas el diablo— Lo miró con una muy rara expresión, algo de molestia.

—¿Tan raro como invocarlo? Tengo que recordarte que saliste corriendo, casi mojando tus pantalones de la iglesia la noche anterior—

Jimin estaba a punto de desmayarse.

—¿C-como sabes eso?— Preguntó con asombro y miedo en sus palabras.

Yoongi rodó los ojos.

—Por algo te digo que soy el diablo dah— Volvió a rodar los ojos.

Ambos se miraron por unos segundos, Yoongi lo miraba sin interés alguno, mientras que Jimin parecía que estuviera viendo a un muerto viviente.

—Si dices ser el diablo ¿puedo pedirte un helado? Me esta doliendo la cabeza y tengo clases y no hay una heladería cerca, siento que mi cerebro esta a punto de explotar, no...— Hablaba muy rápido para el gusto de Yoongi.

Puso su dedo índice en los labios de Jimin, haciéndolo callar, viéndolo con fastidio.

—Soy el diablo, no tu hada madrina— Yoongi bufó.

Jimin lo miró con ojitos de cachorro, haciendo un leve puchero.

Yoongi gruñó, a apartando la vista de Jimin, ¿por qué Dios había creado a Jimin? ¡¿Porque lo hizo tan maldita mente adorable?! Porque si, el padre biológico de Jimin, era nada más ni nada menos que el mismo Dios o como en el mundo celestial le llaman, Chanyeol.

Porque si, Dios tenía una figura humana, un nombre normal y dentro de todo una vida muy mortal.

Los pensamientos de Yoongi fueron interrumpidos por unos susurros en sus oídos.

¡AW! Pero mira que pequeño y tierno se ve— unas risas se escucharon a lo lejos —Mira esos ojitos, cuernudo, no le digas que no—

Yoongi se volteó molesto, observando atentamente a un punto fijo.

—¡Seokjin, sal en este instante!— Demandó molesto, Jimin lo miró confuso, viendo como el mayor apuntaba al suelo con su dedo índice.

De un momento a otro, una sombra negra se hizo presente en todo el lugar, asustando de sobremanera a Jimin. Quien saltó en su lugar al ver como un chico de cabello negro salía de la nada.

Un chico salió con una sonrisa burlona, dejando salir una risa que parecía como si estuvieran limpiando vidrios de manera brusca.

Jimin los miraba, embobado.

—¿Qué te dije de meterte en mi subconsciente?— Habló molesto el ente.

—Oye, tenía que hacerte reaccionar, el enano tiene hambre— Seokjin se burló y estiró la mano en dirección a Jimin —Un gusto, Soy Seokjin, mejor conocido como "Muerte" soy el mejor amigo del idiota cuernudo que tienes como pareja—

Yoongi puso una mirada intensa en Seokjin.

—¿Qué? ¿Todavía no son pareja? Perdón creo que me adelante al futuro— dejo salir una tierna risita y se posicionó al lado de Yoongi.

—¿Por qué estas aquí?— Preguntó frio Min.

—De hecho, tengo noticias, mientras tu hacías de romeo, en el inframundo llegó una convocatoria por parte Chanyeol—

Yoongi puso más interés en lo que decía su oscuro amigo.

—¿quiere verme?— Yoongi estaba comenzado a dudar de aquello.

—Creo que se enteró de tus planes, es mejor que vayas antes de que te corte la cabeza por meterte con su heredero— Sonrió burlón.

Yoongi maldijo en su interior, ahora tenía que ir y hablar personalmente con Dios.

Jimin los miraba con los mismo ojos de cachorro.

—Yo solo quiero un helado— Miro al piso, haciendo un puchero.

Logrando parecer tierno, sin intención alguna.

Yoongi harto de la situación, rodó los ojos y chasqueo sus dedos, haciendo aparecer un helado de fresa.

—Aquí tienes mocoso—

Seokjin miró indignado a Yoongi.

—¿Y el mio? O ¿crees que yo soy tu esclavo?—

—Idiota, nosotros somos entes, no comemos— Le dio un zape a Seokjin antes de que a Jimin se le cayera el helado, manchado su camisa.

Enano torpe.

CORDERO DEL DIABLO Ⓒ| YOONMINDonde viven las historias. Descúbrelo ahora